El jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, hizo una visita sorpresa a Ucrania, donde estuvo en la catedral de la Transfiguración de la ciudad de Odesa, emblema de los daños causados por los bombardeos rusos contra la población y los sitios históricos de la ciudad, en julio pasado, para demostrar el compromiso militar, económico y diplomático del bloque con el país.
"Odesa, esta hermosa ciudad, debería ocupar titulares por sus actividades culturales, por su vibrante sociedad multiétnica, por su historia. Pero lo está por esta barbarie", expresó Borrell en Twitter.
"Estoy atestiguando aquí las consecuencias de esta guerra, del alto precio que Odesa y Ucrania están pagando", dijo, antes de condenar la anexión rusa de cuatro regiones ocupadas del este de Ucrania (Jerson, Zaporiyia, Donetsk y Lugansk), cuyo primer aniversario se cumple este sábado, consignó la agencia de noticias Europa Press. Allí, sostuvo, que su presencia en el lugar demuestra el "compromiso con Ucrania, tanto militar, como económico, como diplomático, para pedir una paz justa que preserve la independencia", señaló.
Por la tarde, el diplomático visitó el puerto de Odesa, clave en la exportación de cereales: "Aquí vemos las pruebas de los ataques de la Rusia de (el presidente ruso, Vladimir) Putin contra la infraestructura de los puertos ucranianos como forma de provocar el hambre en el mundo al intentar bloquear la exportación de cereal ucraniano", apuntó. Además, señaló que en la noche del pasado viernes cayeron nueve drones en la zona del puerto "matando a gente, destruyendo grano almacenado y causando daños en la infraestructura portuaria".
"Más de 20 personas han muerto. Cada noche hay un ataque. Queda mucha infraestructura aún. Sí, pero está parada. El puerto está vacío y las grúas están paradas y eso causa un gran perjuicio al mundo entero, no solo a los ucranianos", argumentó. Luego, destacó las demás vías habilitadas para facilitar la exportación de cereal ucraniano, por ejemplo el tren que ha servido para exportar "más de 50 millones de toneladas".
El acuerdo de exportación de grano ahora suspendido permitió exportar 30 millones de toneladas: "Si estas toneladas de cereal no pueden salir de los puertos ucranianos, habrá gente en otros lugares del mundo que no tendrá qué comer. Y esto ocurre principalmente en los países más vulnerables del mundo", resaltó.
Borrell acusó además a Rusia de "utilizar el hambre como arma" y "ganar mucho dinero" al conseguir que el precio suba y obtener así más ingresos por sus exportaciones. "Está intentando sustituir a Ucrania como exportador de cereal y asumir un mayor porcentaje del mercado mundial de cereal", concluyó.
Con información de Télam