En medio de la segunda ola y el acelerado contagio de COVID-19 en la Argentina, donde se reportaron en el último informe 25.157 nuevos casos en 25 horas y 368 muertes en un día, un estudio reveló la importancia de la actividad física para prevenir las infecciones graves de la enfermedad.
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Si bien el Gobierno nacional restringió las actividades entre las 20 y las 6 de la mañana en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA); la suspensión de las actividades sociales, culturales, deportivas, religiosas y recreativas en lugares cerrados, es fundamental continuar (o comenzar) con ejercicios físicos para evitar sufrir una complicación grave de ser contagiados de COVID-19, además de todos los beneficios que tiene llevar una vida activa.
El dato surge de un estudio publicado en la revista British Journal of Sports Medicine y elaborado por un equipo del departamento de Medicina Familiar y Deportiva del centro Kaiser Permamente (EE UU), que detalla que "la inactividad física también está relacionada con una infección por COVID-19 más grave y un mayor riesgo de morir a causa de la enfermedad".
"Estamos convencidos de que los resultados de este estudio representan una pauta clara que puede ser utilizada por todo el mundo para reducir el riesgo de sufrir COVID-19 de forma grave, incluida la muerte", detallaron a SINC Robert Sallis, médico y primer autor del estudio.
Falta de ejercicios y COVID-10 grave: cómo se realizó el estudio
Este informe se llevó a cabo por investigadores que recabaron datos acerca de la actividad física de 48.440 pacientes adultos infectados por la virus del COVID-19 entre enero y octubre de 2020. La edad media de los pacientes estudiados fue de 47 años; el dos tercios fueron mujeres (62 %).
Una simple caminata a ritmo acelerado ya se considera ejercicio físico, algo clave para evitar infecciones graves de COVID-19, según este estudio.
De los pacientes analizados la mitad no tenía ninguna enfermedad subyacente, como diabetes, EPOC, enfermedades cardiovasculares, enfermedades renales y cáncer. Casi uno de cada cinco (18 %) tenía solo una y casi un tercio (32 %) tenía dos o más.
Niveles de ejercicios físicos de los contagiados de COVID-19
Determinado el grupo a analizar, se les realizó una encuesta en la que les preguntaban cuántos días por la semana realizaban actividad física, en qué intensidad y, en qué promedio.
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De esta manera se establecieron tres niveles de actividad: los "constantemente inactivos", es decir quienes realizaron algún tipo de actividad física entre 0 y 10 minutos a la semana; luego los que "cumplieron las directrices recomendadas" por los expertos, aquellos que se ejercitaron durante 150 minutos a la semana; y, por último, los que practicaron ejercicio físico entre los 11 y los 149 minutos a la semana, es decir lo que practican "alguna actividad".
Según los resultados obtenidos, solo el 6,4% llevaba con constancia una actividad física; el 14,4% era inactivo y el resto notificó alguna actividad física.
Cabe destacar que de entre todos los pacientes con COVID-19 analizados, el 8,6% fueron hospitalizados, el 2,4% fueron ingresados en la UCI y el 1,6% murió.
La falta de ejercicios físicos: el factor de riesgo más determinante en los resultados
Ante estos resultados, los autores determinaron que quienes no realizaban ejercicio físico tenían el doble de probabilidades ser hospitalizados en comparación con aquellos que registraron una actividad física por 150 minutos a la semana.
"De hecho, la inactividad física fue el factor de riesgo más notable en los resultados, en comparación con los factores de riesgo comúnmente citados, incluidos el tabaquismo, la obesidad, la diabetes, la hipertensión, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer", aseguró Sallis.
Las probabilidades de muerte fueron 2,49 mayores para los pacientes que no realizaban ejercicio físico, en comparación con los pacientes que lo hacían con constante.
"En general, caminar 30 minutos al día, 5 días a la semana y a un ritmo moderado tendrá un enorme efecto protector contra la COVID-19", recomienda Sallis. "La forma en la que alguien puede medir si está caminando a un ritmo moderado es que esté demasiado agotado para cantar pero todavía pueda hablar", dio como ejemplo el especialista. Lo cierto es que el informe no determina cuáles son las razones que explican determinadamente la relación entre ejercicio físico y gravedad de la enfermedad.
Beneficios de la actividad física
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Mejora la capacidad pulmonar,
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Regula la actividad cardiovascular
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Fortalece la masa muscular
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Ayuda a la función inmunológica
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Previene otras enfermedades crónica