Randall llegó al pueblo de Tonto, y puso las cosas en orden en el Saloon «Big Rose». Un par de tiros y piñas, y todos hicieron silencio. Un viejo pianista le advirtió al matador que afuera, escondidos entre las sombras de los techos, los ojos de los rifles lo esperan. Fierro agradece al dibujante y coleccionista Ramón Bustamante por facilitarnos el material para su restauración.