El Gobierno de Israel admitió que su servicio de Inteligencia nacional, el Shin Bet, empleó bases de datos de compañías de telefonía móvil para vigilar las actividades de periodistas, así como otros profesionales capacitados para proteger información privilegiada, como médicos o religiosos, y en operaciones a veces solo tangencialmente relacionadas con la lucha antiterrorista.
Así lo ha hecho saber el Gobierno en respuesta a una petición formulada ante el Tribunal Supremo por la ONG de la Asociación de Derechos Civiles en Israel (ACRI), en la que solicita a la corte que elimine una cláusula de la ley que regula las operaciones del Shin Bet referida a su potestad de exigir a las operadoras que entreguen informaciones sobre llamadas o mensajes.
La ley, aprobada en 2002, fue criticada por su carácter semiclandestino, dado que no está sujeta a escrutinio público, aunque el jefe del Shin Bet está obligado a pedir permiso al primer ministro y al fiscal general del país cada tres meses, y una vez al año ante un comité del Parlamento israelí (la Knesset).
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El Tribunal Supremo está analizando ahora la normativa dado que, a juicio de la ACRI, incurre en varios errores anticonstitucionales al suponer una invasión de la privacidad y al arrebatar a los periodistas, por ejemplo, su derecho a la protección de sus fuentes.
El Gobierno tiene ahora tres meses para informar al Supremo si decide enmendar o no la ley, informa el diario Haaretz, citado por la agencia Europa Press, aunque el Estado israelí ya ha pedido al máximo tribunal que desestime la petición bajo el argumento de que "esta recogida de datos es vital para las operaciones de la agencia" y "ya ha supuesto una ayuda esencial para desarticular ataques terroristas y salvar vidas".
Sin embargo, el Estado israelí admitió que estas peticiones se aplicaron a profesionales que gozan en muchas ocasiones de inmunidad o protección, como abogados, médicos o incluso religiosos, si bien matiza que no examina necesariamente toda la información recabada.
Por ejemplo, el Gobierno israelí admitió que recabó información de profesionales con "inmunidad" unas cinco o seis veces al año durante la última década, lo que para el ACRI supone, particularmente en el caso de los periodistas, un enorme peligro para las fuentes de los reporteros.
Es por ello que la ACRI esgrime que el Shin Bet actúa en muchas ocasiones lejos del ámbito antiterrorista, como pasa también cuando comienza a recabar información en investigaciones criminales, más propias del ámbito policial.
En este caso concreto, el Gobierno israelí garantiza que el Shin Bet se desentiende de estas investigaciones en el momento en que percibe que no son de su competencia.
Con información de Télam