El presidente Alberto Fernández arranca el año con un logro en política exterior. De no mediar imponderables, este viernes asumirá la presidencia pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en un escenario regional marcado por el avance de gobiernos de perfil progresista. Los objetivos de su mandato a lo largo del 2022 serán la agenda de la pos pandemia y afianzar los vínculos entre los países miembro para conseguir un bloque unido que equilibre el rol pro estadounidense que adoptó Almagro en la OEA. Si es elegido, estrenará su cargo con viajes a China y a Chile para la asunción de Boric.
La XXII cumbre de cancilleres de la CELAC comenzará mañana en la ciudad de Buenos Aires con una cena en el Centro Cultural Kirchner de la que Fernández y el canciller Santiago Cafiero serán anfitriones. El viernes será la sesión plenaria en el Palacio San Martín donde se debatirá la presidencia Pro Tempore. La de Argentina es la única candidatura a suceder a México, presidida por Manuel López Obrador.
Fernández se anotará esta victoria tras varios reveses en elecciones para ocupar posiciones importantes en organismos multilaterales y luego de la frustrada cumbre en México, en septiembre, donde se lo iba a elegir al frente de la CELAC, pero la tensión con Nicaragua y la crisis política del país tras la derrota en las PASO pospusieron su deseo.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
Con la salida de Felipe Solá, el canciller Cafiero hizo un trabajo silencioso en estos meses para tejer vínculos con cada canciller de la región y convencer a Nicaragua de deponer su candidatura para liberarle el camino a Fernández. Sobre ese trabajo, destacan a El Destape cerca suyo que solucionó la tensión que había con los socios del Mercosur, especialmente con Brasil, a través del canciller que tiene Bolsonaro, Carlos França, con quien chatea asiduamente. Por esas gestiones, por las que se consiguió también el apoyo de Nicaragua, Fernández cuenta hasta ahora con el aval de 31 de los 32 países que participarán de la Cumbre. Vale aclarar que son 33 los miembros, pero Brasil se autoexcluyó. Estados Unidos y Canadá no forman parte, aunque sí lo hacen en la OEA.
Los triunfos de gobiernos progresistas en la región, especialmente el de Boric en Chile, alientan a Fernández a fortalecer la integración regional a través de acuerdos que tengan una mirada solidaria y cooperativa entre los países. “La región también necesita de una Argentina activa y que mire y trabaje para mejorar el diálogo político de los países y terminar con líderes subregionales sin mucho peso específico”, describen en el Gobierno a este portal.
Si bien el avance de la variante Ómicron de COVID-19 preocupa y será un tema que abordarán, la agenda de la pos pandemia ocupará el centro del debate en la cumbre política ante una OEA que, según entienden en Casa Rosada, “cada vez sigue más de cerca la agenda de Estados Unidos y se convierte en el policía que sólo tiene el garrote para los opositores políticos de Washington”.
Justamente la CELAC y la OEA mantienen posturas diferentes sobre los conflictos internos que ocurren en Venezuela, Cuba y Nicaragua. Estados Unidos mira con atención lo que en esos países sucede y a través del organismo que preside Luis Almagro busca aliados para condenar a esas administraciones y ejercer su dominio en la región. Desde Cancillería adelantaron a El Destape que Argentina mantendrá al frente de la CELAC la misma postura que hasta ahora y que tienen que ver con “los principios históricos de respeto a la democracia y los Derechos Humanos como así también el de no injerencia en política interna”.
De conseguir la presidencia pro tempore, Alberto Fernández estrenará su cargo muy posiblemente en un viaje que realizará a China en febrero, siempre y cuando las condiciones sanitarias lo permitan. La visita al gigante asiático será en el marco de los Juegos Olímpicos de Invierno, pero también incluirá una bilateral con Xi Jinping. Ese mes, además, se cumplirán 50 años de relaciones bilaterales con China.
La otra cita internacional será el 11 de marzo cuando Fernández viaje a Santiago de Chile para la ceremonia de asunción de Gabriel Boric, a quien ya invitó al país y cuyo triunfo el Frente de Todos celebró.
Frente al escenario descrito anteriormente con el avance de gobiernos progresistas y la posible vuelta al Gobierno de Brasil de Luiz Inácio Lula da Silva, Fernández no pretende que la CELAC sea “anti” estadounidense, pero sí buscará que sea un bloque consolidado, con más cooperación, más intercambio comercial y capacidad de diálogo, que le haga fuerza a las posturas que se intentan imponer desde Norteamérica.