Palestina, la hinchada sin Selección en el Mundial que se hizo presente en Qatar

No estuvo entre los 32 seleccionados clasificados para jugar en el primer Mundial realizado en el mundo árabe, pero su bandera, de una u otra manera, es una constante en las tribunas y las calles de Doha. Una causa que históricamente unió a los pueblos del mundo árabe.

29 de noviembre, 2022 | 18.37

Palestina no es un Estado independiente y soberano, pero como otros -Gales, Hong Kong, por ejemplo- es miembro de la FIFA. No llegó a clasificar para el Mundial de Qatar, pero su bandera roja, negra, blanca y verde aparece una y otra vez en las tribunas durante los partidos, en las calles céntricas alrededor del tradicional mercado de Doha, el Souq Waqif, e incluso en el brazo de hinchas de distintas partes del mundo, especialmente de países del mundo árabe, donde históricamente la causa palestina sirvió como un unificador, en la retórica de los líderes y las lealtades de millones en las sociedades. 

"El Mundial nos dio una plataforma  para hacer escuchar nuestra voz", contó a la cadena qatarí Al Jazeera Bader, uno de los 250.000 palestinos que viven actualmente en Qatar, un pequeño país del Golfo Pérsico con una población de casi tres millones de habitantes, donde apenas una minoría son ciudadanos.  

A los 250.000 palestinos que ya viven en Qatar, se sumaron además otros 8.000 hinchas que se identificaron con esa nacionalidad cuando aplicaron para visas para entrar al país en estas semanas. Y, como se trata del primer Mundial en un país árabe de la historia de la FIFA, la hinchada huérfana del torneo también contó con el apoyo de los simpatizantes de países árabes que están jugando -Marruecos, Arabia Saudita y Túnez- y de otros que no clasificaron, como Líbano y Egipto.

Un shock de realidad para los periodistas israelíes

La presencia de palestinos y su causa nacional no solo quedó plasmada en las banderas que salpican las imágenes que circulan por todo el mundo, sino que ganó fama mundial cuando uno tras otro los periodistas israelíes que viajaron para cubrir el campeonato comenzaron a contar que no se sentían bienvenidos.

Qatar no reconoce a Israel, pero la FIFA negoció que habilitara vuelos directos de Tel Aviv a Doha durante el Mundial y, además, le permitió a un grupo de diplomáticos israelíes que trabajen desde una agencia de turismo local para dar apoyo a sus conciudadanos durante ese mes, según el diario británico The Guardian. Los periodistas israelíes -y seguramente los 4.000 hinchas que pidieron visa para entrar al país- también creyeron que se encontrarían con un clima mucho más amable ya que en los últimos años su Gobierno y el entonces Gobierno estadounidense de Donald Trump habían anunciado una nueva etapa en las relaciones entre Israel y algunos países del mundo árabe con los llamados Acuerdos de Abraham. 

Impulsados personalmente por Trump y su visión regional para empoderar a Arabia Saudita e Israel frente a Irán, los países del Golfo Pérsico Emiratos Árabes Unidos y Bahrein reconocieron al Estado de Israel, una decisión que luego siguieron Sudán y Marruecos. Omán, otro país de la región, iba a seguir el mismo camino, pero suspendió la decisión cuando cambió el poder en la Casa Blanca en 2021.

Pero el cambio de época anunciado por Trump, Benjamin Netanyahu -quien ahora se encamina a volver al poder en Israel- y los mandatarios árabes firmantes solo existió en los papeles. En estas últimas dos semanas, árabes de distintos países dejaron claro que no tienen interés en tener una buena relación con los ciudadanos israelíes y, en muchos casos, ni siquiera un trato cordial. Se vio en las cámaras como libaneses, egipcios, marroquíes y qataríes, entre otros, se negaron a responder las preguntas de los periodistas israelíes, les gritaron "Viva Palestina" o los acusaron de masacrar a ese pueblo en los territorios que ocupa militarmente hace más de 50 años y, algunas veces, hasta los echaron de restaurantes y de los taxis. 

La causa palestina incluso se convirtió en una respuesta para muchos hinchas árabes a lo que consideran como críticas "occidentales" a las violaciones a los derechos humanos en Qatar y, especialmente, la falta de libertad de expresión para apoyar a la comunidad LGBT+. Como el país anfitrión prohibió cualquier símbolo o bandera que haga referencia a la defensa de diversidades, la ministra del Interior alemana, Nancy Faeser, usó una banda en el brazo con la bandera multicolor. En respuesta, en los últimos días se pudo ver a muchos qataríes con una banda similar, pero con la bandera palestina.