El exsecretario de Estado estadounidense Henry Kissinger cumplirá mañana 100 años con buena salud y hasta gozando de cierta presencia en el mundo de la diplomacia internacional, en el que genera fascinación y rechazo por igual.
Hábil diplomático que negoció el fin de la Guerra de Vietnam, dejó su nombre opacado en la historia por su apoyo al golpe militar contra Salvador Allende en Chile y su presunta responsabilidad en el armado del Plan Cóndor, que le permitió a las dictaduras sudamericanas compartir información y recursos para perseguir, torturar y matar a militantes políticos y a guerrilleros en los años 80.
De silueta encorvada pero todavía reconocible por sus gafas negras de montura gruesa, Kissinger permanece activo y el martes participó en un homenaje en el muy selecto Club Económico de Nueva York, donde apagó las velas sobre una torta de chocolate, reportó la agencia de noticias AFP.
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Sus apariciones públicas se volvieron más escasas con el correr de los años pero más frecuentes en videoconferencia, como lo hizo en Davos en enero.
Conserva desde sus oficinas en Nueva York y su consultora Kissinger Associates una relativa aura entre la élite de Washington y del extranjero, incluso entre demócratas como la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, que un día dijo "confiar en los consejos" de su "amigo".
Venerado por su intervención para negociar el fin de la Guerra de Vietnam y denostado por el apoyo al golpe de septiembre de 1973 en Chile contra Allende que entronó en La Moneda a Augusto Pinochet, también fue acusado de cometer crímenes de guerra por el bombardeo de Estados Unidos contra la neutral Camboya durante el conflicto de Vietnam.
Heinz Alfred Kissinger nació el 27 de mayo de 1923 en la localidad alemana de Fuerth, en el seno de una familia judía que emigró a Estados Unidos en 1938 escapando del régimen nazi.
El presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, le rindió hoy un homenaje en su condición de compatriota y lo destacó por haber dominado "difíciles retos políticos y tiene muchos admiradores en todo el mundo por sus logros, así como por su notable carrera en la diplomacia internacional".
"La readmisión de Alemania en la comunidad internacional y el crecimiento conjunto de Europa, que también debemos a su labor, también hicieron posible la unidad alemana, el mayor momento de felicidad de nuestra historia", subrayó el presidente alemán en un comunicado difundido hoy por la agencia de noticias DPA.
Con información de Télam