Elecciones 2015: el PRO y la arriesgada meta de llegar al balotaje como sea

03 de octubre, 2015 | 13.30
Comenzó el mes que definirá todo un año de trabajo en los centros de campaña y el PRO tiene todas las fichas en un objetivo: llegar al balotaje como sea. En el seno del partido que conduce Mauricio Macri tienen la obsesión de forzar una segunda vuelta sin importar la diferencia que lo separe del Frente para la Victoria, apostando todo a que la "ola de cambio" arrastre todo el voto opositor hacia Cambiemos.

Así lo deslizaron a El Destape fuentes cercanas a la campaña nacional de Macri, quienes, al menos en privado, insisten en que el panorama luego de las PASO es prácticamente el mismo que el 9 de agosto. Claro, aquellos resultados (FpV 38,6-Cambiemos 30-UNA 20) ponían al kirchnerismo cerca de ganar en primera vuelta si suma el 25 de octubre unos módicos dos puntos porcentuales.

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En el PRO, golpeado por las denuncias que implicaron la renuncia de Fernando Niembro, primer candidato a diputado nacional en la provincia de Buenos Aires, descreen al menos en los análisis que dejan trascender que una parte del voto massista tiene un perfil peronista y preferiría a Scioli antes que a Macri, con lo cual no importa si se llega a segunda vuelta con una diferencia de 7 puntos o de hasta 12, como dejaron ver algunas encuestas. En segunda vuelta, repiten convencidos, tienen las de ganar porque "el 60% prefiere un cambio".

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Al menos dos sondeos remarcan lo contrario. Para Poliarquía, en un eventual balotaje el candidato del FpV se impondría 49% a 45%; para Mora y Araujo, el resultado sería 47,1 a 42,3, siempre favorable al ex motonauta. La ecuación se revierte si el contrincante fuera Massa, quien según dicha consultora triunfaría 44,6 contra 43,4, una diferencia que se halla dentro del margen de error.

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No son pocos, sin embargo, los dirigentes massistas que marcan sus diferencias con el PRO, al menos en público. En esta situación, la distancia entre Scioli y Macri sí pasa a ser importante para saber las chances reales de ambos. Encuestadores coinciden en que por fuera de ese duelo hay más voto opositor que acompañaría a Cambiemos, pero no en su totalidad.

"Nuestros números marcan que estamos en segunda vuelta, ajustados", deslizó una fuente del interior de la campaña amarilla, quien agregó que sus guarismos "son alentadores: el 60% quiere un cambio", jugando con que Scioli no pueda cosechar mucho más si fuera a una segunda instancia. "El objetivo es entrar al balotaje", concluye.

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Un importante candidato de Cambiemos agregó a este medio que "es posible volcar todo el voto opositor, como pasó en la Ciudad", cuando Lousteau casi hiere de muerte la candidatura nacional de Macri con un triunfo en el distrito fuerte del PRO, que finalmente logró una victoria pírrica de 3 puntos tras imponerse por 20 en la primera vuelta. "En balotaje, la elección se gana", repite con seguridad.

"Es posible volcar todo el voto opositor, como pasó en la Ciudad"

El escenario que ellos programan es similar al del 2003, cuando Carlos Menem estaba en una situación de no poder sacar más de lo que obtuviera en los comicios del 27 de abril. A sabiendas que en el balotaje Néstor Kirchner ganaría con contundencia, el riojano, que nunca había perdido una elección en ese momento, se bajó tras imponerse por 24 puntos contra 22 del patagónico.

"Diálogo (con el massismo) hay; confianza, no"

Mientras tanto, observan la jugada del tercero en discordia que ahora apunta los cañones contra Macri con el objetivo de ocupar su lugar. Con el principal argumento de que él sí puede derrotar al FpV, Massa se resiste a la tan mentada polarización. En el PRO juran y perjuran que lo mantienen lejos y ven un presunto acuerdo con el Gobierno para desbancar al jefe de Gobierno. Una fuente cercana a la candidata a gobernadora, María Eugenia Vidal, lo graficó así: "Si el kirchnerismo le da aire a Massa es porque está preocupado".

Aún así, reconocen que existen puentes entre ambas fuerzas, aunque el camino no esté asfaltado. "Diálogo hay; confianza, no", dejaron trascender.