La fuerte interna que atraviesa a la Corte Suprema de Justicia volvió a quedar a la vista de todos, el último jueves, cuando se publicó en el Boletín Oficial una resolución sobre la creación del Portal de la Justicia Argentina. La iniciativa fue cuestionada por el ministro cortesano Ricardo Lorenzetti, quien votó en disidencia y acusó a sus pares de querer “ocupar espacios de poder interno”. El magistrado oriundo de Rafaela consideró que el nuevo portal “colisiona” con las funciones del Centro de Información Judicial (CIJ) y que se debe esperar al ingreso de los candidatos del gobierno al Alto Tribunal, Ariel Lijo y Manuel García Mansilla, antes de tomar decisiones de este carácter que, según afirma, consolidan “situaciones de hecho que condicionen su capacidad de decisión”. Lo cierto es que los pliegos de los postulantes del Ejecutivo están por ahora paralizados en el Senado.
Este fuerte cruce se dio apenas dos días después de que los cortesanos Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz se autovotaran para seguir siendo presidente y vice del máximo tribunal del país por los próximos tres años y cuando Juan Carlos Maqueda se prepara para dejar su cargo por cumplir 75 años. Es decir, cuando la Corte se encamina a quedar con tres integrantes, que se muestran enfrentados.
Disputa de poder
El 26 de septiembre se publicó en el Boletín Oficial la resolución 2512/2024 a través de la que se creó el Portal de la Justicia Argentina. Se trata de un escrito cortesano firmado por los cuatro jueces de la Corte donde se destaca la disidencia de Lorenzetti que cuadruplica en extensión el texto de creación del nuevo portal. En su voto de desestimación, el expresidente del Alto Tribunal fustigó a sus colegas y expuso la guerra abierta que hay entre los supremos.
De acuerdo a la resolución, el Portal de la Justicia Argentina tiene “el objetivo de generar, sistematizar y difundir información sobre la estructura, organización y funcionamiento de la justicia de nuestro país, articulando con las distintas jurisdicciones las acciones que resulten necesarias a tal fin”. En esa línea, invita “a las autoridades de los poderes judiciales de las provincias, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y al Consejo de la Magistratura de la Nación a adherir al Portal”.
En su disidencia, Lorenzetti cuestionó la iniciativa y acusó a sus colegas de querer ocupar espacios de poder internos.
“La Constitución ha conferido a la Corte Suprema la trascendente misión de sostener la independencia del Poder Judicial y proteger los derechos de los ciudadanos. Esa función se desnaturaliza cuando se desciende al ilusorio deseo de ocupar espacios de poder interno”, comenzó su disidencia el extitular del máximo tribunal del país. El destinatario de la acusación es, sobre todo, el actual presidente cortesano Horacio Rosatti.
Lorenzetti señaló que hubo en el último tiempo, es decir, durante la presidencia de Rosatti, una “falta de fundamento de una serie de decisiones apresuradas para crear oficinas, direcciones e ingresos de personal, afectando la eficaz utilización de recursos, como pocas veces se ha visto en este Tribunal”. Y que las “medidas” que se tomaron “no se basan en necesidades concretas ni en urgencias”.
También sostuvo que se debe esperar la llegada de Lijo y de García Mansilla antes de tomar cualquier decisión: “Siendo público y notorio que se han nominado dos jueces para el ingreso en esta Corte Suprema, es de buena fe esperar a escuchar su opinión y no consolidar situaciones de hecho que condicionen su capacidad de decisión”. Lo cierto es que ese ingreso, al menos en el corto plazo, está “congelado”. Por el momento, el oficialismo no reúne los dos tercios de los votos necesarios para aprobar los pliegos de sus postulantes en la Cámara alta. Rosatti lo sabe.
En otro pasaje de su voto, Lorenzetti criticó la creación del nuevo portal en sí al afirmar “que la propuesta que se pretende implementar es igual a la que se abandonó hace veinte años en este Tribunal, por considerarla antigua e ineficaz”. Acto seguido destacó la existencia del Centro de Información Judicial (CIJ), que el propio Lorenzetti impulsó. “Se observa una colisión de funciones interna. Las funciones previstas para el presente portal se encuentran previstas dentro de las del CIJ”, agregó el ministro cortesano luego de señalar ese instrumento comunicacional fue “abandonado”.
En pos de defender lo que hizo durante su gestión, Lorenzetti consideró en su disidencia “que debe desestimarse la propuesta de la Secretaría de Desarrollo Institucional, debiendo canalizarse la política comunicacional del Tribunal mediante el Centro de Información Judicial”.
Dos días antes de este fuerte cruce, Rosatti y Rosenkrantz se habían autovotado presidente y vice de la Corte Suprema, respectivamente. El mandato es por otros tres años y se extiende desde el 1º de octubre próximo hasta el 30 de septiembre de 2027. Lorenzetti se abstuvo de intervenir.
En la reunión de acuerdo del pasado 24 de septiembre, Maqueda, que deberá abandonar la Corte a finales de diciembre luego de cumplir 75 años, propuso a Rosatti y Rosenkrantz para seguir al frente del Tribunal Supremo. El rol de Maqueda fue clave porque Lorenzetti no iba a ser parte de ese procedimiento y la Corte podría haber entrado en una crisis institucional más aguda de la que ya atraviesa dado que el próximo martes vencen los mandatos de sus actuales autoridades. Hace tres años, cuando se dio esta misma elección, Lorenzetti cuestionó a Rosatti, a quien entonces comparó con Julio Nazareno, referente de la Corte menemista de la mayoría automática: “Este tipo de actos contradice los precedentes y la tradición de la Corte Suprema, y ha afectado el prestigio de la institución y de la elección misma”, sostuvo en aquel momento.
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La reelección en la Corte implica para Rosatti continuar al frente del Consejo de la Magistratura ya que desde que se declaró inconstitucional la antigua conformación de ese órgano de selección y sanción de jueces, el titular del Alto Tribunal encabeza ambas instituciones.
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Al día siguiente de la polémica elección cortesana, Lorenzetti dijo en Radio Mitre: “Si ingresan los dos miembros nuevos, significa que pasamos de tres a cinco miembros, habrá que elegir de nuevo a las autoridades. Cuando entren los nuevos ministros discutiremos y elegiremos”. El mensaje pareció tener por destinatarios no solo a sus colegas sino también a los sectores políticos enfrentados a Rosatti. El ingreso de los candidatos del gobierno depende, sobre todo, del PJ y los aliados del oficialismo en el Senado. Desde el peronismo, por ejemplo, advirtieron que si no hay una negociación más amplia que esas dos candidaturas no apoyarán los pliegos. Según fuentes consultadas por El Destape, en la actualidad el tema está "congelado" en la Cámara alta.
¿Una Corte de tres integrantes?
El 29 de diciembre Juan Carlos Maqueda cumplirá 75 años y deberá dejar la Corte. El gobierno postuló para reemplazarlo a él y para ocupar la vacante que dejó Elena Highton a García Mansilla y a Lijo. Pero según reconstruyó este medio por ahora no están los votos en el Senado para aprobar sus pliegos. De no modificarse el escenario, la Corte se encamina a funcionar con tres integrantes el año próximo.
Con tres integrantes, los cortesanos deberán ponerse de acuerdo para poder emitir fallos porque se requerirán los tres votos para hacer mayoría. No puede haber disidencias. Si no hay acuerdo entre Rosatti, Rosenkrantz y Lorenzetti deberá convocarse vía sorteo a presidentes de las cámaras federales de todo el país para intervenir.
La Corte, por ejemplo, debe resolver entre tantos casos determinantes los planteos de inconstitucionalidad contra el DNU 70/2023, decreto fundante del gobierno de Javier Milei, que desregula la economía y retrocede en material laboral. ¿Habrá acuerdo entre los tres supremos en fallos trascendentales, en medio de esta interna a cielo abierto?