26 de octubre, 2022
Historias de guerra
A principios de los años 60s, los grandes dibujantes argentinos de historietas dieron su primer paso internacional colaborando en las exitosas revistas de guerra de la editorial británica Fleetway Publications. El dibujante de El Eternauta trabajó durante diez años para Inglaterra produciendo, sobre todo, historietas bélicas, como Sky High, que hoy publica Fierro. Muy poca de esa producción llegó a conocerse en nuestro país.
En la introducción al libro The War libraries (un monumental y completísimo índice de las publicaciones de la editorial Fleetway Publications Ltd), Steve Holland sostiene que hacia fines de la década del cincuenta, Inglaterra estaba ávida de historias que tuviesen por tema la reciente Segunda Guerra Mundial. Los días oscuros habían quedado atrás y la economía comenzaba a mostrar signos de recuperación. Los lectores estaban hambrientos de relatos que revivieran aquel largo período donde Alemania y la locura Nazi tuvieron en jaque al mundo.
En respuesta a esa demanda, hacia 1958, dos editoriales, la D.C. Thomson & Co y la Fleetway Publications, salieron a la calle con dos títulos bélicos. La primera con Warlord y la segunda con War Picture Library. Fleetway atrajo de inmediato la atención de los lectores más jóvenes. Su cómodo formato (13 x 17cm), la cantidad de páginas (64), les pusieron las cosas fáciles a los chicos que podían leer la revista durante el recreo del colegio o en un viaje en ómnibus. Su bajo precio también facilitó que los lectores compraran más de un título por semana. Por otro lado, Inglaterra era (y aún es) un gran consumidor de historias de guerra. Antes del lanzamiento de estas dos revistas, las librerías estaban atestadas de libros de bolsillo con novelizaciones acerca de la Segunda Guerra Mundial que, según los registros de aquel entonces, se vendían como pan caliente.
Plancha de Alberto Breccia para Kit Carson (Cowboy Picture Library, N° 361, 1960)
El crecimiento vertiginoso de ventas amplió el catálogo más allá de la capacidad de producción de la editorial. Lo que puso en un aprieto a sus editores. Hablamos de la producción de miles de páginas por mes (entre decenas de títulos que iban desde historias de guerra hasta títulos protagonizados por enfermeras), esto forzó a la Fleetway a buscar dibujantes fuera del país. Creazioni D’Ami fue la agencia italiana a la que recurrió la editorial para incorporar nuevos lápices. Algunos nombres de los artistas más representativos que incorporó Fleetway, a través de D’Ami, fue el portadista italiano Giorgio De Gaspari o el español Jordi Penalva. Dos pesos pesados de la edad dorada de la ilustración.
Por el contrario, los argumentos estaban en manos de escritores ingleses. Steve Holland detalla muy bien cuál era el método de trabajo de la editorial. No se limitaban a recibir un argumento y enviárselo a un dibujante. Habían establecido un método de trabajo más cercano al de la industria cinematográfica. Ken Mennel, uno de los jefes guión, se encargaba de discutir, ida y vuelta, los argumentos con su equipo, intercambiando y enriqueciendo la historia entre ellos e, incluso, buscando inspiración con otros departamentos. El resultado era muy bueno. En general, los guiones son consistentes y muy bien documentados y esto se debía a que gran parte del equipo creativo había peleado en la guerra, por lo que incorporó sus experiencias a las historias. Otro método de la editorial era contratar a veteranos experimentados para que les enviaran ideas (no el guión en sí, sino sólo detalles o vivencias).
Tira de Hugo Pratt para The Crimson Sea (War Picture Library, N°50, 1960. Gentileza del sitio: Last of the spinner rack junkies)
El arribo a Inglaterra de Hugo Pratt, en el verano de 1959, con parte del equipo de dibujantes del grupo de Venecia (conformado, entre otros, por Battaglia o Hugo Ongaro) significó la primera punta de lanza de lo que sería la exportación de mano de obra argentina al mercado europeo, ya que Pratt había pasado diez años de fructífero trabajo en el país. Tras Hugo Pratt, llegó Solano López que dibujaría el primer número del Air Ace Picture Library. Solano sostenía que «a los ingleses les gustaba como dibujaba los aviones» (entrevista inédita de Lautaro Ortiz), y que fue uno de los motivos por el cual lo incorporaron al staff de la editorial. Junto a López se sumó Jorge Moliterni (quién también tendría una más que fructífera carrera en ese país), y Alberto Breccia, que fue tentado a incorporarse como jefe de arte, a lo que tuvo que renunciar, tras efectuar un viaje a Londres para entrevistarse con los editores, ante la muerte repentina de su cuñada. Posteriormente, se sumarían los dibujantes más jóvenes de aquel período como Horacio Lalia, José Muñoz, Enrique Breccia, Alfonso Azpiri o Gustavo Trigo.
War Picture Library salió a la calle en el año 1958. Steve Holland considera que los primeros diez años fueron los años de oro de la editorial, con multitud de títulos que probaron suerte en toda clase de historias, claro que siempre con el énfasis puesto en lo bélico. Los títulos más exitosos fueron los de Air Ace Picture Library (con casi 500 números) y los de Battle Picture Library. Pero también hubo buena fortuna con historias de guerras navales, deportivas y westerns.
«Sky High» fue la segunda colaboración de Solano para los ingleses y su primer volumen en la colección Air Ace Picture Library (el lector curioso puede leer aquí la serie, material exclusivo de Fierro). Solano ya venía pisando fuerte y tenía sobre sus espaldas la experiencia que le había otorgado la serie «Amapola Negra», publicada en la revista Hora Cero Semanal entre julio de 1958 y septiembre de 1959, con guiones de Héctor G. Oesterheld. Para los curiosos, cabe señalar, que esta serie fue compilada por primera vez en libro en el año 2014 en la «Colección Continuará» de Fierro. La claustrofobia, el horror de las batallas áreas, el coraje y la camaradería ya habían sido expuestas en «Amapola Negra»; por lo cual, el volumen «Sky High» puede leerse como una continuación de esas manías y aciertos estilísticos.
El argumento —que dado los años transcurridos y la perspectiva británica de aquellos días, uno podría considerar del montón— es entretenido y fuera de lo común. No es la historia de un héroe invencible, sino la historia de la redención de un hombre que recupera el coraje perdido en el momento más oscuro. En pocas palabras, la historia que podría haber escrito o contado un veterano de guerra.
Rastrear al argumentista fue una tarea delicada. Gracias a los auspicios de nuestro colaborador Carlos Altgelt y de sus amigos David Roach y Steven Holland (autores de los tomos The War libraries) pudimos enterarnos que el guionista fue un tal “E. Evans”. La última palabra la tuvo, claro está, Steve Holland quién, pacientemente, buscó en sus archivos y nos informó que el nombre completo era “Ellis Evans”, guionista que colaboró apenas dos años con la editorial y que tuvo la fortuna de que sus argumentos fuesen ilustrados por Solano (en el caso que nos ocupa, Air Ace Picture Library, número 5, marzo de 1960), por Jorge Moliterni en Lone Commando (War Picture Library, número 36, febrero de 1960) y por el mismísimo Hugo Pratt con el título Pathfinder (War Picture Library, número 40, marzo de 1960). En el corto período de dos meses, Evans consiguió que tres vacas sagradas de la historia de la historieta pusieran en imágenes sus guiones. Lo curioso fue que, a la hora de verificar la lista de cheques de la editorial, la firma del tal Evans siempre estuvo antecedido por un “Mrs” o “Miss E. Evans” lo que indica que el guionista era mujer, algo completamente atípico para aquellos años.
No se puede hablar de la larga década inglesa de Solano López sin hablar un poco qué significó Fleetway Publications para la historia de la historieta argentina. Fue el gran período de exportación y migración de dibujantes y fue también la primera gran apertura del dibujo argentino al mundo. El primer vistazo a una escuela moderna de dibujantes, formados en las trincheras de revistas de avanzada como los títulos que publicaba la Editorial Frontera (a cargo de los hermanos Héctor Germán y Jorge Oesterheld) o los de Cesare Civita de la Editorial Abril. Dibujantes como Moliterni, Solano, Breccia (ya muy cerca de alcanzar la forma más eximia de su arte) deslumbraron a una ya anticuada escuela de historieta inglesa que no se renovaba desde los años treinta. También significó un largo período de silencio en el país para los grandes maestros de nuestra historieta y la oportunidad, para los más jóvenes, de tomar el lugar que habían dejado vacante esos maestros.
El período de Fleetway Publications en la obra de Breccia, Pratt, Solano u otros dibujantes de estos lares, siempre fue una figurita difícil de completar para los coleccionistas de rarezas. En el libro de charlas Breccia, el viejo, conversaciones con Juan Sasturain (Editorial Colihue, 2013), Alberto cuenta que los ingleses ni siquiera tenían la cortesía de enviarles ejemplares y que tampoco les estaba permitido firmar sus trabajos.
Décadas después, esos trabajos fueron rastreados. Durante los 70s, algunas de esas historias volvieron a imprimirse en la Argentina, en revistas de segunda línea, sin ni siquiera señalar a los autores. En el 2010, la Editorial Panini S.P.A. publicó una serie de volúmenes que agruparon parte de la producción de Solano López, Alberto Breccia y Hugo Pratt para la Fleetway. La colección se llamó “Diario de guerra”. Los libros fueron impresos en tapa dura y cada volumen agrupaba cuatro aventuras. Lamentablemente, la restauración gráfica no fue la mejor, perdiéndose muchos detalles de las ediciones originales. Cabe aclarar que «Sky High» no fue publicado en las dos compilaciones que se hicieron sobre los trabajos de Solano, por lo cual los lectores de Fierro tienen, por primera vez desde su edición original, la oportunidad de leer y de disfrutar esta extraordinaria obra del autor de «El Eternauta».
Los trabajos realizados para la Fleetway adolecen, tal vez, del vuelo artístico que caracterizó la obra de estos monstruos de la historieta. Sin embargo, el profesionalismo y el detalle con que fueron encarados hacen que el resultado sea extraordinario. El paso de los años fue benigno con estas historietas y, sin duda, su detallismo, técnica y estilo las colocan entre lo mejor que produjeron estos maestros de la historieta mundial.
Plancha de Solano López para Gun shock (Air Ace Picture Library, N°17, 1960)
Mariano Buscaglia
Es guionista, editor y novelista. Realizó las series Museo y Mano Blanca, en Fierro, con Patricia Breccia. Es Jefe de Redacción de la revista.
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