Los rebeldes hutíes, que controlan extensas partes de Yemen, incluyendo su capital, Sanaá, son los responsables de los ataques contra buques comerciales en el mar Rojo en "solidaridad" con los palestinos, que llevaron a Estados Unidos y Reino Unido a bombardear posiciones del movimiento en el país árabe, en medio de los temores a una expansión regional del conflicto en Medio Oriente.
Procedentes del norte, los hutíes se constituyeron como movimiento en los años 90, para luchar contra la marginalización que decía padecer su comunidad religiosa, los zaiditas, una rama del islam chiita en este país de mayoría sunita, y combatir lo que consideraban la corrupción del entonces presidente Ali Abdullah Sale.
Luego, en 2003, con la invasión de Irak encabezada por Estados Unidos, los hutíes adoptaron el lema: "Dios es grande. Muerte a EEUU. Muerte a Israel. Maldición a los judíos y victoria para el Islam".
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Así, los rebeldes yemenitas conformaron el llamado "eje de la resistencia", un concepto que incluye a los movimientos antiisraelíes de la región, como el grupo islamista palestino Hamas y el chiita libanés Hezbollah, pasando por grupos de Irak y Siria.
Con una fuerza estimada hace unos años en al menos 200.000 hombres, según detalló la agencia de noticias AFP, los hutíes bien entrenados se acostumbraron a combatir en terrenos montañosos y duros de Yemen.
En 2014, ganaron fuerza política cuando se levantaron contra el sucesor de Sale como presidente, Abdo Rabu Mansur Hadi.
Tras tomar la capital de Yemen, obligaron a Hadi a huir al extranjero y se apoderaron de amplias zonas del país.
Desde ese entonces, Hezbollah les ha proporcionado entrenamiento militar.
Sus misiles de largo alcance y sus drones, desarrollados con tecnología iraní, se consideran una amenaza seria para sus vecinos del Golfo, ya que han atacado Arabia Saudita y a los Emiratos Árabes Unidos, integrantes de la coalición militar que apoya al gobierno yemenita.
En diciembre, los rebeldes y el Gobierno se comprometieron a respetar un nuevo alto el fuego en la guerra que están librando y aceptaron la apertura de un proceso de paz para poner fin al conflicto, que dejó cientos de miles de muertos y es visto como un enfrentamiento velado entre Arabia Saudita e Irán.
Poco después del inicio de la guerra entre Hamas e Israel el 7 de octubre, los hutíes multiplicaron los ataques frente a las costas de Yemen contra buques comerciales vinculados a intereses israelíes, como forma de solidarizarse con los palestinos de Gaza.
Estados Unidos afirma que los ataques de los hutíes están totalmente habilitados por Irán.
Frente a este escenario, Estados Unidos -aliado de Israel- desplegó buques de guerra y forjó en diciembre una coalición internacional para proteger esta ruta por donde transita un 12% del comercio mundial.
Pese a la muerte de miles de combatientes en el transcurso de los años, los hutíes mantienen su popularidad atrayendo a jóvenes reclutas.
En los territorios que controlan, los hutíes han impuesto normas sociales y religiosas muy estrictas, que conciernen en particular a las mujeres.
Con información de Télam