El Papa reza con los migrantes en Chipre y dice que el odio es un "veneno" del que es "difícil desintoxicarse"

Francisco se refirió al odio contra los migrantes y cuestionó los ataques xenófobos alrededor del mundo.

03 de diciembre, 2021 | 16.53

El Papa Francisco presidió un acto ecuménico en Chipre en el que han participado también migrantes y en el que ha subrayado que el odio es un "veneno" para la sociedad del que "resulta difícil desintoxicarse".

"El odio también ha contaminado nuestras relaciones entre cristianos. Y esto deja una marca, una marca profunda que dura mucho tiempo: es un veneno del que resulta difícil desintoxicarse, es una mentalidad distorsionada que, en vez de hacer que nos reconozcamos hermanos, lleva a que nos veamos como adversarios, como rivales", subrayó el Pontífice en el último acto oficial del día en Chipre celebrando una Oración Ecuménica con los migrantes.

Tras escuchar a los testimonios de los migrantes procedentes de África, de Oriente Medio y de Asia, el Papa quiso agradecer con un "enorme gracias de corazón" a todos los migrantes que han dado sus testimonios. Francisco ha confesado haber recibido los testimonios con anticipación pero, aún así, ha asegurado que también le han conmovido este viernes.

"Ustedes ya no son extraños ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y familia de Dios --ha dicho--. Fueron palabras escritas a los cristianos de Éfeso -no lejos de aquí-, muy distantes en el tiempo, pero tan cercanas, que son más actuales que nunca, como si hubieran sido escritas hoy para nosotros", ha recitado.

Francisco se refirió directamente a los jóvenes migrantes que dieron su testimonio durante este encuentro: "También Dios sueña, como tú, Mariamie, que vienes de la República Democrática del Congo y te has definido 'llena de sueños'. Como tú, Dios sueña un mundo de paz, en el que sus hijos viven como hermanos y hermanas. Su presencia, hermanos y hermanas migrantes, es muy significativa en esta celebración. Sus testimonios son como un "espejo" para nosotros, comunidades cristianas".

Por su parte, el Papa ha recordado a otra migrante, Thamara, que con su historia enseña que las personas no son números ni individuos que haya que catalogar. "Somos hermanos, amigos, creyentes y prójimos los unos de los otros", ha dicho.

A otro de ellos, que compartió con el Pontífice su camino desde Camerún, el Papa ha asegurado que su historia recuerda que el odio también ha contaminado las relaciones entre cristianos. "Y esto, como tú has dicho, deja una marca, una marca profunda que dura mucho tiempo: es un veneno del que resulta difícil desintoxicarse, es una mentalidad distorsionada que, en vez de hacer que nos reconozcamos hermanos, lleva a que nos veamos como adversarios, como rivales", ha apuntado.

Y refiriéndose a Rozh, un joven de Irak, ha apunta que recuerda que todos son una "comunidad en camino". "No nos deben asustar las diferencias entre nosotros, sino más bien, nuestras cerrazones y nuestros prejuicios, que impiden que nos encontremos realmente y que caminemos juntos", dijo. Francisco afirmó que Jesús viene al encuentro "en el rostro del hermano marginado y descartado, en el rostro del migrante despreciado, rechazado y oprimido".

Asimismo, Francisco ha afirmado que Dios llama a no resignarse a vivir en un mundo dividido, en comunidades cristianas divididas, sino a caminar en la historia atraídos por el sueño de Dios, que es una humanidad "sin muros de separación, liberada de la enemistad, sin más forasteros sino sólo conciudadanos". El Papa ha concluido que el camino paciente "hace entrar en la tierra que Dios ha preparado" para los hombres.