26 de octubre, 2022
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En febrero de 1974 el dibujante comenzó a publicar en Noticias, el diario dirigido por Miguel Bonasso. Su propuesta fue ilustrar citas bibliográficas que tanto pueden remitir a la Conquista de América, a la Guerra de la Triple Alianza, al poder invasor de los Estados Unidos, a las dictaduras militares locales, como al rol de la Iglesia. En dos cuadros hizo trabajar a la Historia. «No son los bellos despliegues gráficos de la parte más emblemática de la obra oskiana, ésos plenos de detalles, de juegos con las perspectivas y de gags en cada rincón de la página» sino que aquí Oski apela a «a pequeños, despojados, pero certeros, golpes», dice la autora de esta nota.
Por Judith Gociol
«Sí, exacto. Acertó –anunciaba el diario–. Pronto uno de los más grandes humoristas argentinos nos hará reír en las páginas de Noticias. Y pensar, claro. La historia que contará es vieja como el mundo, pero siempre se renueva, con diferentes protagonistas».
El adelanto se reprodujo en el número 93 del matutito y, dos ediciones después, el 27 de febrero de 1974, apareció el primero de los cuadros humorísticos de la serie «Créase o no del sudor (ajeno)», que Oski realizó para la publicación perteneciente a la organización revolucionaria peronista Montoneros.
Para entonces, el humorista ya era un talento reconocido, que había pasado por revistas como Cascabel, Rico Tipo, Vea y Lea, El Hogar, Tía Vicenta, 4patas, Mengano, Satiricón y el diario Clarín, entre otros espacios, y había publicado en Chile, Italia, Francia, España... En ese trayecto, expuso su obra gráfica y pictórica, se editaron algunos libros, montó escenografías para obras de teatro y participó en algunas producciones del cine independiente de los años 60.
Oski tenía el alma itinerante, el cuerpo inquieto, la mano hábil, la cabeza repleta de lecturas y el corazón de izquierda. Crítico, nunca se afilió a ningún partido político ya que no aceptaba acatamientos, verticalismos ni estructuras, tal como sugieren sus hijos Pablo y Diego en la tesis Un bruto libro de Oski, de Mariana Conti. Prefería conocer las experiencias con sus propios ojos: por eso estuvo en Cuba apenas asumida la Revolución y en Chile durante el gobierno de Salvador Allende, para el que colaboró con algunas campañas gráficas y audiovisuales.
El dibujante dejó Santiago poco antes del golpe militar de 1973 y volvió a Buenos Aires donde permaneció hasta la muerte de Perón y luego rumbeó, una vez más, para Europa. En ese ínterin, publicó en Noticias, quizás el trabajo donde de manera más directa explicitó su ideario. Desde los tiempos en que dibujaba grandes peras para referir sarcásticamente “al que te dije” en sus inicios en Cascabel, mucha agua corrió por el puente hasta llegar a Noticias. Aunque sin ser peronista, su «Créase o no del sudor (ajeno)», coincidía en las denuncias de fondo del diario. El dibujante interpelaba –con humor– el dominio de una parte del mundo sobre la otra, las injusticias, la explotación, el sometimiento de pueblos y culturas a lo largo de los siglos.
Salvo algunas entregas, Oski publicó más o menos regularmente en Noticias un cuadro diario, de estructura similar: dos citas bibliográficas acompañadas por sendas ilustraciones. Los hechos a los que remiten los textos pueden ser la Conquista de América, La Guerra de la Triple Alianza, las inversiones espurias de Estados Unidos fuera de su territorio, las dictaduras militares autóctonas, el rol de la Iglesia... en una constante que va desde los negros cautivos y los pueblos originarios a los asalariados de la década de 1970 bajo la omnipresente certeza de que los poderosos siempre quieren vender gato por liebre.
Cada entrega es una suerte de pastilla informativa y gráfica, basada en textos como las crónicas de Cristóbal Colón y Fray Bartolomé de las Casas (que ya había utilizado en su Vera historia de Indias en 1958), a diarios como La Prensa o La Nación, revistas partidarias como El Descamisado y, de modo muy intenso, Las venas abiertas de América Latina, del que «Créase o no del sudor (ajeno)» podría leerse como la versión dibujada de la investigación que Eduardo Galeano publicó en 1971 y logró inmediata popularidad.
Las «traducciones» –como Oski mismo llamaba– de textos históricos, letras de tango, piezas literarias y obras de arte, así como la parodia de lenguajes, eran recursos caros al artista. En este caso, emuló el tono de «Ripley's Believe It or Not!» («Ripley, ¡aunque usted no lo crea!»), el espacio en el que Robert Ripley, por los años 20, describía acontecimientos extraños, curiosos –y dudosos– sucedidos en el mundo.
Traducido por el dibujante, el formato del «Créase o no» enfatiza –en principio– la gracia porque, en el fondo y per se, juega con el imaginario de lo inverosímil. Solo que en estos cuadros la incredulidad troca en inaceptable y las situaciones podrían ser graciosas si no fueran tan dramáticas como reales. En consonancia con las citas, los dibujos no eluden las torturas, los muertos, las condiciones aberrantes de vida... Imágenes alivianadas, pero solo momentáneamente, como en un espejismo, por el recurso humorístico. A veces la sorpresa frente a lo narrado es tanta que los propios tipitos dibujados salen de la trama para asombrarse de la magnitud y los alcances de la barbarie que están protagonizando, leen ellos mismos los textos y, con su desconcierto, editorializan.
No son los bellos despliegues gráficos de la parte más emblemática de la obra oskiana, ésos plenos de detalles, de juegos con las perspectivas y de gags en cada rincón de la página sino que en estos casos se trata pequeños, despojados, pero certeros, golpes. Con picardía, esos detalles ejemplifican, puntualizan, enfatizan y completan la descripción escrita. Incluso, a veces, la formalidad de ciertas citas se desmorona cuando en el globito alguien grita un vulgar «Raje!» por toda conclusión.
Oski establece un código funcional y claro en relación a lo que quiere transmitir: una gráfica partida. Más allá de la época a la que refiera, de un lado están siempre sus clásicos y elegantes hombrecitos de galera y levita, las ineludibles medias a rayas y un hablar en letra manuscrita cursiva y alargada; del otro, las filas de hombres y mujeres descalzas, con la ropa gastada y desgarrada y un conmovedor gesto de resignación a su condición de sometimiento.
«El tono conserva la ironía, pero debajo de ella subyace la indignación, el escándalo moral y buenas dosis de furia. Si bien los dibujos de Oski no abandonan el humor, la yuxtaposición de los mismos con el contenido de los textos y con el contexto histórico y periodístico en el cual fueron publicados brindan coordenadas de lectura por completo diferentes», sostiene el investigador Amadeo Gandolfo en su trabajo, «Un intelectual de los márgenes: las historietas de Oski en el diario Noticias de Montoneros (1974)».
«Pero, ¿para qué nos vamos a adelantar? –agregaba el anuncio del diario– Espere unos días y se va a enterar». Si no lo leyó entonces, siga esta serie que, desde hoy, reedita Fierro aquí.
NOTA
El material de Oski fue tomado del sitio www.ruinasdigitales.com «proyecto realizado por un grupo de estudiantes de Ciencias Politicas de la UBA» y donde se encuentra de forma libre y gratuita la digitalización del diario Noticias.
Judith Gociol
Periodista, investigadora, editora y curadora.
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