Hay quienes afirman que el 11 de septiembre de 2001 el mundo cambió por completo. Era una mañana tranquila y soleada en Nueva York, Estados Unidos. Muchos y muchas se dirigían al trabajo, otros tan sólo paseaban. A las 8.46 horas, un avión se estrelló contra una de las Torres Gemelas y las miradas de miles quedaron estupefactas. "Fue un accidente", pensó la mayoría. Sin embargo, tan sólo 17 minutos después, el terror se apoderó de la ciudad y del mundo entero cuando un segundo avión impactó contra la Torre Sur. Fue entonces cuando no quedaron dudas: era un atentado terrorista. Uno de los más impactantes, y seguramente el más recordado, de la historia. A 20 años del hecho histórico, algunos de los sobrevivientes recuerdan aquel momento escalofriante.
El brutal ataque fue orquestado por Al Qaeda, organización terrorista comandado por Osama bin Laden. El plan fue llevado a cabo con muchísima cautela y años de estudio. Exactamente 19 hombres secuestraron cuatro aviones comerciales de Estados Unidos: dos impactaron en las Torres Gemelas, que luego se derrumbaron; otro lo hizo en el Pentágono; mientras que el último cayó en un campo de Pensilvania. En total, los atentados dejaron un saldo de 2.997 personas muertas, incluyendo a los terroristas.
Pese a la gran cantidad de víctimas y a los daños causados, de acuerdo a la Comisión del 11-S, alrededor de 16.000 personas lograron sobrevivir en las zonas del impacto a las Torres Gemelas. Muchas de ellas lo hicieron gracias a la gran ayuda que llevaron adelante los bomberos, rescatistas y miembros del personal policial que se acercaron a lugar del hecho.
Quedarse con la foto de los aviones impactando contra las Torres Gemelas es tan sólo ver una parte de la historia. Por qué, qué pasó antes del ataque y qué consecuencias hubo tras lo sucedido son otros de los puntos fundamentales a tener en cuenta para comprender el pasado y también el presente del conflicto con el que al día de hoy convive Estados Unidos.
Hoy, a 20 largos años de los atentados que cambiaron el mundo, en El Destape repasamos los crudos testimonio de algunas de las personas que pudieron sobrevivir al horror del que, lamentablemente, serán presos de por vida.
Los testimonios más impactantes de los sobrevivientes de los atentados del 11 de septiembre
David English, trabajador estadounidense que debía asistir a una reunión cerca de las Torres Gemelas y que tras el atentado se escapó a la Argentina
En una entrevista que le concedió a Atardecid@s, por Señal U, David English contó cómo fue que su vida dio un giro de 360 grados en tan sólo unos minutos. "Esa mañana, a las 10, iba a firmar un contrato con el banco mundial de City Bank. Con esa firma de contrato iba a lograr 'El sueño americano'. Me levanté pensando que iba a ser el día más importante de mi vida. Y fue el día más importante de mi vida, pero no de la manera que estaba pensando. Fui desde mi departamento hasta las Torres Gemelas. Siempre iba en subte a trabajar porque las oficinas quedaban al lado de las Torres Gemelas. Yo era de Tennessee, pero estaba trabajando en Nueva York, en una empresa grande de telecomunicaciones. Bajé del edificio, empecé a caminar por la calle a las 8.43 horas de la mañana y vi cenizas cayendo del cielo. Me pareció raro".
"Después vi unos papeles en el viento con dirección a las torres. Caminé un poquito y vi humo saliendo de las Torres Gemelas. Caminé un poco más hasta la estación de subte para ir a la reunión y firmar el contrato, que era clave para mi carrera. Vi un teléfono justo en la esquina del subte, casi abajo de las Torres Gemelas. En ese momento, nadie pensaba que era un accidente. Llamé a mi papá y le dije que estaba bien, que nada me había pasado en la explosión. Minutos después, el segundo avión explotó arriba de mi cabeza. Esa fue mi mañana. En ese momento cambió mi vida. Cuando el segundo avión impactó, las cosas cambiaron drásticamente. En esa misma esquina en la que estaba, había personas que estaban cerca mío que recibían llamadas de la gente que estaba desde las Torres Gemelas. Nunca me lo voy a olvidar. La gente estaba llorando y desesperada", agregó English.
Como consecuencia de lo sucedido, David resaltó que tras aquella triste mañana del 11 de septiembre de 2001 decidió marcharse de Estados Unidos para vivir en la Argentina, donde recuperó la felicidad que había perdido: "Con ese contrato podría haber planificado los próximos 30 años de mi vida. Lo perdí en ese instante, en esa mañana. Hay gente que perdió mucho más. Me puso en un camino que fue mucho mejor. Mi camino en Argentina ha sido fantástico. No estoy para nada arrepentido de haber vivido aquí. Es lo que decidí cuando pasó todo esto. Pensé en irme lo más lejos de Nueva York y qué mejor lugar que un lugar que está al final del planeta, con buena gente, buenas costumbres y gente linda".
Marcy Borders, la mujer que sobrevivió al atentado de las Torres Gemelas y a la que se la conoció popularmente como "The Dust Lady" ("La Dama de Polvo")
Marcy Borders acababa de iniciar su trabajo en el Bank of America. En medio de los atentados, y al igual que otros colegas, su jefe le ordenó que no se fuera del edificio. Sin embargo, no le hizo caso y decidió marcharse. Logró escapar, aunque antes de abandonar el edificio fue sorprendida por un fotógrafo, a quien no recuerda.
El fotógrafo Stan Honda, quien el 11 de septiembre recorría la zona, se encontró con un cuerpo cubierto de polvo. Era Marcy Borders, que estaba completamente en blanco. Dicha imagen recorrería el mundo entero y a la mujer se la reconocería como la "Dust Lady" ("La Dama de Polvo").
Borders nunca pudo sobreponerse tras los atentados a las Torres Gemelas. Durante diez años sufrió de depresión, de problemas con el alcohol y de drogas. En una entrevista que le concedió a The New York Post, en 2011, manifestó: "Fue como si mi alma se derrumbara con esas torres”. Y agregó: "Mi vida se descontroló. No hice un día de trabajo en casi 10 años, y en 2011 era un completo desastre. Cada vez que veía una aeronave, me ponía en pánico. Si veía a un hombre en un edificio, estaba convencida de que iba a dispararme".
El 24 de agosto de 2015, y tras haberse recuperado de las adicciones, Marcy Borders murió de cáncer de estómago. En una charla con Jersey Journal, se preguntó: “Me digo a mí misma, ‘¿esta cosa encendió las células cancerígenas en mí? Definitivamente lo creo porque no he tenido ninguna enfermedad. No tengo presión arterial alta, colesterol alto, diabetes. ¿Cómo se puede pasar de estar sano a despertarse al día siguiente con cáncer?".
Los dos sobrevivientes que estaban en la oficina donde impactó uno de los aviones del atentado a las Torres Gemelas
Brian Clark y Stanley Praimnath trabajaban en el piso 84 de la Torre Sur del World Trade Center. A las 9:03 am, el vuelo 175 golpeó los pisos 77 a 85 de dicho edificio. “Nuestra oficina fue sacudida, destruida en un segundo. Y fue durante los siguientes 10 segundos después de ese impacto inmediato, esos fueron los únicos 10 segundos del día que tuve miedo. Aterrorizado, de hecho", comentó Clark en 2011, en un diálogo con Associated Press. De manera sorpresiva, encontró una escalera que increíblemente no había sido destruida por el avión. En su camino, y mientras otros compañeros lo seguían, se encontró con una mujer, quien se dirigía hacia los pisos de arriba para buscar ayuda y esperar un helicóptero, que jamás llegaría...
Clark y el resto de sus colegas debatieron qué era lo mejor para poder salvarse. Y fue en ese preciso momento en el que escuchó una voz. "'¡Ayuda! ¡Ayuda! ¡Estoy enterrado! ¿Hay alguien ahí? ¡No puedo respirar!'", manifestó un hombre que estaba atrapado entre los escombros. Era Stanley Praimnath, empleado de Fuji Bank que al ver al avión dirigiéndose al edificio se escondió en su escritorio.
Clark logró salvar a Praimnath luego de tironear un buen rato. Mientras el grupo se dirigió hacia el techo del edificio, ambos tomaron el camino de las escaleras se decidieron a bajar 80 pisos. Y escaparon a tiempo. Minutos después, la torre sur se derrumbó y fueron tan sólo dos de los cuatro sobrevivientes que lograron bajar desde los pisos superiores.
William Rodríguez, el puertorriqueño que salvó a una multitud de personas en las Torres Gemelas
William Rodríguez trabajaba como encargado de limpieza de la torre Norte del World Trade Center. Cada día debía recorrer todos los pisos para que los mismos lucieran impecables. "Nadie quiere limpiar 110 pisos de escaleras todos los días. Para cualquier persona que no tenga entrenamiento es imposible. A mí me tomó diez años aclimatar mi cuerpo", comentó.
Aquel 11 de septiembre, Rodríguez se encontraba en el primer sótano (B1) de la torre. A las 8.46 horas sintió el impacto del avión y todo se volvió muy confuso: “De repente se oyó una explosión muy fuerte que nos levantó en el aire. El techo se derrumbó y las paredes se rajaron. Pensé que era un generador de energía eléctrica que había reventado en el cuarto de mecánica que se encontraba en el subsuelo B2. Unos segundos más tarde se oyó un impacto arriba y otra explosión".
Tras lo sucedido, y al advertir que un colega estaba ensangrentado, lo ayudó a salir del edificio para que lo asistieran. Al notar que un avión había impactado, y ver el humo que salía del piso 90, se decidió a ingresar nuevamente a la torre norte para asistir a sus compañeros: "Nadie quería regresar. Mi superior no me dejaba volver, pero no le hice caso. El miedo en una situación de este tipo te paraliza o te moviliza. Tomé el liderazgo y entré a través del sótano a la Torre Sur, donde estaba el centro de operación y control. Sorprendentemente, no había nadie”.
Al ingresar nuevamente al edificio, William se encontró a una trabajadora que no quería abandonar el lugar por un insólito motivo: "Había una empleada de seguridad que me dijo que lo había oído todo pero que no podía irse porque era una nueva empleada y no quería que la despidiesen. La ignorancia de no saber lo que estaba pasando hizo que mucha gente se comportase de forma totalmente irracional. La saqué fuera del edificio a las malas. Luego volví a la torre norte y oímos gritos de dos personas en un ascensor atascadas diciendo que se estaban ahogando por el agua que había entrado de los rociadores antiincendios. Estaban encapsuladas".
Por medio de una llave maestra, William Rodríguez logró ayudar a varios de los bomberos que ingresaron al edificio para poder rescatar a la gente. Según cuenta, más de 100 personas se salvaron gracias a su ayuda: “Tenía la llave que abría todas las puertas y conocía el edificio mejor que nadie, aunque sabía que la operación iba a ser difícil. Los bomberos llevaban mucho equipaje encima y el edificio era muy alto. Yo hacía 110 pisos todos los días y estaba físicamente mejor que ellos”.
Justo antes de que la torre norte se derrumbara, el puertorriqueño ingresó nuevamente para asistir a un hombre. Luego, corrió hacia un camión de bomberos que estaba cerca para encontrar refugio y se decidió a rezar: “El polvo me quemaba la cara y dije: 'Dios mío no le des a mi madre el dolor de verme en pedazos, que reconozca mi cadáver'”.
El último sobreviviente en salir de las Torres Gemelas bajó 84 pisos y se salvó gracias a los consejos "de una voz"
Ron DiFrancesco trabajaba en la Torre Sur. Luego de advertir el impacto del primer avión en la Torre Norte, decidió bajar del edificio. Según relata en las pocas entrevistas que brinda, "fue guiado por una presencia que le indicó la ruta exacta por la que podría escapar". Aquella voz, le decía: "Atravesá la columna de fuego', 'subí otro piso" y "no mires abajo".
Como si se tratara de un milagro, Ron corrió guiado por la voz, que según cuenta no dejó de acompañarlo. Al llegar a la planta 81, se encontró con una gigantesca bola de fuego que no le permitía pasar. Como si fuera una película de ciencia ficción, decidió saltarla. Al pasar la planta 76, sintió el impacto del segundo avión. Y fue entonces cuando siguió bajando con velocidad.
El tiempo pasó, las torres comenzaron a temblar. Y cuando logró llegar a la planta baja, DiFrancesco escuchó los gritos de la gente. La torre sur estaba a punto de colapsar. Al salir, siguió corriendo. Una nube de polvo lo cubrió. Algo le pegó en la cabeza y se terminó desmayado. Tres días más tarde, despertó increíblemente en un hospital. Logró sobrevivir.