Parte médico de Samid: qué tiene y cómo sigue el empresario internado

El empresario Alberto Samid permanece internado en observación, en una clínica de Ramos Mejía.

23 de junio, 2021 | 19.31

El empresario de la carne Alberto Samid sufre un cuadro de "trastorno adaptativo, reactivo, ansioso y con indicadores propios de síndrome confusional" de "origen cerebrovascular", y continúa internado.

El referente gastronómico permanece en la Clínica Trinidad de Ramos Mejía, adonde ingresó a las 11:40 del martes, luego de estar entre 24 y 48 horas "con indicios de involución incipiente", según fuentes cercanas al empresario.

Un día antes de su internación, Samid había sido acusado de acudir a la parrilla Paja Rota, también de Ramos Mejía, donde fue escrachado al ser visto almorzando: dos clientas del lugar lo acusaron de haber violado la prisión domiciliaria.

En 2019, el matarife fue condenado a cuatro años de cárcel por evasión impositiva y asociación ilícita por una causa que tenía más de 20 años. Samid comentó que fue a ese restaurante como proveedor del lugar y que unos amigos le convidaron "un poquito de carne".

Pero desde el comercio negaron cualquier vínculo con Samid y la Justicia confirmó que tenía permiso para salidas laborales en ciertos horarios, pero que no incluían "salidas a comer". Este miércoles, los abogados de Samid presentarían un certificado médico ante el Poder Judicial, que debe resolver sobre el régimen de prisión domiciliaria. edad".

Samid fue escrachado en el restaurante previamente mencionado, donde comía con otras dos personas a pesar de que debe cumplir prisión domiciliaria. Dos clientas del lugar lo acusaron de haber violado esa última, lo filmaron e insultaron, generando que se retire del lugar. Como argumento, el empresario informó que tenía un "permiso laboral" -al trabajar en el Mercado Central de Buenos Aires- y que justamente había llevado mercadería al restaurante. El comercio lo terminó desmintiendo.

Vale recordar que luego de ser detenido en Belice, donde estuvo prófugo hasta el mes de abril del 2019, fue condenado a cuatro años de prisión por evasión. Se encuentra cumpliendo prisión domiciliaria con una tobillera electrónica que lo controla y no lo deja salir de su casa, salvo para trabajar tres veces por semana de 9 a 13. A pesar del permiso laboral, violó las condiciones y pueden quitárselas.

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