El Gobierno nacional inauguró la primera sede de la Red de Asistencia Integral de las Violencias por Motivos de Género en un vagón de tren de la línea Sarmiento, en la cabecera Moreno. Ese vagón ya había sido usado para otros fines vinculados a la promoción de derechos y fue reacondicionado para iniciar, en territorio, con este plan que busca un cambio estructural para prevenir las violencias.
El lugar elegido no fue azaroso, no sólo estaba casi preparado para comenzar a usarse sino que también es un espacio donde circula un fuerte caudal de personas. Allí transitan alrededor de 35 mil ciudadano diariamente. Por eso, desde el Ministerio de Mujer, Géneros y Diversidades explicaron que “equipos interdisciplinarios brindarán en este espacio orientación, asistencia y acompañamiento a mujeres y LGBTI+ que se encuentren atravesando situaciones de violencia por motivos de género. Asimismo, es un espacio destinado a la promoción de derechos y prevención de las violencias”. Será de lunes a viernes de 10 a 16. Desde este dispositivo de asistencia, junto a las integrantes de la Red de Promotores y Promotoras Comunitarias del MMGyD, se realizan talleres y actividades de promoción de derechos y prevención de las violencias.
“Aprovechamos los espacios céntricos donde mujeres, familiares y personas allegadas a quienes están viviendo situaciones de violencia de género pasan habitualmente, de manera que no tienen que dirigirse especialmente, sino que es el Estado se acerca a la gente con asistencia y acompañamiento, y además lo hacemos junto a las redes comunitarias y territoriales de cada uno de los municipios”, explicó la ministra Elizabeth Gómez Alcorta durante el acto.
Los datos oficiales y de la sociedad civil preocupan. Según organizaciones feministas, en 2020 se registró un femicidio cada 29 horas. Para las informaciones oficiales hay que esperar, las desarrolla la Corte Suprema a año vencido por lo que las últimas corresponden a 2019 y se arrojan resultados similares a los del año pasado. Tanto en casos de muertes violentas como de llamados al 144 para denunciar situaciones de violencias, las mujeres son casi la totalidad de las víctimas y los hombres prácticamente el total de los victimarios. Suelen ser parejas, ex parejas o personas conocidas y los hechos ocurren en un domicilio.
Con este panorama, durante todo 2020 se trabajó en generar instancias de participación para concretar la Red de Asistencia Integral que proyecta extenderse por todo el territorio nacional y forma parte del Plan Nacional de Acción contra las violencias 2020-2022. El mismo busca no generar más espacios de victimización y tener un perspectiva de la diversidad para abordarla problemática. Además, hace foco en la necesidad de cambiar el paradigma de abordaje y avanzar hacia uno más integral que incluya condiciones subjetivas y materiales para que las personas en situación de violencia puedan tener un proyecto de vida autónomo. Y, por otro lado, lograr una aproximación que no se sitúe en la emergencia sino en modificar las condiciones estructurales que dan lugar a esas violencias.
Hay cuatro conceptos clave en en el plan 2020: la prevención; una política de asistencia; de protección y de fortalecimiento del acceso a la Justicia. Con estos ejes, se hará especial énfasis en tres cuestiones que, desde el ministerio, consideraron estratégicas: las violencias extremas (femicidios, travesticidios y transfemicidios); la autonomía económica de las personas en situación de violencia; y la dimensión cultural y estructural de las violencias por motivos de género.
Violencias y femicidios en Argentina
Según el Observatorio de las Violencias de Género Ahora Que Sí Nos Ven, en 2020 hubo 298 femicidios, o sea uno cada 29 horas. El 65,5% fue cometido por las parejas y ex parejas de las víctimas y un porcentaje similar (65,1%) ocurrió en las casas de las víctimas. Los datos surgen del análisis de medios gráficos y digitales de todo el país.
Gómez Alcorta señaló que “reducir las tasas de femicidios y travesticidios es prioridad no solamente de este ministerio sino del gobierno nacional por eso ha trabajado en una inversión muy grande. Por eso también trabajar con los municipios para que sean actores fundamentales en la inclusión de este programa es central”.
Por otro lado, se cuenta con los registros oficiales de la Corte Suprema de Justicia. Los mismos son a año vencido, por lo que el último corresponde a 2019. Funciona desde 2015 y elabora datos estadísticos de las causas judiciales en las que se investigan muertes violentas de mujeres cis, mujeres trans y travestis por razones de género en base a informaciones judiciales y policiales.
MÁS INFO
Según el Informe de Femicidios de la Justicia Argentina de la Oficina de la Mujer de la Corte, se registraron 268 víctimas letales de violencia de género en nuestro país. De ellas, 252 fueron directas de femicidio e incluye cinco travesticidios/transfemicidios. La tasa de víctimas directas de femicidios fue de una cada cien mil en 2019, igual a la de 2017 y 2018, indica el documento. Por otro lado, se identificaron 16 víctimas de femicidio vinculado (cuando el autor es un varón y la persona a quien se pretende causar sufrimiento es una mujer, se tratará de un femicidio vinculado).
Nuevamente, el mismo dato: el 90% de las víctimas directas de femicidio tenía un vínculo previo con los victimarios. En el 66% de los casos, fueron cometidos por sujetos que mantenían un vínculo de pareja o de ex pareja con las víctimas directas. En el 10% eran familiares y en el 14% tenían otro tipo de vínculo. Solamente un 7% eran personas desconocidas para las víctimas.
Los datos aportados por cada una de las jurisdicciones permitieron que el organismo concluyera que más de 1 de cada 4 víctimas tenía entre 25 y 34 años al momento del femicidio. Además, 26 víctimas directas eran niñas y adolescentes, lo que representa a más del 10% del total. Por otro lado, el 12% tenía 60 años o más cuando fueron asesinadas. También surgen condiciones específicas de vulnerabilidad: al menos 9 víctimas se encontraban embarazadas, 7 en situación de prostitución y 6 tenían algún tipo de discapacidad. Luego, 4 víctimas directas de femicidio pertenecían a pueblos originarios, 9 eran migrantes internacionales, 2 eran migrantes interprovinciales y al menos 3 eran migrantes intraprovinciales.
Además, el 82%, esto es, 206 de los 252 femicidios directos, se produjeron en contextos de violencia doméstica. Las víctimas directas de femicidio fueron asesinadas principalmente mediante la fuerza física (26%), el uso de armas blancas (26%) y el uso de armas de fuego (25%). El 73% ocurrió en viviendas: el 60% en las propias y un 13% en otras.
De hecho, el 89% de los llamados a la línea 144 en todo 2020 corresponde a violencias domésticas e incluyeron violencia física, económica, sexual y uso de armas. En el 98% de los casos, o sea casi el total, fueron las mujeres las que llamaron, la mayoría entre 14 y 44 años. En tanto, nueve de cada diez victimarios fueron hombres, en general ex parejas (44%) pero también parejas actuales (39%).
Las denuncias aumentaron durante el período de pandemia y consiguiente cuarentena. De hecho, en marzo se recibieron 1.124 comunicaciones, un 19% menos que en el mismo mes del 2019. Desde entonces, todos los registros superaron a los del año pre coronavirus: en abril de 2020, ya durante el aislamiento, se recibieron un total de 1.735 comunicaciones más (+23%) que en abril de 2019. En mayo el aumento fue de 2.011 comunicaciones (+26%), en junio de 1.213 (+18%); en julio de 1.816 (+24%); en agosto de 1.793 (+24%); en septiembre de 866 (+13%) y en octubre de 843 (+12%).