El abogado José Ubeira declaró como testigo este martes en el juicio contra el espía ilegal Marcelo D’Alessio y comprometió al fiscal federal Carlos Stornelli, uno de los grandes ausentes en el debate oral y público. El letrado explicó que la cámara oculta que se le quiso armar a pedido del fiscal tenía como disparador su rol como defensor en el caso Cuadernos y en el caso mediáticamente llamado “Ruta del dinero K”. “Es imposible que se sustancie este juicio si D’Alessio y Stornelli no están sentados en la misma sala”, señaló Ubeira a El Destape.
Ubeira fue una de las decenas de víctimas de D’Alessio y su banda. El falso abogado planeó realizarle una cámara oculta al abogado a pedido del fiscal de Comodoro Py. Por eso, el ahora letrado de CFK dijo sobre la operación en su contra que “D’Alessio no actuó solo, lo hizo a instancias de Stornelli, que fue quien lo instigó a cometer el delito”.
Para explicar por qué el fiscal no está en el banquillo de los acusados en este juicio, sentenció: “Comodoro Py protege a Stornelli. Cuenta con el apoyo de la Procuración General de la Nación y de una buena parte de los jueces que están en el edificio de Retiro. De ahí salió la falta de mérito de Stornelli que yo apelé”, afirmó. En esa línea, Ubeira le preguntó a los jueces del Tribunal Oral Federal Nº 8 a cargo del juicio si hubieran permitido como magistrados que una persona fuera llamada a indagatoria 7 veces y recién concurriera al octavo llamado, que fue lo que pasó con Stornelli en el D’Alessiogate.
Stornelli, que llegó a estar procesado por 7 hechos en esta megacausa mientras tramitó en los tribunales de Dolores, se vio favorecido con una falta de mérito sobre todo cuando el D’Alessiogate pasó a Comodoro Py. El “caso Ubeira” y el “caso Castañón” (que trata de una operación contra el exmarido de la actual pareja del fiscal) fueron los dos hechos en los que el Stornelli quedó más comprometido. En ambos, Stornelli tiene una falta de mérito dictada en mayo de este año por uno de los jueces que viajó a Lago Escondido invitado por Clarín, Julián Ercolini. Tanto Ubeira como Castañón apelaron esas decisiones de Ercolini y ahora esperan la revisión de la Cámara Federal porteña.
Ubeira fue uno de los tres testigos que durante este martes prestaron testimonio en la sala AMIA de Comodoro Py. Los otros dos fueron Roberto Porcaro y Gabriel Bouzat, todos víctimas de D’Alessio y su banda. Porcaro, por ejemplo, dio una extensa declaración en la que narró cómo fue perseguido y difamado por el espía ilegal. Entre otras cosas expuso al periodista de Clarín Daniel Santoro, quien también llegó a estar procesado en esta megacausa. D’Alessio le proveía a Santoro información obtenida de forma ilegal, incluso mentiras sobre Porcaro, y el periodista la publicaba en el matutino porteño. Santoro logró que la Justicia le revocara los procesamientos que le habían dictado en primera instancia.
Ubeira apuntó contra Stornelli, D’Alessio y Montoto
El 28 de diciembre de 2018, Stornelli le escribió a D’Alessio: “Convencelo a Rodrigo”, en referencia a Rodrigo González, quien era abogado de Fariña. En aquel entonces, Ubeira era abogado de Elaskar y tenía trato con González, letrado que era muy cercano al espía ilegal. D’Alessio, que estaba en DF, Mexico, le respondió a Stornelli: “Yo llego el 6 y le hago una cámara oculta y la presento en tu fiscalía por un tercero! Sino Rodri tiene q renunciarle a Fariña y se me arma un quilombete con Patricia B”. El diálogo es sobre la cámara oculta a Ubeira y surge del teléfono de D’Alessio. Es parte de la prueba que tiene la causa.
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Tal como lo había hecho cuando declaró en primera instancia, Ubeira reconstruyó la fecha en que empezó la operación en su contra. “Todo empezó el 3 de agosto de 2018”, narró el abogado. Entonces, volvía de España y tomó la defensa de Oscar Thomas en el caso Cuadernos. Tras un pedido de detención de su defendido, Ubeira presentó un pedido de eximición de prisión ante el juzgado de Claudio Bonadío y fue a ver a su despacho a quien para aquel entonces era su amigo, es decir, Stornelli. Según recordó, en aquel encuentro también estaba el fiscal Carlos Rívolo. Su intención era lograr un curso favorable. Stornelli le dijo que sólo escuchaba a quien tuviera algo para decir sobre el gobierno anterior, es decir, el de CFK. Recordó que el fiscal le dijo “tenés que apurarte porque ya quedan pocas sortijas”. Ubeira le respondió que su cliente estaba grande para subirse a una calesita y que no le hacía falta un abogado sino un remis si declaraba como arrepentido. También aclaró que arrepentidos no atendí. La reunión no terminó del mejor modo. Finalmente, el pedido de excarcelación fue denegado y luego detuvieron a Thomas.
En el medio, la Justicia allanó la casa que Ubeira tiene en Mar del Plata. Para ser exactos, dijo que hubo una confusión y por error el procedimiento se hizo en la propiedad de vecina. Según analizó Ubeira, pensaban que él tenía escondido a Thomas. “Mandaron un helicóptero y brigada de la policía. Un operativo grande”, indicó a El Destape.
En paralelo a Thomas, Ubeira también ejercía la defensa de Federico Elaskar en la causa de la ruta del dinero K. En aquel caso estaba Leonardo Fariña patrocinado por Rodrigo González. En ese contexto, Ubeira citó a Fariña y González a su estudio para tener una reunión. Recordó que la relación entre Elaskar y Fariña estaban dañadas y entre abogados se pusieron de acuerdo para hacer el encuentro para limar asperezas. Ubeira agregó que para ese momento Fariña tenía un especial interés en su futuro porque siendo arrepentido en “Ruta del dinero K” declaró ante Stornelli en la causa Cuadernos. Stornelli llegó a decir de Fariña: “Tiene un talento superior, fue muy útil, es una computadora”.
En aquella reunión con Fariña y González que se hizo en diciembre de 2018, Ubeira les dijo que tenía copias de los arrepentimientos de los arrepentidos en su caja fuerte. De acuerdo al abogado, eso llegó a oídos de Stornelli. En ese marco, se dio el pedido de cámara oculta de Stornelli. Ante el Tribunal Oral Federal Nº 8, Ubeira dijo que había dicho aquella para ahogarle la fiesta a Stornelli.
Además de los chats de D’Alessio y Stornelli, entre las pruebas que comprometen a D’Alessio en este caso puntual está su libreta, que fue secuestrada en un allanamiento de este caso que se inició a principios de 2019.
En la libreta del espía ilegal figuran los contactos profesionales de Ubeira. Estaban los contactos de Elaskar y Juan José Ribelli, el policía acusado en la causa AMIA por Carlos Telleldín, en una declaración que fue pagada por la SIDE. Ribelli, que se recibió de abogado en la cárcel, fue defendido por Ubeira y terminó absuelto en el caso AMIA. Según Ubeira, D’Alessio y su banda buscó hackearle el teléfono a él y a Ribelli.
En el anotador referido al caso Ubeira también había una leyenda que decía “A Sangre Fría”. Ubeira tomó aquella frase como una amenaza a su familia. Es que relacionó la frase a la obra que escribió Truman Capote en la que se relata el asesinato de una familia. También hay referencias a otras causas en las que participó Ubeira como una de lavado de activos.
En la libreta de D’Alessio aparece la sigla “MM”, que para Ubeira remite a Mario Montoto, a quien ubica detrás de toda la operatoria de D’Alessio. Montoto declaró como testigo en la instrucción de la megacausa. Tenía cientos de mensajes con el espía ilegal. Otra de las siglas que aparece es “PB”, que sería Patricia Bullrich.
“Operación Porcaro”
El primero de los tres testigos que declaró este martes fue Roberto Porcaro. De acuerdo al juez Alejo Ramos Padilla que instruyó el D’Alessiogate cuando estuvo a cargo del juzgado federal de Dolores, la “Operación Porcaro” alude a “tareas de inteligencia ilegales que tuvieron como objetivo a Roberto Porcaro” y “guardaban estrecha relación con su presunta condición de ‘operador’ de Cristina Fernández de Kirchner y se dieron de forma concomitante con su señalamiento en la causa ‘MEMORÁNDUM CON IRÁN’, a partir de comunicaciones telefónicas captadas en el año 2012 y que formaron parte de la denuncia realizada a principios del año 2015 por el fiscal Alberto Nisman”.
Según constató Ramos Padilla, “se verificaron acciones de espionaje directo con toma de imágenes subrepticias e intercambio mutuo de información por parte de D´Alessio con Daniel Santoro que luego formaron parte de notas de prensa”.
Porcaro declaró en el juicio en la misma línea que lo había hecho en los tribunales de Dolores. Este martes brindó una declaración extensa en la que dijo que fue perseguido y difamado, que se utilizaron organismos del Estado como la AFIP y Migraciones para investigar en forma ilegal su vida y drones para fotografiar su casa y lugares de trabajo.
Porcaro dio de detalles de cómo se lo difamó. Explicó que el mecanismo era que D’Alessio conseguía información de forma ilegal y luego Santoro la publicaba en Clarín. “Lo que no consiguieron lo inventaron como que lo habían allanado o tenía 400 mil dólares. Nunca lo allanaron ni tenía ese dinero”, explicaron desde el entorno legal de Porcaro a El Destape. También dijeron que analizan iniciar acciones legales contra todos aquellos que lo difamaron, es decir, contra Clarín que publicó notas en su contra durante el macrismo del estilo: “Reactivan una causa contra un operador K por el pago de sobornos”.
El juicio contra D'Alessio y su banda, que se realiza todos los martes, continuará el 31 de octubre. Se espera que en aquella jornada declare Pedro Etchebest –cuya denuncia dio inicio a esta megacausa- y su esposa Victoria Miglietta. Lo harán por vía remota ya que no se encuentran en la Argentina.
El juicio a D’Alessio y su banda
El juicio del D’Alessiogate comenzó el 12 de septiembre pasado. Además de D’Alessio están sentadas en el banquillo otras ocho personas por ser parte de una asociación ilícita dedicada a la extorsión, la manipulación de procesos judiciales y el lavado de activos. El caso estalló en febrero de 2019. Fue la primera gran causa judicial que abordó el espionaje ilegal durante el macrismo. La investigación se sustanció en el juzgado federal de Dolores cuando estaba a cargo del magistrado Alejo Ramos Padilla (el juez actualmente se encuentra en el juzgado federal de La Plata).
El disparador del D’Alessiogate fue una denuncia del empresario Pedro Etchebest, que dijo haber sido extorsionado por D’Alessio y el fiscal Stornelli para no ser involucrado en la causa Cuadernos. Esto dio pie a una investigación judicial que creció hasta revelar una gran red dedicada a tareas de inteligencia ilegal, con terminales políticas, judiciales y en los servicios de inteligencia, que tuvo varias decenas de víctimas. Entre ellos se cuentan Ubeira, Porcaro, Bouzat, Etchebest y otros.
En el juicio están acusados D’Alessio, los exagentes de inteligencia Ricardo Bogoliuk y Rolando Barreiro, el expolicía Norberto Degastaldi, Mariano Díaz, que hacía de custodio de D’Alessio, y Franco Leandro Pini. A ellos se les suman Aldo Eduardo Sánchez, Pablo Bloise y Marcelo Patricio Gonzalez Carthy de Gorriti, quienes protagonizan con D’Alessio y Bogoliuk la pata financiera del caso.
La banda contaba con el apoyo del entonces fiscal general de Mercedes, Juan Ignacio Bidone, quien está procesado y continúa siendo investigado en instrucción, en la parte del caso que no fue elevada a debate. En ese fragmento de la megacausa es donde la situación de Stornelli podría volver a complicarse. Quizás esa sea la razón por la que Comodoro Py haya resuelto que el caso, en esa instancia, esté bajo la custodia de Ercolini, uno de los jueces del vuelo del Lawfare.