El Mini Davos que organizó el gobierno de Mauricio Macri para intentar atraer inversiones al país esconde un lado B. Los pasillos del Centro Cultural Kirchner son recorridos por CEO's de distintas partes del mundo con un gran poder adquisitivo. Se puede suponer que después de los almuerzos, los empresarios dejan propinas onerosas a los mozos que sirven los platos.
Sin embargo, según señala el diario Clarín, los 300 camareros que llevan el catering a los distintos pisos del CCK están descontentos con lo que reciben. "Vengo de San Miguel, me tomé el tren a las 4 de la mañana. Me piden el té con canela, se los hago. Me piden comida cuando cerró la cocina, se las traigo. Y nada che, nada de nada", relató una camarera.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
LEÉ MÁS: Sacaron el busto de Néstor Kirchner de un ministerio
Una explicación de por qué no dejan propina los empresarios es que en algunos lugares del mundo la propina es considerada una deshonra hacia el anfitrión, como que no alcanza lo que el anfitrión les paga.
Cerrar sesión