El pasado domingo 15 de septiembre, una familia festejaba el cumpleaños de un chico en la calle Ángel Brunel al 3700, en la ciudad de Bahía Blanca. Dos hombres que participaban del almuerzo empezaron a limpiar y desmalezar un lote vecino con la intención de instalarse y negociar con el dueño, a quien aseguran hacía mucho tiempo no lo veían pasar. Un vecino que vio los movimientos le avisó al dueño del terreno, Pablo Dahua, lo que pasaba. Pocos minutos más tarde, el hombre llegó al lugar junto a una mujer y un chiquito en un auto, bajó y tuvo un intercambio de palabras con Emanuel Alarcón, uno de los hombres que limpiaba el terreno, que terminó cuando Dahua disparó al menos seis (6) veces contra Alarcón, se subió al auto y huyó mientras la víctima fue llevada al hospital Penna donde murió.
La investigación que empezó el fin de semana en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires, tras el brutal crimen, avanzó con sorpresas y sospechas. Los resultados no fueron menores: un hombre terminó detenido y varias investigaciones, que se encuentran trabadas hace algunos años, podrían avanzar tras los allanamientos. El primer paso de la investigación fue identificar el auto en el que se movía el agresor. Así llegaron hasta la mujer que lo manejaba que fue detenida y liberada en pocas horas. Seguido de ello, surgió el nombre de su pareja y sospechoso del asesinato, Dahua. La policía y el fiscal se acercaron hasta el barrio de Villa Floresta y en pleno allanamiento encontraron un polvorín, lo que derivó que la causa también se gire al juzgado Federal.
Fuentes judiciales contaron a El Destape que lo primero que les llamó la atención fue que en la casa había material para armar bombas caseras. En el domicilio secuestraron un total de detonadores, fulminantes, iniciadores, baterías y frascos con pólvora. También recolectaron plaquetas, armas de fuego, municiones y cableados. Frente a la sorpresa por los diversos hallazgos, poco relacionados al crimen que se encontraba en averiguaciones, el fiscal a cargo -Jorge Viego- convocó a las brigadas de explosivos y secuestró material que vincula al sospechoso del crimen con al menos dos explosiones que se dieron durante la pandemia, en 2021. Una de las detonaciones se dio en un local de La Cámpora, donde quedaron panfletos que hablaban de “la purga” y consignas de ultraderecha.
"Políticos cínicos y corruptos, sindicalistas millonarios y ladrones, periodistas cómplices y militantes, jueces puestos a dedo y sin Justicia. 70% de pobreza, 20% de desocupación. Nos tratan como ganado, nos quitan la libertad. Jubilaciones de indigentes, matan niños con el aborto, hipersexualizan a nuestros hijos (ESI y pornografía), subvierten los valores naturales, se pasan la Constitución por el traste, traicionan a nuestra patria. Y cuántas razones más para empezar 'La Purga'. Ahora a cuidarse, traidores, sabemos donde viven. ¡Hartos de todos ustedes!", reza el cartel que fue hallado, en aquel momento, en el lugar del hecho. La explosión ocurrió durante la madrugada del 25 de mayo del 2021, en la sede del -por ese entonces- Frente de Todos (FdT) ubicada en Beruti 184. Las explosiones provocaron destrozos en la unidad básica y también en comercios y edificios aledaños, según dirigentes.
En la misma casa, la policía encontró libros de ideología nazi y panfletos contra políticos, jueces, contra el aborto y la educación sexual. En la casa había también una impresora y una fotocopiadora profesional que, entienden los investigadores, era usada para hacer los volantes. Además, la policía allanó casas de los familiares de Dahua donde descubrió un auto marca Fiat color gris que es igual al que se veía en las cámaras de seguridad poco antes de las explosiones del 2021.
En pleno operativo, los policías descubrieron otro dato sorprendente: Pablo Antonio Ceferino Dahua fue candidato a concejal en una lista del partido Frente Patriota cuyo candidato nacional era Alejandro Biondini y cosechó poco más de 300 votos en esa ciudad bonaerense.
Tras más de 48 horas prófugo, luego del crimen cometido en el terreno, Dahua fue detenido cuando volvía a su casa caminando. Investigan si se escondía con amigos militantes de ultraderecha o con algún allegado, ya que descubrieron que es un hombre con aceitados vínculos en el “V cuerpo del Ejército”, donde cumplía tareas administrativas y el Servicio Penitenciario, al punto que vivía y guardaba su polvorín a una cuadra del penal bahiense de Villa Floresta. Mientras tanto, la Justicia Federal analiza los elementos secuestrados y podrían imputarlo en las próximas horas por los atentados en pandemia y otros hechos de violencia política y religiosa donde se usaron los panfletos que el hombre señalado producía en su casa.