Científicas argentinas comprobaron que complementar la medicación correspondiente con aceite de cannabidiol –sustancia química que se encuentra en la planta de marihuana– es eficaz en epilepsias que afectan solo a una parte del cerebro y son resistentes a los fármacos. El estudio, que tuvo una duración de seis meses, fue publicado en la revista Epilepsy & Behavior y su objetivo fue evaluar la eficacia, seguridad y calidad de vida en pacientes adultos. De 44 personas que formaron parte del proceso, más del 85 por ciento redujo a la mitad sus convulsiones mensuales. La publicación estuvo liderada por Silvia Kochen, neurocientífica especialista en cannabis e investigadora principal del Conicet.
“Lo que observamos fue que los pacientes tuvieron una excelente respuesta, con una reducción de la frecuencia de crisis que generaba un cambio en la calidad de vida. Además, hubo una escasísima presencia de efectos adversos que cuando estaban solo se referían a manifestaciones gastrointestinales. No hubo ningún efecto severo que obligara a retirar a una persona del estudio, como puede ocurrir en otros casos”, destaca Kochen, en diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes.
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De un total de 44 pacientes, más de 10 redujeron sus convulsiones un 80 por ciento y la mayoría de los que formaron parte del estudio disminuyeron sus episodios mensuales en un 50 por ciento. La dosis final que utilizaron las investigadoras fue de 335 mg/d administrados por vía oral y ningún paciente informó efectos adversos graves.
Para escoger el tipo de población determinada, las científicas seleccionaron a adultos que tenían un diagnóstico de epilepsia focal, es decir, un tipo de epilepsia que comienza en una zona de la corteza cerebral localizada. A su vez, buscaron personas cuya enfermedad no respondiera a ninguno de los tratamientos médicos convencionales, pero que tampoco fueran candidatos para la cirugía de la epilepsia, una alternativa terapéutica que se utiliza en hospitales.
Una sustancia especial
El aceite de cannabidiol (CBD) se aprobó como medicamento anticonvulsivo para el tratamiento de tipos poco comunes de epilepsia que ocurren en niños, como el síndrome de Dravet, el síndrome de Lennox-Gastaut y el complejo de esclerosis tuberosa. Sin embargo, había pocas investigaciones en torno al CBD y las personas adultas con convulsiones focales que se manifiestan en una zona determinada del cerebro.
Según destacan las investigadoras en el estudio, el aceite de CBD altamente purificado de cannabis sativa es el único fármaco derivado del cannabis que demostró actividad anticonvulsiva en trabajos anteriores. En 2018 fue aprobado por la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos como medicamento anticonvulsivo para el tratamiento del síndrome de Dravet y el síndrome de Lennox-Gastaut. En 2019, la Agencia Europea del Medicamento siguió sus pasos con las mismas indicaciones.
“Cada vez contamos con más evidencia científica sobre la respuesta excelente que presentan muchas de estas patologías con el uso del cannabis y cómo median en las emociones de las personas”, resalta la especialista.
Controlable y desconocida
La epilepsia es un trastorno crónico no transmisible del cerebro que puede afectar a gente de todas las edades. Se caracteriza por convulsiones recurrentes (descargas eléctricas excesivas en un grupo de células cerebrales que pueden producirse en diferentes partes del cerebro), que se traducen en episodios breves de movimiento involuntario y que pueden involucrar una parte o todo el cuerpo. Además, puede ir acompañado de pérdida de conciencia, control del intestino y de la vesícula.
Según la Organización Mundial de la Salud, alrededor de 50 millones de personas en todo en el mundo sufren este trastorno, de las cuales el 80 por ciento se encuentra en países de ingresos bajos y medios. Esta enfermedad neurológica es una de las más comunes y se estima que hasta el 70 por ciento de las personas que la padecen puede llevar una vida normal si recibe el tratamiento adecuado, algo que no suele suceder en los países empobrecidos.
Sobre las epilepsias resistentes a fármacos, investigadores españoles advierten que afecta a una cuarta parte de quienes transitan la enfermedad. Aunque este trastorno puede tener bases genéticas, infecciosas, metabólicas e inmunológicas, todavía se desconoce su causa en la mitad de los casos a nivel mundial.
Con información de la Agencia de Noticias Científicas