El encuentro entre Gremio e Inter de Porto Alegre por la Copa Libertadores tuvo un final escandaloso. El clásico de la ciudad terminó en una completa batalla campal que finalizó con varios expulsados y una verdadera vergüenza.
El partido terminó con ocho expulsados en general y, además, con varios amonestados. El árbitro argentino, Fernando Rapallini se cansó de sacar rojas para todos lados y varias amonestaciones.
La batalla campal incluyó a varios jugadores del equipo que actualmente dirige Eduardo Coudet entre ellos, Andrés D'alessandro. La batahola hizo recordar, en muchos aspectos, a la "vieja" Copa Libertadores en la cual estos problemas eran recurrentes.