Las cosas que ahora se ven

Para contar hay mucho: que fueron casi cien mil los lectores que entraron a ver qué había de nuevo y de viejo durante este primer ciclo de Fierro; que las redes sociales de la revista crecieron al mismo ritmo que llegaron mensajes de aplausos, de reproches y de exigencias; que las suscripciones (ese apoyo a distancia para que la historieta siga siendo para todos) comenzaron a llegar lentamente demostrándonos que vale la pena el esfuerzo. Sobre esfuerzos:

Oh nosotros, los ingenuos de la celulosa, que nos dimos cuenta días más tarde del lanzamiento, que esta Fierro digital ya no es una revista sino muchas revistas. Y que ahí donde la cantidad de páginas estaba indicada antes por un numerito al pie de cada hoja, ahora solo hay «entradas» que marcan minutos, horas y días de trabajo: desde aquel 16 de septiembre hasta hoy, Fierro puso en juego más 390 páginas, algo que en el mundo real suele llamarse: pedazo de laburo. Sobre laburos:

Hacer una revista de historieta mensual con buenos autores es posible, pero hacer 30 revistas al mes (o una por día) solo se logra si la inspiración de los autores que están online contagia a los que esperan sin conexión: desde Cacho Mandrafina a Frank Vega, desde Carlos Gómez a Lunik, desde Emilio Utrera a Lucas Varela, son muchos los que sacaron turno para entrar en algunos de «esos tiempos» con que ahora se cuentan las páginas de Fierro. 
Tal vez por eso esta revista de ahora, de hoy, no la de mañana que será otra distinta (hay que entrar a ver todos los días para apreciar el sucesivo cambio de los colores), viene tan recargada. Y acaso para competir con la siguiente es que ésta trae además de tres poderosas tapas un nuevo concurso de historietas argentinas, liberado de temas para todos los intereses, y con una sorpresa: la preselección será compartida entre amigos que saben (y mucho) de mirar, leer y valorar este arte. El desafío es grande. Y más aún si se le suma que los suscriptores podrán dar también su opinión. Sobre opiniones:

Escuchamos muchas, elegimos algunas. Pero ellas nos ayudaron a tomar la decisión de comenzar un rediseño del sitio de forma progresiva donde corregiremos errores, incorporaremos nuevas secciones, ordenaremos mejor los contenidos, y seguiremos explorando con los especiales animados. Entre tantas voces que escuchamos, hay que contar las que llegaron desde diversas editoriales europeas y americanas para saber acerca del trabajo de nuestros clásicos que presentamos a los lectores, cada viernes, después de la labor semanal de investigar, hallar, escanear y restaurar: me refiero a Bull Rockett, Vito Nervio, Misterix, y a sus aventuras que aún están a la espera de modernas ediciones. Raro, por el contraste. Porque mientras desde allá hablaron de las «luminarias argentinas», muchos de los de acá todavía siguen encandilados por los altos focos de los castillos bretones. Sobre raros:

Que nadie se haga el que no lo sabe, esta Fierro es mejor que la futura.

Ilustración: Diego Parés.