Otra visita sorpresa de EEUU: llegó el jefe de la CIA a Argentina

William Burns se convirtió en el último funcionario del Gobierno de Joe Biden en visitar el país, un largo listado que se aceleró como no sucedía desde hace décadas, con la asunción de Javier Milei. 

20 de marzo, 2024 | 17.03

El director de la agencia de inteligencia más famosa de Estados Unidos, la CIA, William Burns, llegó este miércoles a Argentina, según pudo saber El Destape, y se convirtió en el último de una larga lista de funcionarios de la administración de Joe Biden en visitar al aún flamante Gobierno de Javier Milei. El viaje no había sido anunciado y, según versiones periodísticas, tuvo reuniones en la Casa Rosada con el jefe de gabinete, Nicolás Posse, y el titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Silvestre Sívori. 

El titular de la CIA no suele comunicar su agenda. Es lógico. Su trabajo, como el de toda la agencia que se ocupa (al menos formalmente) de hacer inteligencia fuera de Estados Unidos, es por obvias razones secreto. El mes pasado, Burns apareció sorpresivamente en Israel, donde se reunió con los titulares de los servicios de inteligencia de ese país y el primer ministro, Benjamin Netanyahu, para discutir sobre la situación de los rehenes en manos de Hamas en la Franja de Gaza y, según versiones periodísticas, sobre los constantes pedidos del Gobierno de Biden de que se llegue a una tregua cuanto antes para evitar una catástrofe humanitaria aún mayor entre la población palestina. Poco antes, había estado en Egipto.

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Días después, se informó que visitó Kiev, la capital de Ucrania, el férreo aliado de Estados Unidos que está teniendo problemas para frenar la avanzada militar rusa desde que la oposición republicana en el Congreso estadounidense frenó la aprobación de más envíos multimillonarios de armas y asistencia financiera. 

Ahora está en Argentina y su sola presencia marca el rol estratégico que el país bajo el mando de Milei está asumiendo para Washington. 

Hace dos semanas, se conoció la firma de un convenio entre el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos y la empresa estatal a cargo de la gestión de la Hidrovía Paraguay-Paraná. En el acto estuvo el embajador de Estados Unidos Marc Stanley, quien ya el año pasado había navegado por la mayor ruta comercial del subcontinente para demostrar su interés. De hecho, el Gobierno estadounidense ya había expresado su intención de poner pie en esta vía navegable a través de Paraguay, un Ejecutivo que, salvo el excepcional y corto mandato de Fernando Lugo, siempre ha demostrado ser más amable a los objetivos de la Casa Blanca. 

De hecho, un mes antes de la visita de Stanley a la Hidrovía, el número dos de CIA, el subdirector David Cohen, visitaba el vecino Paraguay y se reunía con el entonces presidente Mario Abdo Benítez. Según informaron oficialmente en ese momento, la agenda del encuentro se concentró en la "cooperación bilateral en materia de seguridad". Este miércoles, el actual mandatario paraguayo, Santiago Peña, se refirió al acuerdo en Argentina con el Cuerpo de Ingenieros del Ejército estadounidense y deslizó que lo dejaron afuera y pidió una reunión entre los cinco países sudamericanos involucrados: “A nosotros también nos tocó tener conversaciones con el Gobierno americano, con el cuerpo de ingenieros de las Fuerzas Armadas que es un grupo que hoy administra la hidrovía del Misisipi, tienen una gran experiencia, y teníamos listo el año pasado para reenviar al Congreso, y yo decidí pedir que no se trate aún esto porque lo que quería es que haya una conversación amplia dentro de los cinco países que conforman la hidrovía y no que Paraguay avance de manera unilateral.”

El Gobierno de Milei está avanzando a toda velocidad en su relación, cada vez más carnal con Estados Unidos y hasta los históricos aliados de Washington están molestos. 

Mientras se multiplican las versiones de qué vino a buscar Burns a Argentina, el propio Milei hizo un guiño. Fiel a su estilo, retuiteó a uno de sus trolls favoritos que había publicado que "Argentina cerró la compra de los aviones F-16 a Dinamarca. Después de 9 años de abandono, la Fuerza Aérea Argentina tendrá nuevamente un avión de combate". Desde el principio de su Gobierno, se rumorea que uno de los principales temas de la agenda bilateral es esta presunta compra de naves usadas que, principalmente buscaba anular la posibilidad de adquirir 34 aviones de combate JF-17 de China, una oferta más barata y de material bélico nuevo que había hecho el presidente Xi Jinping al anterior Gobierno de Alberto Fernández. Y no se trata de una especulación. Como ya había dicho públicamente Stanley en la Amcham: “Hicieron muy bien en evitar que China tenga acceso a datos sensibles a través del 5G".

El aliado número uno 

Desde que ganó Milei, anunció que su principal alianza sería con Estados Unidos. Su primer viaje al exterior tras ser electo fue a Estados Unidos con una agenda especialmente organizada por el embajador Stanley, según él mismo informó a la prensa. El mes pasado, repitió ya no para reunirse con funcionarios del Gobierno de Biden, sino para tener su primer encuentro con quien será su rival electoral en las elecciones presidenciales de noviembre próximo, el ex mandatario Donald Trump. Lo hizo solo un día después de recibir en Buenos Aires al secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, la visita de un funcionario de Washington más importante en el país desde la participación de Trump en el G20 organizado por Mauricio Macri. 

Esto seguramente no debe haber caído muy bien en la embajada estadounidense o en el Departamento de Estado. Sin embargo, nada parece perturbar la alianza. La semana pasada el embajador Stanley afirmó en la conferencia anual de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina (Amcham) que “la Argentina es un país clave para asegurar la estabilidad en la región” y, luego agregó: “No recuerdo otros momentos donde hayamos estado tan concentrados en Argentina como en los últimos dos meses”.

No exageró. En los últimos tiempos, la embajada estadounidense recuperó el rol central en la vida política argentina que había tenido durante las relaciones carnales originales, la de los 90 de Carlos Menem, uno de los "próceres de la patria" destacados por el actual Gobierno de Milei. En toda honestidad, empezó a reaparecer cuando la entonces vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner se sacó una foto en 2022 en su despacho en el Senado primero con Stanley y luego con la comandante del Comandando Sur, la generala Laura Richardson. A partir de ese momento el desfile de dirigentes políticos y sindicales peronistas por la embajada estadounidense no cesó y continúa hasta el día hoy, como se vio con la visita de parte de la cúpula de la CGT. 

El balotaje de noviembre pasado marcó también una situación que hacía tiempo no pasaba en Argentina: los dos candidatos proponían o mantenían una estrecha alianza con Estados Unidos. No hubo grieta y eso ayudó a pavimentar el renovado protagonismo de la embajada estadounidense en la escena política de un país que, según los datos del Departamento del Estado, sigue teniendo uno de los mayores niveles de sentimiento anti-norteamericano de la región.