Al cabo de un proceso de 16 años, Bolivia pasó a ser Estado permanente del Mercosur. El último paso, lo dio el Senado brasileño en los últimos días de noviembre cuando dio su aval para que comenzara la nueva etapa, que fue ratificada este jueves en la 63° Cumbre de Jefes de Estado del bloque, en Río de Janeiro. “Bolivia pretende ser la bisagra entre el Mercosur a la Comunidad Andina”, sostuvo en entrevista con El Destape el viceministro de Comercio Exterior e Integración del Ministerio de Relaciones Exteriores, Benjamín Blanco, quien calificó a esta ubicación como "una posición geográfica privilegiada".
De ahora en adelante, el país sudamericano tiene cuatro años para adecuar su normativa para cumplir con los protocolos que exige el bloque. Más allá de eso, ya tiene voz y voto en los encuentros, que de ahora en adelante contarán un nuevo escenario en la región con la llegada del ultraderechista Javier Milei a la Presidencia argentina. Además de ellos, estarán Luiz Inácio Lula da Silva, por Brasil; Luis Lacalle Pou, por Uruguay; y Santiago Peña, por Paraguay; que ostentará por seis meses la presidencia pro tempore.
Con su ingreso, el bloque pasa a ubicarse entre las cinco economías del mundo, con 283 millones de personas y un PBI de 4.800 millones de dólares.
En esta entrevista, el vicecanciller boliviano hizo un repaso por las iniciativas que impulsarán, las propuestas y las visiones que buscará impulsar con el resto de sus socios en términos económicos como geopolíticos con eje en la "integración regional". Su punto está en ser conexión entre el Océano Pacífico y el Atlántico como entre las distintas visiones de los países: "Lo que se debe es buscar los puntos en donde no se pone en juego la visión de desarrollo que tienen los países", sostuvo Blanco.
- ¿Cuáles son las expectativas de Bolivia respecto al Mercosur de ahora en adelante?
- Lo que esperamos es poder tener mejores oportunidades de aprovechamiento de las preferencias arancelarias. Si bien Bolivia no era parte, teníamos un acuerdo que ponía en arancel cero a todo el universo arancelario que está vigente desde 1997. A pesar de esto, el comercio con el Mercosur ha sido muy asimétrico. Bolivia básicamente ha proveído de gas al bloque, lo que representa el 96% de nuestras exportaciones y, en menor medida, otros productos, como banana a la Argentina, palmito y alguna que otra manufactura al Brasil. Por otra parte, del Mercosur importamos desde alfajores hasta aeronaves. Entonces, lo que buscamos es tratar de ingresar a estos mercados con nuestros productos no tradicionales, porque no basta con la preferencia arancelaria. Al ser miembros plenos podemos contar con un tratamiento más favorable.
- ¿Cuáles son esos productos que tienen para ofrecer?
- Nosotros, por ejemplo, vinos de altura bolivianos hemos logrado exportar a la Unión Europea, a Japón, pero no ha sido posible enviar una sola botella al Brasil, siendo parte del club vamos a poder hacerlo con facilidad. La idea es poder llegar con productos con mayor valor agregado y poder tener una simetría en cuanto a la exportación de estos productos no tradicionales. Esa es un poco la visión, porque el Mercosur va mucho más allá que la liberalización arancelaria.
- ¿Más allá de lo comercial cuáles son sus perspectivas?
- Bolivia pretende ser la bisagra, la puerta de acceso para el Mercosur a la Comunidad Andina, que es el otro gran proceso de integración subregional que tenemos en Sudamérica. Ese es un gran aporte que Bolivia le daría al Mercosur en su posición geográfica privilegiada. En lo que es infraestructura física, proponemos viabilizar la construcción de un corredor ferroviario bioceánico, entre otras varias iniciativas que tienen que ver con la ubicación geográfica estratégica. Por otro lado, hemos estado proveyendo el año pasado más de 130 millones de dólares en fertilizantes a los países del bloque, porque nos estamos convirtiendo en un productor. Además, obviamente, lo que buscamos es poder ser parte de los encadenamientos productivos. Me refiero al convenio automotor: quisiéramos ser parte de las cadenas productivas de automóviles, de línea blanca y de otros aparatos, de otros equipos, sobre todo de lo que es tecnología, que utilizan las baterías de litio y Bolivia tiene el reservorio más grande del mundo de litio en nuestro Salar de Uyuni, entre otras varias potencialidades. Estamos en el corazón de Sudamérica, somos la bisagra entre el Océano Pacífico y el Océano Atlántico y la idea es poder servir de nexo, de comunicación. Ahora, el Mercosur hace mucho ha dejado de ser simplemente un objetivo comercial: es la quinta economía del mundo, es crucial en la geopolítica mundial, en un mundo multipolar.
Por otro lado, Bolivia tiene alrededor de dos millones de personas, un 20% de nuestra población que está en Argentina, en Brasil y en los demás países. Todos estos ciudadanos gozarán de todos los derechos y obligaciones que tienen los ciudadanos del Mercosur: civiles, sociales, laborales, educativos, en salud y de libre circulación de personas. Bolivia, además, comparte el 72% de sus fronteras con los países del Mercosur, es naturalmente parte por su propia geografía y, en ese aspecto, sabemos que vamos a poder mejorar mucho nuestras condiciones en las operaciones, controles e infraestructura física y favorecer la vida de los habitantes esas zonas. Son unas 800 mil personas que viven del lado boliviano. Vamos a poder tener o participar de los fondos de convergencia estructural (FOCEM), con las que Paraguay, por ejemplo, pudo desarrollar gran parte de sus hidroeléctricas. Como digo, Mercosur es multidimensional y creo que tenemos para ganar ambos con miras a una convergencia a la integración latinoamericana. Tengo que mencionar, también, que Bolivia es un país injustamente privado de su litoral. No tiene acceso al Océano Pacífico ni al Océano Atlántico y paga alrededor de un 33% más en costos de transporte para poder acceder a los océanos. Al integrarnos estamos seguros que vamos a tener mejores condiciones de facilitación del comercio, sobre todo, para poder acceder sobre todo al Océano Atlántico a través del Mercosur, de poder tener iniciativas de infraestructura que nos permita acceder de manera más competitiva en mercados internacionales.
- ¿Qué significa para ustedes la convergencia entre Mercosur y la Comunidad Andina?
La Comunidad Andina ha avanzado en aspectos migratorios, por ejemplo, se tiene un pasaporte andino, la libre circulación de personas en la dimensión social y en cuestiones educativas. La idea, obviamente, en vez de que sean cuatro países andinos y cuatro países del Mercosur, es poder tener cierta norma que sea común. En vez de tener un pasaporte por cada bloque, que podamos tener uno suramericano, que la libre circulación pueda ser desde la Patagonia hasta Colombia sin ninguna dificultad. Se trata de poder unir -no digo de manera automática-, pero crear una CAN-Mercosur en los ámbitos que tenemos intereses comunes. Y, por último, el tema de la infraestructura física. La idea es poder unir el puerto de Santos -en Brasil- a través de Bolivia con puertos peruanos en el Pacífico y poder tener una completa integración. Que el tren salga de un lado y llegue al otro y no tenga que ir por el canal de Panamá, que es sobrecosto y demoras para nuestra producción.
- Habló sobre la explotación del litio y el presidente Lula fue enfático en la construcción de “un mundo justo y un planeta sustentable”, sin embargo, a veces cuando se emprenden tratados de libre comercio como los de la UE o el que se tiene previsto más adelante con China estos puntos se ponen en juego, ¿cuál es su posición ante esas cuestiones?
- Bolivia defiende y promueve los derechos de la madre tierra. Nosotros no podemos condicionar o no podemos comprometer a las generaciones futuras a cambio del lucro, de la ganancia, del desarrollo inmediato. Entonces, en nuestro país se está desarrollando un marco normativo para poder defender los derechos de la madre tierra, lo hacemos en todos los foros internacionales, con una posición muy firme respecto a la necesidad de poder garantizar un mundo para las generaciones futuras. Hay una contradicción muy grande, porque muchos países se han desarrollado a costa precisamente del medio ambiente y hoy les exigen a los países en desarrollo limitar su derecho a desarrollarse por estas cuestiones. Lo que nosotros buscamos es un equilibrio entre el desarrollo y los derechos de la madre tierra. Es todo un concepto que viene de nuestros pueblos indígenas, que ha sido transmitido y reflejado ya en nuestra propia Constitución política del Estado. Respecto al tema del comercio, yo quisiera poner algunos ejemplos muy concretos: el tema de la carne, por ejemplo, el gobierno limita la exportación, tenemos cupos. Tenemos un mercado muy interesante en China, pero se limita primero al mercado interno, que el pueblo boliviano reciba carne de primera calidad antes y a precios justos. Como le decía, exportamos aceite y tortas de soja, que es alimento para animales. Antes de permitir las exportaciones, garantizamos que los productores les vendan alimento a nuestros productores a precios justos. No es comerciar y exportar por exportar.
- Además de las propuestas que usted mencionó, previo al encuentro de jefes de Estado, el presidente Luis Arce, hizo hincapié en la necesidad de fortalecer las monedas locales. ¿Podría contar un poco más sobre esta iniciativa?
- Lo que se ha propuesto es poder trabajar en una moneda regional o al menos para poder compensar nuestras importaciones y exportaciones en monedas locales para no tener una dependencia del dólar, que cada vez deja de ser más una moneda de referencia y eso pone en peligro las economías de los países más pequeños. Se buscan alternativas para el comercio intrarregional para dejar de depender de estas variaciones de las que no tenemos control. Es también una propuesta que ha surgido de los BRICS, en este mundo multipolar, y creo que es una opción que debe ser analizada por toda Sudamérica.
- En función de esta idea y de la caracterización que hizo del Mercosur, se entiende que hay una línea política e ideológica que no pareciera concordar con las perspectivas del nuevo gobierno argentino, que asumirá el 10 de diciembre. ¿Cómo imaginan el vínculo con Argentina en este contexto?
- Más allá de la oferta electoral, nosotros no nos podemos guiar por lo que han sido las ofertas y las campañas electorales que nosotros conocemos por los medios de comunicación. Obviamente tenemos la responsabilidad como Estado de poder entablar relaciones con todos los países y más con un país como Argentina, con quien compartimos fronteras y donde tenemos una población migrante muy importante, además de las relaciones económicas y comerciales. Habrá que ir viendo cómo va, cuáles son las políticas, cómo es la relación que se puede generar con el nuevo gobierno. Esperamos que las relaciones sean de lo más óptimas porque le conviene a nuestros pueblos.
- Y, en general, ¿cuál es su análisis respecto a las distintas posiciones en el bloque en la que hay quienes consideran que es parte de un proceso más de integración y otros que subestiman su lugar?
- Nosotros hemos participado con derecho a voz y no a voto en el Mercosur y hemos visto el debate intenso por la posición del presidente (de Uruguay, Luis) Lacalle Pou respecto a lo que llama “flexibilización”. Nosotros tuvimos la experiencia en la Comunidad Andina de tener dos visiones antagónicas, en donde estábamos Bolivia y Venezuela, por un lado, Perú y Colombia, por otro, con gobiernos que tenían una visión de desarrollo muy distinta, pero se ha logrado acordar puntos mínimos. Creemos que la integración parte de lo que todos estamos de acuerdo. Hay temas que son realmente de la agenda común: no hay país que pueda oponerse a tener una mayor integración en la frontera, en educación o en salud, y yo creo que una agenda de integración para que funcione en estas miradas antagónicas lo que se debe es buscar los puntos en donde no se pone en juego la visión de desarrollo que tienen los países y porque los pueblos exigen mayor integración. Y hay otro tema, Bolivia es muy respetuoso y exige también respeto de las visiones propias de desarrollo. Cada país tiene derecho a tener la suya. Creo que el Mercosur tiene mucho por delante. Tenemos mucha riqueza y cohesionados, juntos, vamos a poder enfrentar este nuevo mundo multipolar, que por separados va a ser muy difícil.