Qué pasaba en la Argentina de Menem y Duhalde cuando mataron a Cabezas

El crimen del reportero gráfico el 25 de enero de 1997 encontró al país en el final del menemismo, cuando se empezaba a caer el castillo de la convertibilidad. La pobreza llegaba al 35% y había una desocupación que superaba el 30%. 

19 de mayo, 2022 | 00.05

El crimen del reportero gráfico José Luis Cabezas encontró al país en el final del menemismo, cuando se empezaba a caer el castillo de la convertibilidad. Meses más tarde, en las elecciones legislativas de 1997, se dio la derrota del oficialismo que respondía a Carlos Menem y que anticiparía otro traspié: Eduardo Duhalde perdería los comicios presidenciales. 

¿Qué pasaba entonces en Argentina mientras el cuerpo del periodista era encontrado calcinado en un Ford Fiesta blanco? El "1 peso 1 dólar" sufría su primera crisis tras seis años de su presentación realizada por el ministro de Economía, Domingo Cavallo. La depreciación del real brasileño dejó poco competitivo al mercado local. 

El plan económico de Menem se hacía trizas: la pobreza llegaba al 35% y había una desocupación que superaba el 30%, según un informe de la cartera de Hacienda de 1996 que da cuenta de estos datos durísimos. ¿La zona más perjudicada? El Gran Buenos Aires gobernado por Duhalde. 

"Dentro de la misma área, pero tomando únicamente la zona del Gran Buenos Aires, el 33,5% de los hogares estaban debajo de la línea de pobreza en octubre de 1996 contra el 31,0% del año anterior. Esta tendencia se verifica en menor grado en los hogares indigentes, ya que el porcentaje de octubre de 1996 continúa siendo 9,9%, como en mayo de 1996", destaca el informe. Un dólar seguía costando un peso argentino... 

El sueldo mínimo en esa época era de 200 pesos. El 2 de enero de 1997, 23 días antes del crimen de Cabezas, Menem dijo que "en 1996 hubo inflación cero". Diciembre había sido el sexto mes con deflación durante ese año. Anteriormente los precios habían caído en los meses de febrero, marzo, mayo, agosto y noviembre.

En la oposición, un cordobés llamado Fernando de la Rúa acababa de ser electo Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Era radical. Y los boina blanca empezaban a poner su esperanza para 1999. Terminaría finalmente como el presidente de la fatídica Alianza. 

El Gobierno comenzaba a dar el primer paso fundamental para uno de los casos de corrupción más escandalosos de la historia argentina: los sobornos de la empresa alemana Siemens en Argentina para imprimir los DNI. Meses atrás, se realizó el llamado a licitación pública para instrumentar y operar un sistema de control migratorio y de identificación de personas. 

Cavallo, ministro de Menem, denunciaba que el Gobierno quería manipular a la Justicia. Así llegó la denuncia de "la servilleta de Corach". El ministro de Interior era el principal apuntado, aunque nunca se supo a ciencia cierta si era real la denuncia. "En otra reunión, Corach, en una servilleta, me puso los nombres de todos los jueces federales y de algunos jueces de instancia. Me dijo: 'Éstos me responden a mí. Estos, lo que yo digo, hacen´", declaró.

Por otra parte, mientras su grupo familiar le devolvía Sevel a Fiat, un joven de 37 años empezaba a hacer crecer su ambición política en su primer año como presidente de Boca: se llamaba Mauricio y su apellido italiano ya era conocido hace varios años.

Cuando encontraron el cadáver de Cabezas, la agenda mediática estaba cooptada por el Caso Coppola. En una mezcla de jet set, fútbol, medios, política y poder judicial, la televisión se había unido en una sola causa: la detención del manager de Diego Maradona tras un allanamiento en su domicilio.