Idas y vueltas: el PRO apura a Milei y confronta en CABA

Con un comunicado, el PRO celebró la inclusión de Ficha Limpia en las sesiones extraordinarias del Congreso, pero cuestionó la ausencia del Presupuesto. El macrismo volvió a pedir una mesa de negociación horas antes de que Karina Milei se muestre en un municipio amarillo.

14 de enero, 2025 | 00.05

De un lado, bombas molotov. Del otro, el llamado a acordar. La relación entre el PRO y La Libertad Avanza transita por terreno pedregoso, plagada de indirectas acompañadas de puertas abiertas. Un mensaje nacional desligado de los avances territoriales. El coqueteo entre Javier Milei y Mauricio Macri es confuso, tanto para las provincias que quieren acordar como las que no.

Después de que la Casa Rosada le clavara el visto a Macri y filtrara en medios de comunicación que no habrá mesa de negociación en el corto plazo, el PRO decidió apretar el acelerador. Con un comunicado, el partido amarillo celebró la inclusión de Ficha Limpia en el temario de sesiones extraordinarias del Congreso, haciéndose cargo de su impulso, pero cuestionó la carencia de un Presupuesto 2025 y la falta de diálogo político fructífero entre ambos sectores.

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Más allá de los reclamos obvios del macrismo, por historia (Ficha Limpia) y por gestión (Presupuesto), este último punto es central para pensar la relación con La Libertad Avanza. Un coqueteo que, de no arribar a buen puerto, puede tener un costo altísimo en su electorado. Sin embargo, se descuenta que, salvo alguna excepción, se llegará a un pacto para enfrentar al kirchnerismo. 

Pese a tantos idas y vueltas, el macrismo sigue abierto a la posibilidad de pactar con los libertarios. Cada distrito tendrá su motivación puntual pero, en el caso de Buenos Aires, tal vez uno de los territorios más problemáticos para negociar, el hecho de que Axel Kicillof no pueda buscar la re reelección en 2027 es un incentivo más que potente para empujar una unidad de la derecha. Los comicios de medio término perfilarán al dirigente opositor señalado para buscar esa silla.

De momento, como viene contando El Destape, el oficialismo, junto al bullrichismo, espera conseguir varios saltos de dirigentes políticos aislados que hoy responden al partido amarillo y que, llegado el momento de la elección, con más ganas de ganar que de perder, se teñirán de violeta.

Esa actitud es la que el gobierno y aliados esperan de varios referentes. Por eso, Patricia Bullrich le preguntó, en forma retórica, a Macri, si es opositor u oficialista. La ministra no tiene que escarbar mucho para encontrar la respuesta que los dirigentes amarillos vienen repitiendo hace poco.

Desde el PRO se volvió a recordar que el partido no forma parte de las filas del oficialismo y, por lo tanto, tiene la intención de acompañar lo que crea que está bien y señalar aquello que no comparta. El comunicado del partido celebrando Ficha Limpia pero cuestionando la falta de Presupuesto es un claro ejemplo de esa actitud.

Al tratarse de una relación con cierta complejidad, y ante la posibilidad concreta de avanzar con una alianza electoral, el partido de Macri quiere dejar en claro una agenda parlamentaria conjunta antes de llegar a las elecciones para evitar los problemas de coordinación ocurridos en 2024.

En esa mesa aún no conformada, Mauricio eligió a determinados dirigentes para que sean los representantes del PRO ante el gobierno nacional. Uno de ellos, Hernán Lacunza, fue duramente cuestionado por Bullrich por su visión crítica al programa cambiario del ministerio de Economía. La funcionaria de Milei le puso un límite a un acuerdo con figuras como el ex ministro de Macri que no se quedó callado y la cruzó en las redes.

La pulseada en CABA

Ya de campaña, Jorge Macri decidió sumarse a la batalla, respaldando a Lacunza. Juan Pablo Arenaza, legislador PRO bullrichista, fue el encargado de responderle al jefe de Gobierno. Lo mandó a gobernar la Ciudad que “es un desastre”. Todo mal.

En la Capital Federal, de momento, el PRO apuesta por competir contra los libertarios. Con las elecciones desdobladas, la CABA podrá armar sus alianzas locales y nacionales sin cruces. En los comicios distritales, los amarillos apuntan a conformar una coalición electoral, aún con integrantes inciertos. Los viejos aliados de Juntos por el Cambio parecen estar dispuestos. La discusión nacional es otra.

Este lunes, en la Legislatura porteña se presentó un proyecto de ley que seguramente hará ruido porque se trata de una expropiación, de un problema que lleva más de una década sin resolución y porque lleva firmas de acompañamiento que, al menos, llaman la atención. El proyecto Casa Beiró, cuyo autor es el radical Francisco Loupias, busca expropiar el inmueble ubicado en Villa Devoto, el cual supo ser la vivienda de Francisco Beiró. La propiedad se encuentra en estado de abandono hace casi 20 años y el legislador apunta, a través de la herramienta de la expropiación por parte del Estado, a lograr la recuperación de la casa que, además, fue un importante espacio de reuniones y asilo político durante la dictadura.

Según narró Loupias en sus redes sociales, el “proyecto está acompañado por una gran mayoría de Legisladores de distintos espacios, con despachos abiertos, en pos de mejorarlo y construir los consensos necesarios, para devolverle el valor histórico y cultural que tuvo”.

Ese es otro de los puntos interesantes de esta iniciativa, porque se pudieron recolectar los apoyos del interbloque integrado por la UCR y de legisladores de la Comuna 11, donde está ubicado el edificio, generando una diversidad política interesante. El texto lleva las coautorías de diputados porteños del radicalismo, de Confianza Pública, del Partido Socialista, de la Coalición Cívica, de Compromiso Liberal Republicano, de Vamos por Más, del MID y de Unión por la Patria.