Luego del reclamo del Fondo Monetario Internacional para que el Gobierno logre apoyo político para “garantizar la durabilidad y eficacia de las reformas”, el presidente Javier Milei frenó su embestida contra la oposición y la invitó a negociar. La respuesta se vio en la red X de inmediato: doce gobernadores aceptaron el convite. El primero fue Nacho Torres, el gobernador de Chubut recientemente elegido que fue protagonista de una escalada opositora que llevó a que 22 de sus pares provinciales lo apoyaran. Con esto, el gobierno puede ganar tiempo e incluso intentar frenar la hasta ayer segura caída del DNU en el Senado. Lo que no podrá frenar con su discurso de apertura de sesiones ordinarias del Congreso es la dramática caída de la actividad económica, del empleo y de ingresos que generó su plan económico.
Luego de su visita a Argentina, la número dos del FMI, Gita Gopinath, emitió un documento que reclamaba “proceder de forma pragmática para asegurar apoyo social y político es fundamental para garantizar la durabilidad y eficacia de las reformas”. Milei, que necesita el acuerdo con el organismo, entendió el mensaje y actuó en consecuencia. Al igual que Cristina, que en su carta primero golpeó fuerte al Gobierno para sobre el final poner sobre la mesa propuestas, Milei, con su estilo, siguió el mismo camino: primero le habló a sus seguidores, luego vapuleó a la clase política y al final los invitó a negociar con propuestas concretas. El tema es que Milei no es Cristina: él tiene y confirmó ayer en su discurso un profundo desprecio por la democracia. Cuando insulta a los gobernadores, legisladores, sindicatos y hasta a periodistas insulta a todo el sistema democrático.
Milei propuso un pacto fundacional de 10 puntos a firmarse en mayo en Córdoba. Pero al mismo tiempo agredió fuertemente al kirchnerismo: como si no estuviera invitado a la fundación. El gobernador Axel Kicillof piensa que el presidente quiere instalar que “ahora la casta es el kirchnerismo”. También que la cita en mayo tiene que ver con intentar “hacer confluir el calendario político con el económico” porque cree que para ese momento habrá pasado lo peor. “Lo de mayo es la plataforma libertaria. Hay gobernadores que no quieren pegarse al kirchnerismo porque en su provincia Milei ganó por escandalo y salieron a saludar el diálogo, pero lo que acordamos entre todos esta vigente. Los reclamos son comunes y no veo que vayan a aprobar en el Congreso lo que rechazaron hace dos semanas”
El presidente llevó la agenda hasta ahora porque el Congreso en sesiones extraordinarias solo podía tratar las iniciativas del Ejecutivo. Pero Milei sabía que en marzo con la apertura de las sesiones ordinarias la agenda la iba a manejar la oposición. El Fondo de Incentivo Docente y el Fondo de Transporte tenían número para su tratamiento parlamentario. El primero con la posibilidad de revertir un veto presidencial. El alivio fiscal que pone sobre la mesa para la negociación se podía lograr sin su venia. Por eso le conviene sentarse a negociar algo más grande y sacar parte de la Ley Ómnibus a cambio. Los fallos judiciales también lo iban cercando. Se lo había advertido Mauricio Macri en su reunión de hace dos semanas y se lo confirmó Cristian Ritondo esta semana. El presidente le hizo un guiño al gobernador de Córdoba Martín Llaryora proponiendo el Pacto de Mayo en su provincia. El jefe provincial cree que “el presidente se dio cuenta de que no nos iba a torcer el brazo con trolls ni con insultos y que en marzo empezaba otro partido”. Piensa que la Ley Ómnibus parte de donde la dejaron y que los reparos que surgieron en el recinto volverán a estar sobre la mesa, pero que es posible acordar. De todas manera señala que “un plan de ajuste como el actual no tiene futuro. Hace falta un plan productivo porque si no cae la actividad y con ella la recaudación y el ajuste es inocuo”.
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El presidente consiguió de inmediato el apoyo de gobernadores del PRO y algunos radicales. Es posible que en los próximos días sume a algunos peronistas. Pero hay varios nubarrones a la vista. Por un lado, varios de esos mandatarios venían creciendo en la consideración pública en sus territorios enfrentando a Milei para defender a sus votantes y ahora irán a apoyarlo en el momento más duro del ajuste. Por otra parte, el reclamo del presidente de primero votar la ley ómnibus y recién después darles “alivio fiscal” los volverá a enfrentar con artículos difíciles de digerir. A la vez no es claro si el gobierno logrará sus objetivos o pronto tendrá que volver a devaluar y ajustar por la presión inflacionaria sobre el tipo de cambio y la caída de la recaudación. Es decir que los gobernadores van a pagar un alto costo político en el peor momento con un pronóstico incierto. Dependerá de si esta vez Milei acepta negociar la Ley o exige que la voten a libro cerrado como dejo entrever en su discurso. Por último, habrá que ver si el presidente logra mantenerse en la senda iniciada o pierde los estribos nuevamente como cuando retiró el proyecto y aborta la operación.
Si se lee el discurso detenidamente el presidente exige un apoyo incondicional para una agenda absolutamente reaccionaria, que empieza con un esfuerzo fiscal inédito frente a una sociedad exhausta luego de ocho años de caída de ingresos, que pone un candado a la emisión bajo pena de cárcel para quien ose abrirlo. ¿Qué hubiera pasado durante la pandemia con esa ley? El proyecto de Mayo no habla de producción, industria, campo, ciencia, educación. Solo se refiere al empleo para precarizarlo. Es un proyecto para volver a su añorada primera parte del siglo 20 en la que había 40 % de desnutridos y un pueblo analfabeto.
Esta negociación se dará en el marco de una inflación que en febrero y marzo no bajará del 15%, despidos, suspensiones, cierres de empresas temporales y definitivos y una cadena de paros de distintos gremios que ahora estarán más predispuestos a enfrentar al gobierno tras la amenaza de ir por ellos y terminar con el mundo sindical tal como lo conocimos hasta ahora.
Marzo será un mes dificilísimo para el gobierno. En varias provincias no habrá clases, llegan los gastos escolares y las enormes subas de luz y gas. El rebote de la inflación en la última semana de febrero y el aumento de los precios regulados presionará sobre la inflación. En abril el gobierno necesita los dólares de la cosecha gruesa. Pero la situación se complicó. La cosecha será mucho menor a la esperada, los precios en el mercado de Chicago se derrumbaron y la inflación desde que asumió Milei hasta fin de abril será del 100%. Así, los productores pedirán una fuerte devaluación o una baja importante de las retenciones. El panorama luce complicado.
El entrerriano Edgardo Kueider y el correntino Carlos Espínola seguían manteniendo su posición de rechazar el DNU luego del discurso presidencial. Si sale será un primer golpe contra el ánimo de negociación mileista. La oposición tampoco la tiene fácil: la carnada que les tiró el presidente a los gobernadores puede romper la unidad incipiente generada por los ataques del Gobierno. El macrismo ve como Milei se lo va comiendo. Unión por la Patria puede sufrir algún desmembramiento si avanza la negociación propuesta por el presidente.
Milei golpeó duro a los sindicatos y criticó a Cristina -muy enojada por el ataque del presidente-, Sergio Massa, Juan Grabois y Máximo Kirchner. Desde que asumió se dedicó a confrontar con el gobernador de la provincia de Buenos Aires Axel Kicillof. El bonaerense abre las sesiones de la legislatura el lunes y le contestará fuerte a Milei. Ese grupo que el presidente eligió para confrontar y hoy es marcado como enemigo de las fuerzas del cielo quedará fuera de la responsabilidad de la masacre social que impulsa el gobierno. Ellos y quienes sepan tomar distancia de la locura libertaria tendrán que conformar una alternativa lo suficientemente seductora para evitar que luego de tanta penuria esto termine en un “que se vayan todos” que esta vez resulte en una deriva autoritaria. Todo es muy dinámico, pero la crisis tomó una velocidad brutal, el gobierno sigue ajustando y mayo queda muy lejos.