Las principales agencias de la ONU para temas migratorios lamentaron hoy que, 10 años después del naufragio en el que murieron más de 500 personas en las costas de Lampedusa, la comunidad internacional siga sin hacer frente al problema, e instó a los responsables a demostrar "voluntad y compromiso" para hacer frente a una emergencia que se ha tornado especialmente dramática en 2023.
Hace una década, "el mundo dijo 'nunca más'", pero 2023 se ha convertido ya en el año más mortífero en el Mediterráneo desde 2017, con más de 2.500 muertos sólo en la ruta central, que conecta países como Libia y Túnez con Italia, recordaron hoy la directora general de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Amy Pope, y el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur), Filippo Grandi, en un comunicado recogido por la agencia de noticias Europa Press.
"No suele pasar una semana sin historias de todas las partes del mundo de tragedias e incidentes dramáticos, sea en rutas marítimas o terrestres. Las hemos normalizado de manera horrible", expresaron los responsables, que lamentaron la falta de medidas ante unos sucesos que son "prevenibles".
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"Salvar vidas no es una opción", sino una "obligación legal", aseguraron los responsables de la ONU e instaron a dar una "respuesta significativa" y dejar de "criminalizar" los flujos de personas.
"Nuestra responsabilidad como comunidad global es ayudar a quienes se enmarcan en peligrosos viajes en busca de una vida más segura y digna para ellos y sus familias", reclamaron Grandi y Pope en su comunicado conjunto, en el que si bien admiten que ha habido algunos progresos también advierten sobre todo el trabajo que queda por hacer.
El mensaje de Pope y Grandi llega dos meses antes de un Foro Global de Refugiados que en diciembre reunirá a los principales actores mundiales y del que se espera que surjan "compromisos concretos".
La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) también recordó el décimo aniversario del naufragio del barco que transportaba migrantes desde Libia a Italia y se hundió en la isla italiana de Lampedusa.
El director de programas de MSF en Italia, Marco Bertotto, denunció que desde el final de esa operación de rescate en el Mediterráneo en 2013, "las autoridades italianas y europeas no han tomado ni una sola medida para reforzar las operaciones de salvamento en el mar y para limitar de forma concreta y eficaz la sucesión de tragedias en el Mediterráneo".
Bertotto consideró que las cifras de fallecidos de este año son "una clara demostración" de que es "indispensable y urgente" que haya un nuevo plan de búsqueda y rescate por iniciativa de los Estados miembro de la Unión Europea, al menos hasta que haya "políticas más valientes" con vistas, por ejemplo, a garantizar "vías seguras" de migración y a desmantelar las "rutas ilegales y mortíferas".
"¿Cuántas personas más tienen que ahogarse para que alguien haga algo en la dirección adecuada?", se preguntó, por su parte, el responsable de las operaciones de búsqueda y rescate en el mar de MSF, Juan Matías Gil, quien recordó que el derecho internacional obliga a auxiliar a aquellas personas en peligro de muerte.
Con información de Télam