Los gobiernos de Ucrania y Rusia continuaron diálogando este lunes y solo anunciaron que se volverán a juntar mañana martes, luego que el presidente Volodimir Zelensky reconociera que se trata de "negociaciones difíciles". Mientras tanto, en el terreno, la guerra no da respiro: las fuerzas rusas bombardearon zonas residenciales en la periferia de Kiev, la capital, y mantienen un férreo asedio de la ciudad portuaria de Mariupol, en el sureste; y las fuerzas armadas ucranianas atacaron el centro de Donetsk, el corazón de una de las dos regiones separatistas que controlan milicias pro rusas desde hace ocho años.
"Tenemos que mantenernos firmes y luchar para ganar, para lograr la paz que los ucranianos merecen, una paz honesta con garantías de seguridad para nuestro Estado, para nuestro pueblo. Y ponerlas por escrito en las negociaciones, unas negociaciones difíciles", dijo Zelenski en un discurso por vídeo. Uno de sus negociadores que se sienta en la mesa frente a los enviados rusos, Mijail Podoliak, también reconoció que "la comunicación (con Moscú) sigue establecida aunque es complicada". Según el funcionario, este lunes se tomaron "una pausa técnica" y mañana martes retomarán el diálogo.
Desde hace días que los contactos directos entre Ucrania y Rusia se mantienen, pero el diálogo no parece estar produciendo grandes resultados, excepto por algunos corredores humanitarios puntuales en algunas zonas atacadas para permitir evacuaciones civiles limitados.
El gobierno ucraniano informó que cerca de 150.000 personas ya fueron evacuadas de zonas de combate con estos corredores humanitarios. Solo este lunes salieron unas 4.000. "Hemos puesto en marcha 26 corredores humanitarios. Gracias a ellos, los colectivos pudieron evacuar a un gran número de personas. Podemos decir que se trata de alrededor de 150.000 personas", declaró el vicedirector del gabinete presidencial ucraniana, Kyrylo Timoshenko. En paralelo, Rusia dice haber abierto otros para permitir la salida de civiles de las zonas bajo control separatista hacia su territorio. Además, este lunes informó que también permitirá la evacuación de la ciudad de Mariupol, el máximo símbolo hasta ahora de la destrucción provocada por esta guerra.
"Hoy, como resultado de la eficaz acción de las formaciones de la República Popular de Donetsk (gobierno separatista reconocido por Rusia pero no por la mayoría de la comunidad internacionla) con el apoyo de las unidades de las Fuerzas Armadas de Rusia, han sido destruidos localmente casi todos los puestos de tiro organizados por los neonazis en las afueras de Mariupol", anunció el jefe del Centro nacional de gestión de la defensa de Rusia, Mijail Mizintsev, citado por el canal RT, y agregó que a partir de ahora podrán permitir la salida de civiles de allí. La Cruz Roja Internacional y la ONU advirtieron que la situación humanitaria dentro de la ciudad portuaria es muy delicado y siguen llamando a un cese de hostilidades.
Pero las evacuaciones de las zonas más afectadas por la guerra son apenas una parte del éxodo masivo que vive el país. La ONU informó que ya salieron del país más de 2,6 millones de ucranianos, en su gran mayoría hacia la Unión Europea (UE), a través de Polonia y Rumania.
La pulseada internacional
El frente militar está contenido dentro de Ucrania; sin embargo, la guerra hace tiempo que también se pelea a nivel político y económico fuera de esas fronteras. La UE adoptó este lunes un cuarto paquete de sanciones contra Rusia por invadir a Ucrania, que incluye medidas sectoriales y personales y que, según medios, alcanza entre otros al magnate ruso Roman Abramovich, propietario del club inglés de fútbol Chelsea que muchos sindican como un hombre cercano del presidente Vladimir Putin. La presidencia rotativa del Consejo Europeo, actualmente a cargo de Francia, tuiteó que los representantes de los países del bloque en Bruselas lograron el acuerdo con un cuarto paquete de sanciones a personas y empresas "implicadas en el asalto a Ucrania" y adelantó que la lista de las personas sancionadas debería ser publicada "rápidamente".
Por su parte, Rusia acusó a las potencias occidentales de intentar provocar una cesación de pagos artificial con las sanciones que congelan sus activos en el extranjero. "Las declaraciones según las cuales Rusia no puede cumplir con sus obligaciones respecto a su deuda pública no se corresponden con la realidad", sostuvo el Ministerio de Finanzas ruso y aseguró que "el congelamiento de las cuentas en divisas del Banco de Rusia y del gobierno puede considerarse como el deseo de los países extranjeros de provocar un default artificial".
En tanto, China y Estados Unidos se cruzaron acusaciones por la posición de Beijing en este conflicto.
Fuentes gubernamentales estadounidenses deslizaron a la prensa de ese país que Rusia le había pedido ayuda militar a China, principalmente el envío de armamento. Beijing inmediatamente negó la noticia. "Se trata de desinformación", afirmó el vocero de la Cancillería, Zhao Lijian, y acusó a la Casa Blanca de difundir de forma malintencionada desinformación. El funcionario reiteró que su gobierno está intentando mediar entre Ucrania y Rusia para terminar con la guerra y redobló sus acusaciones contra Washington: "Si Estados Unidos quiere demostrar el carácter sincero de su actividad, ¿por qué no abrir, entonces, sus laboratorios biológicos a los expertos internacionales para que efectúen una investigación independiente?", preguntó en referencia a las versiones sobre laboratorios biológicos en Ucrania financiados por Estados Unidos.