Víctimas de abusos sexuales por parte de líderes religiosos en Perú consideraron justa la decisión del Vaticano de disolver a un grupo católico ultraconservador con miembros en Sudamérica y Estados Unidos, tras años de denuncias que ha dañado la reputación de la Iglesia Católica.
La disolución del Sodalicio de Vida Cristiana, fundado por laicos y sacerdotes católicos en 1971, fue informada por el mismo grupo la semana pasada y confirmada el fin de semana en un comunicado por la Conferencia Episcopal Peruana.
El caso era investigado por el Vaticano desde hace varios años y un reporte interno concluyó en el 2017 que el líder del grupo, el laico Luis Fernando Figari, abusó junto a otros tres exintegrantes destacados, a 19 menores y 10 adultos. La mayoría de los casos ocurrió entre los años 70 y el 2000.
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El papa Francisco ordenó un año después una intervención al Sodalicio, grupo que se ha expandido en América Latina, Italia y Estados Unidos. Durante la investigación, Figari negó los cargos y en el 2024 el Vaticano lo expulsó de la congregación.
Una de las víctimas que denunció al Sodalicio hace más de una década, José Enrique Escardó, afirmó que se reunió el viernes con el papa Francisco en una audiencia privada en Roma para mostrarle su agradecimiento y confirmar la decisión.
"Me siento muy satisfecho de la reunión porque encontré a un Papa bastante receptivo, él solo escuchó, su lenguaje corporal y sus expresiones faciales hablaban más que las palabras que fueran pocas que él dijo", dijo a Reuters Televisión. "Sobre mi caso mostró una cara como de desagrado y de asco", señaló.
Entre los miembros del Sodalicio en Perú, que llegó a tener unos 20.000 participantes, había empresarios, escritores y políticos de las clases más altas peruanas y recibía financiación en el marco de una contraofensiva contra la "Teología de la Liberación", que se puso del lado de los pobres.
"Han sido unos días bastantes intensos y emocionantes", dijo el periodista Pedro Salinas, un exmiembro del Sodalicio que escribió un libro sobre el grupo religioso, publicado el 2015.
"Todos están contentos (victimas del Sodalicio), emocionados, satisfechos, en paz, igual algunos siguen esperando el edicto vaticano, porque ya hemos tenido demasiadas decepciones en esta historia", refirió en una entrevista.
No es habitual que el Vaticano disuelva una comunidad religiosa católica, aunque esté envuelta en un escándalo.
En otra decisión de la cúpula de la Iglesia Católica, el director de la oficina de prensa del Vaticano, Matteo Bruni, confirmó el domingo que un arzobispo jubilado que durante décadas fue el clérigo católico más importante de Perú fue sancionado a raíz de las acusaciones por abusos sexuales.
El sancionado cardenal Juan Luis Cipriani niega los cargos.
El presidente de la Conferencia Episcopal peruana, monseñor Carlos García Camader -que integró una comisión para la justicia frente a los abusos del Sodalicio- afirmó que tras la disolución del grupo, el Vaticano definirá el futuro de las propiedades e intereses económicos del Sodalicio en Sudamérica.
El Sodalicio en Perú es propietario de inmuebles y diversos negocios, entre ellos 10 cementerios distribuidos en el país.
Con información de Reuters