Mientras miles de pasajeros se vieron obligados este jueves a no poder viajar a sus destinos en tiempo y forma porque los vuelos de las compañías LATAM, Aerolíneas Argentinas y Austral en el aeropuerto de Ezeiza, el aeroparque metropolitano Jorge Newbery y otros del interior tenían demoras y cancelaciones a raíz de medidas de fuerza de los pilotos y del personal aeronáutico, el presidente Mauricio Macri y su comitiva viajó sin ningún inconveniente a Italia, gracias a que volvió a darle la espalda a la aerolínea de bandera.
El jefe de Estado priorizó, una vez más, viajar a Roma para encontrarse con el papa Francisco a través de Alitalia, la línea aérea oficial de Italia, en lugar de elegir la empresa nacional, y más teniendo en cuenta que resolvió jubilar toda la flota presidencial.
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Así, mientras las medidas de fuerza dispuestas por gremios determinaron esta mañana la cancelación de por lo menos 13 vuelos de Aerolíneas Argentinas, 17 de Austral y 18 de LATAM, el Presidente pudo partir del país sin el calvario que debieron soportar hoy miles de turistas.
Y esto fue porque Macri modificó el 1 de octubre la política de viajes oficiales con el objetivo de conseguir "las vías más cortas y de menor costo".
Con el nuevo "Régimen de Viáticos, Alojamiento y Pasajes para la Administración Pública Nacional" publicado en el Boletín Oficial, la Jefatura de Gabinete dio el primer paso para dejar atrás la obligación de volar por Aerolíneas Argentinas para los funcionarios del Gobierno. La medida regía desde 2012.