26 de octubre, 2022
Investigación
Gracias a la Fundación Friedrich Eber de Berlín, Fierro pudo completar su investigación acerca de la participación de Francisco Urondo en el semanario JUAN, y así recuperar las 10 entrevistas que «pueden leerse como un gran ensayo periodístico sobre la sociedad argentina».
Por Lautaro Ortiz
Con la entrevista al jockey Irineo Leguisamo se cierra la colaboración de Francisco «Paco» Urondo en el semanario JUAN, publicación que comenzó a circular en mayo de 1967. Urondo firmó su última nota el miércoles 9 de agosto de ese año, en la edición número 13. Más tarde continuaría su labor periodística en Panorama, y la revista JUAN, dirigida por Carlos Alejandro Infante, acabaría por cerrar el 29 de septiembre, completando un ciclo de 20 números.
La importancia de este último semanario, traspapelado en la historia de las publicaciones argentinas y que Fierro recuperó, fue explicada en la nota inaugural de esta investigación «¿Quién es JUAN?». Ahora, tras el hallazgo de los números faltantes, se suman más datos.
Recapitulación necesaria: cuando comenzamos a publicar las entrevistas de Urondo a Quino, Miguel Brascó, Helvio Botana, Leonardo Favio, Leopoldo Marechal, Roberto Cossa, María Rosa Gallo, Martín Karadagián y Aníbal Troilo (ver AQUÍ), contábamos con los 11 primeros números del semanario y con la idea de hallar los 9 restantes mientras ofrecíamos ese material a los lectores, todos los sábados y de forma facsimilar. No fue fácil. En tiempos de pandemia, todo se hizo más complicado.
Creímos que el Instituto IberoAmericano de Berlín tenía la colección completa, tal como figuraba en una de sus fichas bibliográficas. Sin embargo, las autoridades de esa institución nos informaron que sólo poseían un ejemplar del n° 8 y otro del n° 12 que nos los enviaron digitalizado. Nos dijeron además que era posible que la biblioteca de la Fundación Friedrich Eber, también en Berlín, tuviera la colección completa. Así fue. ¿Por qué debimos buscar una revista argentina en las estanterías alemanas? Este interrogante nos lleva directamente a las políticas de conservación de las publicaciones populares en nuestro país, asunto que no analizaremos (ni calificaremos) aquí.
Entonces, gracias a la Fundación Friedrich Ebert con sede en Buenos Aires (*), y gracias a las gestión de Stephanie Tröder, recibimos de forma digitalizada los 8 números de JUAN para terminar de analizar la publicación completa. Digamos de paso que el material digitalizado será donado por Fierro a la Biblioteca Nacional Mariano Moreno.
No creemos que la participación de Urondo en JUAN haya sido simplemente como colaborador. Si bien el poeta en esos años ejercía el periodismo en diversos medios (ver en ese sentido la reciente y notable biografía de Osvaldo Aguirre: La exigencia de lo imposible), parece que en JUAN no sólo dirigía la sección central de entrevistas llamada «La hermosa gente», sino que tenía un escritorio asignado, tal como señaló su compañero Lalo Painceira. Esta idea se refuerza por el hecho de que tras la salida Urondo, la sección quedó vacía y las entrevistas posteriores que se publicaron bajo ese título (Inda Ledesma, Roberto Duarte y Rodolfo Kuhn) no llevaron firmas.
Es notorio cómo desde la salida de Urondo (Tito Cossa ya había dejado la revista en el número 12 luego de una entrevista a Elsa Daniel), el semanario dedica más espacio a los análisis de política internacional (del n° 18 al n° 20 aparece la firma del periodista Gregorio Selser), y a las notas sobre el deporte (sobornos en el fútbol, Pascual Pérez, Racing, los Panamericanos, etc.). En relación al humor, hay que anotar que Landrú deja de colaborar después de los primeros 5 números, que Quino (queda por revisar si sus viñetas de humor en JUAN fueron o no recopiladas) abandona el semanario en el número 18, y que a partir del 13 el que toma mayor relevancia en la publicación es Cilencio: el único de los humoristas gráficos (Landrú, Quino, Geno Díaz y Siulnas) que llegó al último número con una página titulada “El Show de Cilencio”.
El otro dato clave para otorgarle real relevancia a esta publicación lo aporta Matías H. Raia quien, a partir de la investigación de Fierro deduce con acierto la participación en JUAN de un joven Miguel Briante a raíz del testimonio del pintor Carlos Gorriarena acerca del mítico bar Moderno. Aquí su nota.
Más allá del valor documental (y de la sorpresa al asistir, por ejemplo, a una conversación entre el poeta y el luchador Karadajian), estas 10 entrevistas pueden leerse como un gran ensayo periodístico sobre la sociedad argentina confrontando en espejo a personajes populares en un contexto de transformación (aquel año 1967) donde asoman los ojos del Che, la sonrisa exiliada de Perón, la minifalda, la bohemia, la guerra en Vietnam, los cascos verdes, las dictaduras, etc.
Durante sus veinte ediciones es notorio cómo en JUAN el acento estuvo puesto en la juventud creadora (los jóvenes Luppi, Marilina Ross, Alberto Fernández de Rosa, Cristian Banegas, Norberto Suarez, Bárbara Mujica, Conigliaro, Perfumo, Gloria Prat, etc.), apuesta editorial a la que se sumó Urondo retratando a nuevos talentos (Quino, Favio y Cossa) y a personajes populares que (en cierto modo) representaban a la generación anterior como Leguisamo, Marechal, Troilo y Botana. Tras la lectura de estas 10 entrevistas algunos denominadores comunes son evidentes: todos son figuras de relevancia popular pero con contradicciones políticas respecto del peronismo, a excepción de Marechal que parece ser el contrapeso necesario para reafirmar precisamente la contradicción ideológica de los restantes entrevistados. La selección de hombres y mujeres realizada por Urondo forma un cuerpo de ensayo periodístico, y un intento de historiar la cultura argentina a través de creadores a los que se los retrata como hombres comunes testigos de un ciclo en ebullición donde los preceptos (morales, sexuales y religiosos) se encuentran en profundo cuestionamiento. Es notorio, también, cómo Urondo (incluso a costa de incomodar a sus entrevistados) busca llevar la charla hacia terrenos aparentemente simples como la familia, los hijos, el amor, la amistad y el sustento diario, en un intento de presentar a los creadores como hombres que, pese a sus transgresiones artísticas, también son violentados por el sistema y que se ganan la vida como cualquier hijo de vecino, como cualquier JUAN de la argentina.
* La FES, fundada en 1925, es la fundación política más antigua de Alemania. Esta institución se fundó como legado político del primer presidente alemán elegido democráticamente, Friedrich Ebert, a quien debe su nombre así como los principios que la rigen. Para conocer más sobre la tarea de esta fundación que tiene sede en Buenos Aires, les dejamos los siguientes links: aquí y acá.
Lautaro Ortiz
Es poeta, periodista, y guionista. Trabajó con los dibujantes Juan Soto, Pablo Túnica, Lucas Nine e Ignacio Minaverry. Es director de Fierro.
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