Cuando hay naciones con miedo, los habitantes pueden tornarse impredecibles. Tal fue el caso de Perú que, azotada por el coronavirus, protagonizó un insólito y brutal ataque al intentar matar a 200 murciélagos. El ataque fue a raíz de la sospecha de que el mamífero sea el transmisor del Covid-19. Las autoridades reaccionaron de forma inmediata y rescataron a los 200 animales que iban a ser quemados.
"No hay que desnaturalizar la situación por la pandemia, los murciélagos no son nuestros enemigos", alertó el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) en un comunicado. El Serfor llamó a la calma a la población luego que en el caserío Culden, en la región norteña de Cajamarca, unos campesinos atacaran con fuego a murciélagos.
"Los atacantes habrían atacado a los mamíferos porque pensaban que transmiten el coronavirus (COVID-19)", señaló la agencia estatal. Los animales fueron rescatados por personal del Serfor y liberados en una caverna, lejos del caserío. Siguiendo con la defensa a murciélagos, la organización destacó que son beneficiosos y que "el 70% de las especies existentes en el mundo se alimentan de insectos, muchos de ellos nocivos para la agricultura y para nuestra salud, como los mosquitos transmisores del dengue y otras enfermedades".
Más allá de detener el ataque, aconsejaron no comer a estos animales. La recomendación surge a raíz de que en China, país de origen de la pandemia, la carne de murciélago se ingiere y se sospecha que haya sido el principal vector de la enfermedad. En Perú, el Covid-19 ha dejado nueve muertos y 416 contagios.