La oposición dialoguista volvió a complicar al gobierno con el avance de la ley Bases. Ya había fracasado, el martes, la posibilidad de dictaminar sobre el pacto fiscal y el proyecto ómnibus corrió el mismo destino pese a la confianza oficialista generada tras la negociación de modificaciones. El dilema de los radicales y las diferencias dentro del macrismo, más filosóficas que circunstanciales.
Durante el plenario de comisiones de este miércoles, el oficialismo hizo circular un borrador de dictamen, como había adelantado Guillermo Francos un día antes, con los cambios pedidos en las conversaciones de los últimos días. Horas antes, el radicalismo había mantenido una reunión con la Casa Rosada para avanzar en esos cambios, que alentaron a La Libertad Avanza falsamente.
Se plantearon nuevas objeciones dirigidas a la reforma del Estado que habilita la disolución total o parcial de organismos públicos, se pidió la inclusión de más entes a la lista de “salvados”, se cuestionó la privatización de Aerolíneas Argentinas, así como la de RTA y el Correo Argentino, todas empresas de mucha importancia a lo largo y ancho del país. El famoso RIGI no quedó fuera de las críticas de espacios clave para el gobierno, así como la moratoria previsional y la cuestión del empleo. Los fondos fiduciarios también formaron parte del listado de observaciones, así como los hidrocarburos. Martín Lousteau planteó una serie de modificaciones en 40 artículos, por lo que el avance en un acuerdo aún parece bastante verde.
En diálogo con El Destape Radio, la diputada de la UCR, Danya Tavela, leyó que Lousteau “va a acompañar en la medida de que los cambios lo satisfagan. Me da la impresión de que hoy no va a acompañar la Ley Bases” porque mostró muchas distancias con lo propuesto por el gobierno, como “jubilaciones, universidades, obras públicas, cambios en el RIGI y en el blanqueo. Hoy me da la impresión de que no va a acompañar en general la ley". Efectivamente, por ahora ese apoyo no está cerrado pese a que el bloque espera aportar los 13 votos positivos, en general, que posee.
En Diputados, Evolución, el espacio de Lousteau, acompañó ambas leyes en general pero mostró algunas objeciones en el debate en particular. La especulación del espacio radical en el Senado se basa en esa performance. Los centenarios esperan tener 13 votos afirmativos porque, en la Cámara Baja, el sector del porteño los aportó. Pero no pareciera ser un asunto cerrado.
Según se explicó desde una de las bancas, cada diputado votó en función de sus miradas y su compromiso. En esas posiciones bastante individuales, se leyó que Lousteau tiene una postura clara en contra de algunos temas, como puede ser la delegación de facultades y que otros de su espacio no comparten. Bajo el argumento de que todos los presidentes tuvieron facultades delegadas, algunos decidieron acompañar esa iniciativa, sobre todo porque, durante los tumultuosos días de negociaciones veraniegos, se acotaron a pedido, entre otros, de la UCR.
“Es lógico que haya diferencias de miradas”, pero “no tenemos crisis (internas) por esas cosas”, sostuvo una fuente boina blanca. “Además, es el presidente del partido y tiene que hacer síntesis de las posturas militantes”, se acotó. En la UCR hay un debate por la representación de las demandas sociales. Hay quienes creen que, en este último tiempo, se construyó una distancia importante entre la dirigencia y sus votantes. Del otro lado, están los que piensan que la crítica mileísta es un fenómeno del AMBA pero que en el interior del país el apoyo es más notorio.
Dentro del Congreso se leyó como correcta esta segunda opción y se le sumó otro factor: todavía el ajuste no hizo estragos. A esos dos componentes hay que adosarle un tercero, la distancia ideológica, política y partidaria con el kirchnerismo que, de momento, genera más rechazo que trabajo conjunto.
El voto de Lousteau todavía es una incógnita y depende, evidentemente, de las modificaciones que puedan llegar a hacerse durante el debate en comisión. “El voto de la UCR será mayoritariamente positivo”, dijo Víctor Zimmermann, senador de ese bloque, en diálogo con El Destape Radio.
El que quiere que que el proyecto se apruebe es Mauricio Macri, que ve, en estos idas y vueltas, una pérdida de tiempo. Para el PRO, el gobierno debería tener su primera herramienta parlamentaria. Los gobernadores amarillos están listos para asistir, como los radicales, al pacto que convoque el presidente, cuando eso suceda, y dejaron de lado los conflictos por financiamiento y servicios, los que no mezclaron con el debate parlamentario.
Mauricio se reunió con su tropa y el mensaje fue claro. Ese apoyo parlamentario – y fuera del Congreso - seguirá, pero no será a como dé lugar y el PRO funcionará como un aliado indispensable, pero no desaparecerá tras la sombra de La Libertad Avanza.
“Acompañamiento sin cheque en blanco”, graficó un dirigente amarillo que se vio con Macri en las últimas horas. En contraste, señaló que Patricia Bullrich “acompaña en todo”, aunque dijo percibir la existencia de “matices”.
Después de la reunión de Macri con la mesa chica – donde estuvo María Eugenia Vidal, una dirigente que llegó al Congreso gracias a Horacio Rodríguez Larreta pero se distanció de él, cada vez hablan menos -, se difundió la nueva línea PRO. Ignacio Torres, gobernador de Chubut, aclaró que él no está dispuesto a ser funcionario del gobierno y que “lo más sano” para el partido que integra es “recuperar la vocación de poder”.
Rogelio Frigerio, su par de Entre Ríos, tiene la misma posición, la de mantener la identidad, no fusionarse y, a lo sumo, avanzar en una coalición electoral, aunque para eso todavía falte tiempo. Jorge Macri, jefe de Gobierno porteño, también está en sintonía con los otros mandatarios. Una suerte de reseteo amarillo para volver a los orígenes y recuperar la representación perdida, según Mauricio, por la gestión de Bullrich.
De la reunión macrista no participó ningún bullrichista. Para el presidente del PRO, no se puede hablar de una estrategia partidaria en presencia de dirigentes tan vinculados a la ministra de Javier Milei. A Patricia la ven muy adentro del Gobierno, que es lo que, por ahora, el macrismo dice querer rechazar. Aliados pero no parte.
Una fuente del bullrichismo se despegó de la lectura macrista y negó que, desde su sector, hayan planteado una fusión con La Libertad Avanza. “Nunca lo hemos planteado o barajado como posibilidad”, sostuvo. Esto no fue lo que interpretaron en el PRO-M. Lo cierto es que la ministra de Milei ya expresó, en varias ocasiones, que los dos espacios políticos deberían estar juntos en las elecciones. Las del año que viene demandarán alianzas provinciales, no nacionales.
Mauricio, por ahora, no quiere robarle el protagonismo a Milei y espera que la ley Bases avance para hacer lo propio desde su partido. Se espera que a fines de junio vuelva a existir un encuentro amarillo como el del martes, una vez más en Olivos.