Tras la muerte de Rafael Nahuel, el Gobierno intentó instalar la idea de que hubo un "enfrentamiento "entre las Fuerzas de Seguridad y la comunidad mapuche. Si bien la ministra de Seguridad Patricia Bullrich habló de "organizaciones violentas" y de personas que poseían armas de fuego, la investigación de la causa va derribando la teoría que impulsa el oficialismo.
Luego de la inspección ocular que arrojó que en la comunidad de Villa Mascardi se encontraron 31 vainas servidas de 9 mm, compatibles con las armas usadas por las Fuerzas de Seguridad, un nuevo testimonio confirma que la comunidad Lafken Winkul Mapu no estaba armada.
Según publicó el periodista Santiago Rey en Página/12 un policía de Río Negro que había sido mencionado como aquel que señaló la presencia de armas de fuego dio una versión bien diferente ante la Justicia. Este lunes, un efectivo policial declaró como testigo en la causa y descartó haber sido víctima de amenazas de mapuches con armas de fuego. Incluso se mostró sorprendido por la mención en el expedientes.
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“Yo no dije eso”, explicó el policía, tras la lectura de la desgrabación de la llamada al 911. De esa forma, la nueva declaración sumada a la inspección ocular hace caer la teoría que intenta instalar el Gobierno. Este nuevo testimonio se suma al del operador turístico Pablo Curlo, quien ratificó que observó a por lo menos un efectivo de la Prefectura efectuar disparos “desde la ruta hacia la montaña”.
La causa que lleva adelante el Juez Gustavo Villanueva sigue bajo la caratula "NN sobre muerte dudosa". Esta semana comenzarán las pericias sobre las armas, las vainas encontradas en la inspección ocular, y se realizarán los barridos electrónicos sobre las cintas de carbono para determinar la presencia de pólvora en las manos y ropas de los prefectos. Como informó Página/12 son ocho los integrantes del grupo Albatros que están en la mira del juez.