22 de abril, 2020 | 18.21

Alberto Fernández se reunió con UNICEF y analiza flexibilizar la cuarentena para niños y adolescentes

El Presidente recibió a la representante del organismo para analizar el impacto del confinamiento en los menores.

El presidente Alberto Fernández recibió este miércoles en Olivos a la representante de Unicef Argentina, Luisa Brumana, que realizó un pedido de audiencia ante la preocupación por "las consecuencias negativas de la situación sobre las niñas, niños y adolescentes" que genera el aislamiento social, preventivo y obligatorio, aunque Unicef reconoce “la pronta y eficaz respuesta al brote Covid-19” del gobierno argentino.

El tema está sobre la mesa del comité de crisis, es una de las preocupaciones que comparten el presidente y sus funcionarios, y el grupo de expertos analiza de qué manera administrar el confinamiento de los menores.

En las redes sociales y grupos de padres y madres se extiende la preocupación por el impacto que genera la cuarentena en sus hijos e hijas, en particular de aquellos que viven en centros urbanos, aislados en departamentos, que dejaron de asistir a jardínes y escuelas, de jugar en la plaza o salir, al menos unos minutos, a tomar aire. Aunque, sin dudas, los más afectados son aquellos que viven en asentamientos, villas o en viviendas precarias.

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Algunos testimonios recolectados para esta nota advierten sobre la complejidad de contener, explicar, acompañar y, en definitiva, aguantar hasta que pase. “Me pidió salir para ver un árbol”. “Mi esposa sacó a uno de los mellis, tiene 3 años, hasta el supermercado y la policía le dijo que no podía, la hicieron volver”. “Las actividades geniales se nos acabaron, tenemos suerte de tener patio pero ahora comienza el frío”. “Mis hijas tienen claro qué es lo que pasa, pero están más irascibles, tuvimos que salir dar una vuelta a la manzana para que vean que afuera está todo bien”. “Venimos bastante bien, pero algunos días son complicados, no hay manera de incentivarla”. “Tienen clases virtuales, pero se aburren”. “Puedo salir a pasear al perro, pero no a mi hijo”.

Y así, cientos de historias similares de familias que respetan las medidas preventivas de aislamiento, pero acumulan tensiones y preocupaciones, sin un horizonte claro de cuándo podrán regresar a sus rutinas habituales.

Incluso, el INADI detectó un nuevo patrón de discriminación y violencia, en este caso contra las madres o padres que salen a hacer las compras con sus hijos en plena cuarentena. Explicaron que si bien lo mejor es reducir las salidas al mínimo, cuando madres y padres tienen una necesidad urgente y no tienen con quién dejar a sus hijos, pueden salir con ellos extremando las medidas de cuidado e instaron a realizar la denuncia en caso de ser víctimas de violencia.

Los resultados de la encuesta nacional de Unicef

Unicef Argentina realizó una encuesta a nivel nacional que indaga sobre las percepciones que tiene la población sobre la cuarentena, las medidas de prevención, síntomas, ingresos del hogar, acceso a transferencias sociales, alimentación, situación de las mujeres, educación, fuentes de información y percepciones de adolescentes.

El 96,2% de la población argentina aprueba el aislamiento social preventivo y obligatorio como medida para evitar el contagio de coronavirus, pese a que en el 59% de los hogares se perciben menos ingresos y en el 31% se dejaron de comprar alimentos por no tener dinero, situación que se agudiza en villas y asentamientos donde las privaciones nutricionales afectan a 5 de cada 10 hogares, según el relevamiento que presentó hoy la agencia de Naciones Unidas.

La “Encuesta de Percepción y Actitudes de la Población. Impacto de la pandemia y las medidas adoptadas por el gobierno sobre la vida cotidiana de niñas, niños y adolescentes”, fue realizada entre el 8 y 15 de abril últimos, con representación a nivel nacional y regional sobre una muestra estratificada de 2678 hogares con niños, niñas y adolescentes.

Desde que se tomaron las medidas de aislamiento preventivo, los ingresos laborales se han visto reducidos en 3,6 millones de las viviendas relevadas en las que habitan 15 millones de personas. Este porcentaje aumenta al 62% en la Provincia de Buenos Aires, al 70% entre los perceptores de la Asignación Universal por Hijo y llega al 75% cuando son familias numerosas. La pérdida de empleos promedio en el país es del 7% y llega al 10% en provincias del Noroeste Argentino (NEA).

“Los hogares más pobres son los que más sufren el impacto socio económico de la pandemia, en múltiples dimensiones”, afirmó Luisa Brumana, representante de UNICEF Argentina, y alertó que los efectos secundarios del COVID-19, como la pérdida de ingresos, la inseguridad alimentaria, la falta de acceso a internet y computadoras para continuar con la educación a distancia, afectan a los chicos y las chicas más vulnerables, que son las “víctimas ocultas del coronavirus”.

“En este contexto, los programas de transferencia directa son fundamentales y si bien no alcanzan a cubrir todas las necesidades, alivianan la situación de muchas familias”, aseguró Brumana, quien además es médica epidemióloga. Señaló que el 84% de los hogares afirmó “no tener inconvenientes para acceder a las prestaciones”. El 21,8% de las personas adultas encuestadas recibió el “ingreso de emergencia”, el 27,8% el bono para la AUH y el 19% la Tarjeta Alimentar y otros apoyos alimentarios.

La crisis económica derivada de la pandemia del coronavirus resiente aún más la situación de los sectores más vulnerables, en particular de los menores. Según la medición del Indec, a fines de 2019 más de la mitad (52,3%) de las personas de 0 a 14 años vivían en condiciones de pobreza.

La brecha digital de la educación a distancia y el estado anímico de las y los adolescentes también se incluye en el estudio.

En el 81,2% de los hogares las chicas y los chicos tienen actividades o tareas escolares, que en un 68% realizan junto a sus madres. Si bien buena parte de la oferta educativa circula en plataformas multimediales, un 18% de las y los adolescentes declararon no tener acceso a internet y el 37% no cuenta con Tablet, notebook o PC.

Entre los que sí tienen conexión, el 76% considera que está más tiempo frente a las pantallas respecto al periodo previo de aislamiento.

Entre los 13 y los 17 años, hay temor a enfermarse: el 44% piensa que ellos o sus familias se van a contagiar el COVID-19 y un 48% afirmó estar deprimido, angustiado o asustado por la pandemia.

Un 22,5% se siente asustado, el 15,7% angustiado y el 6,3% deprimido.

El impacto del confinamiento en la infancia es un debate mundial

Expertos de todo el mundo en derechos de la infancia y la adolescencia señalaron que los menores han sido “gravemente afectados”. La discusión plantea que hay que brindar oportunidades para que las opiniones de los niños y niñas sean consideradas en los procesos de toma de decisiones sobre la pandemia.

El Comité de Derechos del Niño ya advirtió sobre “el grave efecto físico, emocional y psicológico de la pandemia covid-19 en los niños, y hace un llamado a los Estados para proteger los derechos de los niños” que establece la Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada por la Organización de Naciones Unidas en 1989.

El comité pide considerar particularmente los impactos sanitarios, sociales, educativos, económicos y recreativos. Propone que se deben explorar “soluciones alternativas y creativas para que los niños disfruten de sus derechos de descanso, ocio, recreación y actividades culturales y artísticas”, que deben “incluir actividades supervisadas al aire libre al menos una vez al día”, respetando los protocolos “de distancia física y otras normas de higiene”, e incluir también “actividades culturales y artísticas para niños en la televisión, la radio y en línea”.

Advierten a nivel mundial que es necesario proteger a aquellos cuya vulnerabilidad se incrementa aún más por las circunstancias excepcionales causadas por la pandemia: con discapacidades, que viven en la pobreza o en situación de calle, migrantes, solicitantes de asilo, refugiados y desplazados internos, de minorías e indígenas, con afecciones de salud subyacentes, y los  privados de libertad o internados en centros de detención.

La presidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la panameña Esmeralda Arosemena, dijo que a los niños se les debe garantizar su vida, integridad y desarrollo: “Ante un escenario como el actual debemos tener en consideración a este grupo de la población”.

El director de la Red por los Derechos de la Infancia en México, Juan Martín Pérez, considera que “históricamente existe una invisibilidad de la infancia en todas la decisiones políticas que toma el mundo adulto” en los países de América Latina y el Caribe.

En España, por ejemplo, la Fundación ANAR presentó el 7 de abril un documento dirigido a las administraciones públicas. Consideran que al igual que sucede con las mujeres víctimas de violencia de género, aquellos menores de edad en cuyas familias ya existían indicadores de riesgo o desamparo son especialmente vulnerables en esta situación de aislamiento domiciliario al tener que convivir con su agresor o agresora.