Un escándalo diplomático se armó entre Argentina y Chile por que acusan al embajador de Javier Milei de dichos repudiables. Se trata de Jorge Faurie, quien el viernes pasado protagonizó un entredicho ante diplomáticos chilenos de la embajada en Buenos Aires, representantes del Consulado de Mendoza y el delegado presidencial provincial de Los Andes, Cristian Aravena Reyes.
El episodio generó cuatro oficios que desde las representaciones de Chile en Argentina se enviaron a La Moneda y la Cancillería chilena. Pidieron al Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país “adoptar medidas” en Santiago por expresiones “irrespetuosas” del embajador argentino.
“Mi país (Argentina) ya era potencia agrícola mientras ustedes recién aprendían a comer”, fue una de las polémicas expresiones del embajador Faurie que mayor molestia generaron entre las autoridades chilenas presentes en una reunión efectuada hace algunos días en Uspallata, Mendoza.
El hecho lo dio a conocer la prensa chilena. Jorge Marcelo Faurie fue ministro de Relaciones Exteriores en el Gobierno de Mauricio Macri, se desempeñó como ministro consejero a fines de los 80 y comienzos de los años 90 en la administración de Carlos Menem.
El incidente con el actual embajador argentino en Chile ocurrió el pasado 15 de marzo, en el Complejo Internacional Cristo Redentor –también conocido como Paso Los Libertadores– cuando dos delegaciones, una chilena y otra argentina, recorrieron las dependencias del Área de Control Integrado (ACI), donde trabajan funcionarios a cargo de los controles fronterizos de Aduanas y Migraciones de ambos países, más fiscalizadores del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de Chile.
El objetivo de la visita era conocer en terreno el funcionamiento del Sistema Integrado Cristo Redentor (SICR), que une las fronteras de Chile y Argentina, y sus instalaciones, además de interiorizarse de materias procedimentales con el objetivo de mejorarlas y “hacer más eficientes los procedimientos y reducir los tiempos de transportes de carga”. Lo anterior, principalmente, debido a que –según los diagnósticos argentinos– los procedimientos de control resultan excesivos por el lado chileno y demoran “en extremo” el tránsito de camiones que salen desde Argentina hacia Chile.
Las conversaciones comenzaron el día anterior en Mendoza, hasta donde arribaron Faurie; el embajador chileno en Buenos Aires, José Antonio Viera-Gallo; la consejera Francisca Montealegre, segunda autoridad de la sede diplomática chilena; y el cónsul de Chile en Mendoza, David Quiroga Hinojosa.
Al día siguiente, el embajador Viera-Gallo, por prescripción médica, debido a los 3.500 metros de altura en que se encuentra el recinto de control, los esperó en Mendoza. Los demás diplomáticos, junto con el delegado presidencial provincial de Los Andes, Cristian Aravena, además del representante de la Dirección de Fronteras y Límites (Difrol), Pedro Pablo Silva, y autoridades de ProChile, llegaron a la cita, la cual –según explican miembros de la delegación a la web El Mostrador– fue particularmente incómoda por la conducta “ofensiva” de Faurie con los chilenos.
En la sala de reuniones del Área de Control Integrado (ACI), de acuerdo con el relato de testigos al portal chileno El Mostrador, cuando ingresó el representante de Milei solo saludó de mano a dos de los funcionarios presentes e ignoró por completo al delegado presidencial.
“Llegado el momento de reunirnos en Uspallata, en el recinto ACI Argentina, el Embajador Argentino hizo ingreso a la sala de reuniones saludando de mano solo a algunos de los que ahí se encontraban presentes, no saludó al Delegado Presidencial de Los Andes; acto seguido el Embajador dio inicio a la reunión aun cuando no estaban en la mesa todos los convocados, no dando tiempo ni posibilidad a que cada uno se presentara y diera a conocer a qué organismo o servicio representaba. La reunión continuó con las consultas respecto de los funcionamientos, trámites y tiempos de demoras en el ACI a personal funcionario público argentino y a representantes de gremios de transportistas”, señala un oficio del delegado presidencial, con fecha 18 de marzo, enviado al jefe de la División de Gobierno Interior, el socialista Enrique Inostroza, dependiente y hombre de confianza del subsecretario del Interior, Manuel Monsalve (PS).
“Una vez finalizada la intervención de quienes habían sido objeto de consultas el Embajador preguntó ‘si de parte de Chile alguien quería decir algo’ (sic). Por supuesto, tomé la palabra en mi calidad de Delegado Presidencial Provincial de Los Andes, dando a conocer mi cargo y representación, dando los saludos correspondientes, agradeciendo la visita de Embajador, momento en el cual este interrumpe imprudentemente diciendo ‘el Estado Chileno acostumbra a crear figuras de representación, en especial esta de Delegado, ¿qué es eso, qué es un delegado?, nuestro Gobierno no reconoce tal cargo y no le atribuye ninguna importancia ni validez a la misma’. Acto seguido, el Delegado Presidencial replica que es él quien representa al Presidente de la República en la Provincia y que su cargo no es antojadizo sino establecido legalmente (…), ante la presencia del gremio de camioneros (Aprocam), el solicitarse por parte del Embajador 24 horas de funcionamiento de los pasos fronterizos a como dé lugar, poniendo por delante el comercio y la actividad económica del transporte por sobre la vida y seguridad de las personas, incluso, puso como ejemplo, que de no darse lugar a estas solicitudes su país podría cortar el suministro de gas de Concepción al sur de Chile”, detalla un oficio que llegó a La Moneda. Por la tarde se realizó una nueva reunión, esta vez en territorio chileno, en el complejo Los Libertadores, que se desarrolló en un clima todavía más tenso y en donde la delegación argentina pidió que el cruce fronterizo funcionara 24 horas al día.
Informa el oficio que en esa reunión el embajador “se alteró al punto de alzar de manera exacerbada su tono de voz y más aún, el dar golpes en la mesa, increpando al representante de la Dirección de Fronteras y Límites de Chile, Pedro Pablo Silva, manifestado que ‘él tenía años de experiencia y no le iban a venir a contar cuentos’, esto último a raíz de que no le agradó que se le dijera que respecto a las revisiones exhaustivas de SAG, estas no podían ser obviadas con la finalidad de dar más fluidez al paso, reduciendo los tiempos de espera, ya que estas estaban claramente establecidas al igual que sus procedimientos. Ante estas circunstancias y discusiones la reunión se dio por finalizada”.
En un segundo oficio –al que accedió El Mostrador–, en cinco puntos, el cónsul general de Chile en Mendoza, el ministro consejero David Quiroga, alertó a modo de reclamo a la Dirección de Fronteras y Límites (Difrol), que encabeza el abogado Carlos Dettleff, con copia al embajador de Chile en Buenos Aires, José Antonio Viera-Gallo. En el documento oficial se informó que el objeto de la visita a los complejos fronterizos chileno-argentinos se vio “frustrado”, debido a que el embajador Faurie “evidenció actitudes inamistosas e irrespetuosas” dirigidas, especialmente, hacia el delegado presidencial provincial de Los Andes, personeros de Difrol y otros responsables de los servicios públicos chilenos que asistieron a la reunión.
“En dependencias del complejo Los Libertadores y ante la explicación que se le brindó a propósito de los controles del SAG y el perfil alimentario de nuestro país, Sr. Faurie alzó la voz manifestando que ‘no le voy a aceptar que diga eso, puesto que mi país ya era potencia agrícola mientras ustedes recién aprendían a comer’. Resulta altamente frustrante que en el encuentro no haya existido una disposición decorosa de la contraparte para indagar detalles precisos sobre las actuales necesidades del SICR. El denuesto citado no fue el único, y acciones como la descrita más bien enlentecen los consensos y obstaculizan avances en esta sensible materia”, señala el oficio del cónsul Quiroga.
Según manifestó el diplomático chileno a la Cancillería en este informe, el SICR “exige capacidad técnica y sustantiva para tratar en la actualidad un capítulo importante de la relación fronteriza” y expresó, además, que esperaría “que este tipo de situaciones no vuelva a repetirse en el futuro”.
Lo delicado de los relatos registrados no quedó ahí, sino que más bien el episodio escaló y habría llegado un informe hasta el Segundo Piso de La Moneda durante esta semana. De hecho, desde la Subsecretaría del Interior, también el 18 de marzo pasado, se envió un oficio al director de Fronteras, Carlos Dettleff, informando una serie de incidentes a la Cancillería, y a diversas autoridades de la diplomacia chilena, y mencionando “el malestar” generado en la comitiva nacional, junto con sugerir la adopción de “medidas diplomáticas pertinentes”.
“Junto con saludarlo atentamente, cumplo con informar que en el marco de la reciente visita del Embajador de Argentina en Chile, don Jorge Faurie, y del Embajador de Chile en Argentina, don José Antonio Viera-Gallo, al Sistema Integrado Cristo Redentor, y en virtud de lo señalado en el Ordinario adjunto del Delegado Presidencial Provincial de Los Andes, mediante el cual relata una serie de actitudes y acciones ofensivas por parte del Sr. Embajador de Argentina. Sin perjuicio de la situación planteada por el Delegado de Los Andes, y atendiendo al hecho que integrantes de la Unidad de Pasos Fronterizos también fueron parte de este recorrido, hacemos presente el malestar ocasionado por la conducta del Sr. Embajador, lo cual no solo resulta ofensivo hacia nuestro país, sino que también no se condicen en absoluto con el histórico vínculo de cooperación y fraternidad que desde siempre ha caracterizado las relaciones diplomáticas entre Chile y Argentina. Considerando lo acaecido en esta instancia, informamos de esta situación a efecto de las medidas diplomáticas pertinentes”, precisa, a través del oficio N.º 8559, el jefe de División de Gobierno Interior, Enrique Inostroza, al jefe de Difrol, Carlos Dettleff.
Faurie, consultado por El Mostrador acerca de los incidentes y sus expresiones registradas en informes del Gobierno chileno, afirmó que los episodios relatados “estaban un poco extralimitados”, ya que “no hubo un momento de tensión tan marcado” en la cita bilateral, como en cambio aseveran las autoridades chilenas. Además aseguró que, si bien “recuerda que señaló que Argentina era una potencia agrícola”, no dijo la segunda parte de la frase y añadió “que eso más bien es un agregado de alguien”, ya que su idea –continuó– “no es dificultar la relación bilateral”.
“No. No recuerdo haber tenido ninguna expresión así respecto de esto, no recuerdo esa parte del diálogo. Creo que fue una reunión positiva. Hablamos de la relación bilateral y de nuestra inquietud de cómo trabajar con el SAG de una manera que no se convierta en un factor de impedimento en el cruce de fronteras. Todo lo que hagamos para asegurar que, digamos, de los muchos pasos que tenemos, por lo menos los 5 o 6, que son los que trabajan más activamente o con horario más extendido, funcionen a pleno, es sumamente importante. Especialmente en etapas o periodos como el que viene ahora, como Semana Santa. Nos parece que debemos hacerlo mejor para que esta realidad de integración la concretemos”, dijo el embajador a El Mostrador.