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Por Alexandra Ulmer y Lizbeth Diaz
PIEDRAS NEGRAS/TIJUANA, México, 24 ene (Reuters) - Después de que se canceló la cita del inmigrante hondureño Alex Díaz para solicitar asilo en Estados Unidos tras las medidas restrictivas de Donald Trump en materia de migración y fronteras, este exconductor de autobús de 23 años se planteó lo que había decidido evitar: entrar ilegalmente al país.
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Desde que Trump puso fin al programa de entrada legal del expresidente Joe Biden y está reforzando la seguridad en la zona, Díaz está considerando recurrir a contrabandistas que lo adentrarían en Estados Unidos, por caminos aislados.
"No quería entrar de ilegal. Donald Trump no me puede quitar el sueño americano", dijo Díaz a Reuters fuera de un refugio en la ciudad fronteriza mexicana Piedras Negras.
El migrante agregó que los contrabandistas le estaban cotizando 7,000 dólares para llegar a la ciudad tejana San Antonio, a unos 235 kilómetros de distancia.
Sin saber si sus hermanos de Luisiana podrían reunir el dinero y preocupado por su seguridad en rutas potencialmente peligrosas, Díaz seguía evaluando si intentaba cruzar.
Como parte de su anunciada ofensiva contra la migración en la frontera entre Estados Unidos y México, Trump cerró el lunes el programa CBP One de Biden, que permitía a los migrantes en México programar una cita para solicitar asilo en un cruce fronterizo legal.
Personas como Díaz ahora se enfrentan a rutas de contrabando más costosas y riesgosas hacia Estados Unidos, según entrevistas con media docena de migrantes, un contrabandista y las fuerzas de seguridad estadounidenses.
Bajo el mandato de Biden, se detuvo a un número récord de migrantes que cruzaban ilegalmente la frontera y muchos fueron puestos en libertad en Estados Unidos con audiencias pendientes en tribunales. Biden aplicó restricciones al asilo en junio de 2024, lo que, según sus funcionarios, contribuyó en parte a una fuerte caída de las detenciones de migrantes.
Los cambios en las normas de Trump, destinados a detener lo que él denomina una "invasión" en la frontera, están operando junto con las restricciones existentes de Biden implementadas el año pasado, dijo un funcionario de la administración Trump.
El efecto de las restricciones superpuestas no quedó claro durante los primeros días de Trump en el cargo. El zar fronterizo, Tom Homan, dijo el miércoles que la Patrulla Fronteriza había detenido a 766 inmigrantes que intentaban cruzar ilegalmente el día anterior, aproximadamente la mitad del promedio diario en diciembre.
Un contrabandista mexicano, que habló bajo condición de anonimato, dijo que los precios habían subido en parte debido a más restricciones del lado estadounidense.
NEGOCIO PARA LOS CONTRABANDISTAS
Valeriano Pérez, investigador de la oficina del alguacil en el condado fronterizo tejano Maverick, dice que espera que los cárteles lleven a los inmigrantes por rutas más arriesgadas a través del desierto y los alejen de la frontera.
"Van a tener que encontrar la manera de que pasen los puestos de control, de que los envíen a las ciudades del norte. Eso alarga el trabajo de los cárteles", declaró Pérez a Reuters.
Añadió que, como consecuencia, su oficina, que cuenta con unos 80 agentes y carceleros, probablemente incrementará las patrullas en campo y a lo largo de las carreteras. Dado el uso de rutas más peligrosas, Pérez dijo que esperaba encontrar más migrantes muertos.
Roberto, un comerciante del sur de México que había estado esperando en la ciudad norteña Tijuana para su cita CBP One el 22 de enero, está golpeado ahora porque el precio que cobran los contrabandistas por ayudar a los migrantes a cruzar se ha disparado a 140,000 pesos mexicanos (unos 6,900 dólares) desde los aproximadamente 85,000 pesos mexicanos (4,200 dólares).
"Lo único que hizo este señor (Trump) fue devolverle el negocio a los coyotes (traficantes) porque la gente va a seguirse cruzando como sea", dijo Roberto, de 34 años de edad, quien no quiso compartir su apellido por motivos de seguridad.
"Mi plan no es devolverme, mejor me voy a quedar en Tijuana a juntar la feria (el dinero) para cruzarme", agregó.
Algunos, desalentados por los precios o el riesgo de un aumento de las deportaciones bajo Trump una vez en Estados Unidos, están optando por quedarse en México.
Pero Díaz, el migrante hondureño en el refugio de Piedras Negras, dice que está decidido a llegar a Estados Unidos, en parte porque tiene dos hijos pequeños que mantener en Honduras.
No acudió a una cita para solicitar asilo a principios de enero porque, según dice, fue secuestrado por una banda en México cuando viajaba en autobús hacia la frontera y golpeado durante tres días hasta que sus familiares pagaron 1,000 dólares para liberarlo.
Ahora está esperando la respuesta de unos amigos que han cruzado recientemente la frontera de forma ilegal para ver si les ha ido bien antes de intentarlo él mismo.
"Quiero cruzar, pero el temor mío es que me agarren", dijo Díaz.
(1 dólar = 20,3069 pesos mexicanos)
(Reporte adicional de Ted Hesson y Susan Heavey en Washington D.C. y Cheney Orr en Piedras Negras; Editado por Mary Milliken, Rosalba O'Brien, Natalia Ramos y Diego Oré)