Los azerbaiyanos votaban hoy en unas elecciones presidenciales en las que el autocrático Ilham Aliyev parte como gran favorito a obtener un quinto mandato, reforzado por la ofensiva militar que permitió recuperar la región de Nagorno Karabaj, un territorio disputado con la vecina Armenia.
Aliyev se enfrenta a seis candidatos, pero ninguno parece representar una opción real, y todos han respaldado al presidente en el pasado cercano, mientras que los verdaderos opositores consideran que estas elecciones son una "farsa".
Aliyev, quien llegó al poder en 2003 tras el fallecimiento de su padre, el expresidente Heydar Aliyev, se vio apuntalado con su victoria militar en septiembre en una operación relámpago contra los armenios de Nagorno Karabaj, que habían controlado la región durante tres décadas.
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En enero, el presidente de 62 años anunció que anticipaba las elecciones, que estaban previstas para 2025, para celebrar el inicio de una "nueva era".
Por primera vez desde los años noventa, los comicios se organizarán también en Nagorno Karabaj, aunque, está por ver cuál será la tasa de participación en la región, debido a que la inmensa mayoría de la población huyó hacia Armenia tras la última ofensiva.
Está previsto que los resultados preliminares se publiquen pocas horas después del cierre de las urnas, a las 19, dijo la comisión electoral, informó la agencia de noticias AFP.
La previsión es una victoria aplastante de Aliyev, que ya obtuvo un 86% de los votos en 2018 y casi un 89% en 2008, entre acusaciones de irregularidades de los observadores internacionales.
Esta exrrepública soviética con casi 10 millones de habitantes se sitúa habitualmente en la cola de las clasificaciones realizadas por organizaciones de derechos humanos.
Estas entidades denuncian represión de la oposición, tortura en las prisiones y detenciones arbitrarias, alegaciones rechazadas por las autoridades de Bakú.
Aliev también ha sido acusado de aprovechar los abundantes hidrocarburos del país para enriquecer a su familia, algo que él niega.
Para su quinto mandato, el presidente dijo que el país debía estar "muy vigilante" a las amenazas, pero aseguró que no desea una nueva guerra con Armenia, aunque las negociaciones entre ambos países se demoran.
Armenia, además, se inquieta de las ambiciones de un vecino más rico y mejor armado.
La última ofensiva de Azerbaiyán tuvo lugar cerca de dos años después de la Segunda Guerra de Nagorno Karabaj (27 de septiembre-10 de noviembre de 2020), que ya permitió a Bakú recuperar algunos territorios de la región.
El último acuerdo de alto el fuego contempla el desarme de los grupos proarmenios y la retirada de militares de Armenia de la región, un territorio de unos 4.400 kilómetros cuadrados en el Cáucaso Sur.
Esto derivó en una oleada de refugiados que llevó a Armenia a denunciar una "limpieza étnica" del territorio, acusaciones rechazadas firmemente desde Azerbaiyán.
Por otra parte, opositores, activistas y organizaciones no gubernamentales han denunciado un aumento de la represión en el país durante los últimos meses, en contraste con el aumento del perfil internacional de Azerbaiyán, que acogió en 2023 la cumbre del Movimiento de países no Alineados y albergará en 2024 la Cumbre de Naciones Unidas sobre Clima (COP29).
Con información de Télam