El primer ministro japonés, Fumio Kishida, llegó hoy a Kiev para reunirse con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, y transmitirle su apoyo ante la invasión rusa, en su primera visita a Ucrania.
Kishida, que llegó de madrugada en tren, se trasladó más tarde en el mismo medio de transporte a Bucha, una localidad ubicada en las afueras de Kiev y considerada por Occidente un símbolo de los abusos cometidos por las tropas rusas en Ucrania.
Como parte de su agenda, el primer ministro también tiene previsto reunirse luego con Zelenski.
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Kishida, que oficiará de anfitrión de la cumbre del G7 en mayo, era el único dirigente del grupo de los países más industrializados que aún no había visitado la capital de Ucrania desde la invasión rusa de febrero de 2022 y estaba siendo presionado para que lo hiciera.
Ucrania celebró la "visita histórica" de Kishida como un "gesto de solidaridad" del país asiático tras más de un año de invasión rusa.
Es la primera vez que un premier de Japón visita una zona de conflicto desde la derrota del Imperio japónes en la Segunda Guerra Mundial, tras la cual el país adoptó una Constitución pacifista.
"Esta visita histórica es un gesto de solidaridad y de fuerte cooperación entre Ucrania y Japón. Estamos agradecidos a Japón por su sólido respaldo y su contribución a nuestra futura victoria", tuiteó la primera vicecanciller ucraniana, Emine Dzheppar.
Kishida "transmitirá directamente al presidente Zelenski el respeto por el coraje y la perseverancia del pueblo ucraniano que, bajo su liderazgo, se ha levantado para defender su patria, así como la solidaridad y el firme apoyo a Ucrania de parte de Japón y el G7, presidido por Japón", expresó, por su parte, la Cancillería japonesa en un comunicado.
Su visita coincide con otra del presidente chino, Xi Jinping, a Rusia, donde sostenía conversaciones en Moscú con el presidente ruso, Vladimir Putin, con el conflicto en Ucrania en la agenda.
Xi llegó a Moscú luego de anotarse una victoria diplomática en Medio Oriente, donde recientemente medió entre Arabia Saudita e Irán para restablecer sus lazos diplomáticos tras años de tensiones en una región en la que durante muchos años ha ejercido su influencia Estados Unidos.
Luego de ese episodio, Xi afirmó que China debería desempeñar un papel más importante en la gestión de los asuntos mundiales.
Los aliados de Kiev miran con recelo esa relación entre Moscú y Beijing porque temen que China ayude a Rusia en su esfuerzo bélico, algo que el gigante asiático ha negado asegurando que quiere ser un intermediario neutral en los esfuerzos de paz.
La propia Kiev admitió anoche que no tiene constancia de que China haya transferido armas a Rusia, si bien ha proporcionado alguna tecnología de doble uso como chips semiconductores.
En ese sentido, Japón ha tomado más partido que China en la guerra, sumándose a Estados Unidos y a las naciones europeas en la imposición de sanciones contra Rusia por la invasión a Ucrania.
China, en tanto, se negó a condenar la invasión y criticó las sanciones occidentales destacando que lastiman a todo el mundo, al tiempo que acusó a la OTAN y a Washington de haber provocado la invasión de Rusia.
Debido a sus principios pacifistas, el apoyo de Japón a Ucrania también se ha limitado a material militar no bélico, como cascos, chalecos antibalas y drones, y a suministros humanitarios, incluidos generadores.
Japón ha aportado más de 7.000 millones de dólares a Ucrania y ha acogido a más de 2.000 ucranianos desplazados, a los que ha ayudado con ayudas para la vivienda, el empleo y la educación, algo poco habitual en un país conocido por su estricta política de inmigración.
Con información de Télam