Quién es Kamala Harris, la candidata a presidenta de Estados Unidos por las elecciones 2024: de hija de inmigrantes a primera vicepresidenta

En la candidata oficialista converge un equilibrio difícil pero esa puede ser la clave de su éxito: padres de India y Jamaica, su formación en las políticas de integración cultural de los '60 y un notable desarrollo profesional, cuestionado -por algunos- por su intransigencia y mano dura cuando fue fiscal general en California. 

24 de octubre, 2024 | 23.52

Es difícil describir a Kamala Harris sin enumerar las veces en las que fue primera. La primera mujer en ocupar el cargo de fiscal general del distrito de San Francisco y después en todo el estado de California; la primera senadora negra en representar ese estado y la primera vicepresidenta del país. El círculo podría cerrarse si en las elecciones del 5 de noviembre vence a su opositor, Donald Trump, y se convierte en la primera mujer en ocupar el Despacho Oval. Pero enfrente tiene a alguien que también batió sus propios récords: azuzó una revuelta para desconocer las elecciones de 2020, se presenta a la carrera presidencial con un sinfín de causas judiciales y tiene impunidad para sacar provecho de esa marca. Harris, en cambio, era hasta hace pocos meses la mujer que no daba entrevistas después de una nota olvidable que le dio al periodista Lester Holt en 2021 para NBC. El desafío en la corta campaña electoral está en explotar su eclecticismo (hija de migrantes, mujer y afro) para volver a enamorar a los estadounidenses

Como Aretha Franklin, just a little bit of respect

Harris nació en Oakland, California, en 1964, en el convulsionado período entre el asesinato del entonces presidente John F. Kennedy (1963) y del activista por los derechos civiles Martin Luther King (1968). Entre los '60 y '70 California era todavía un estado predominantemente blanco, conservador y republicano pero en la ciudad de Berkeley, donde se crió Harris, estaba el germen del cambio, dijo María Ramírez, autora de la biografía "Kamala Harris, la primera", en El Observador Uruguay. Ambos padres tuvieron un fuerte vínculo con la academia. Donald Harris, jaimaquino, había llegado a Berkeley para doctorarse en Economía mientras que su madre, Shyamala Gopalan, de origen indio, se especializó en endocrinología y nutrición.    

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Coincidieron en la Asociación Afro-Americana (AAA) un grupo para estudiantes que se convirtió para muchos en espacio de pertenencia. El padre de Kamala fue uno de sus fundadores y esa experiencia lo condujo, tiempo después, a ser mentor de las Panteras Negras. "Mi padre fue el primer novio de mi madre y su noviazgo fue muy al estilo estadounidense: marchando juntos pidiendo justicia en el movimiento por los derechos civiles en los años 60”, confió Harris en Nuestra Verdad, el libro que recoge sus memorias publicado en 2021

Los padres de Kamala se separaron durante su infancia y ella, junto a su hermana, quedaron a cargo de Shyamala: "La mujer responsable de formarnos como mujeres”. Es que durante esos años, Shyamala las llevaba a ambas a las protestas en California contra la segregación racial y la guerra de Vietnam, esuchaban Aretha Franklin -quien le dio confianza y la inspiró a imponer respeto según contó la autora de su biografía- y visitaban los lugares donde cantaba Nina Simone. “Ella entendió muy bien que estaba criando a dos niñas negras e hizo todo lo posible para que creciéramos como mujeres poderosas y seguras de sí mismas”, recordó.  

Durante esos años formó parte de Bussinguna política de estado que buscaba dar batalla a la discriminación y segregación racial que se implementó en los '60, principalmente en el sur de Estados Unidos. Bussing consistía en garantizar micros escolares para trasladar estudiantes de distintas etnias a barrios y escuelas a las que no tenían acceso y romper así barreras culturales y socioeconómicas. 

Fue su propia experiencia en aquel transporte escolar la que le enrostró a Joe Biden en un debate televisivo en 2019 cuando ambos competían por la nominación presidencial demócrata. Harris acusó a Biden de trabajar junto a dos senadores para desmentelar la política de Bussing y delegarla en los estados federales. 

Como fiscal, una "política inteligente"

Harris asumió como vicefiscal general en Oakland, California, con solo 25 años, y en plena batalla del presidente demócrata Bill Clinton contra el narcotráfico. En 2004 se convirtió en la primera fiscal general de distrito mujer de San Francisco en un momento en que el 95% de las personas que ocupaban ese cargo eran blancas y el 83%, hombres, según indicó la revista San Francisco Magazine.

Durante esa época y hasta que dejó su cargo como fiscal general de California (2011-2017) para asumir una banca en el Senado, aplicó la política de mano dura contra el crimen organizado pero también, recordó su biógrafa, contra portadores de marihuana para consumo recreativo. "Muchos en la comunidad afroamericana recuerdan que algunas de sus posiciones contribuyeron a una encarcelación masiva de los hombres negros en particular. Porque eran perseguidos por delitos relacionados con el consumo de drogas y que luego derivaban en una situación peor. Ella evolucionó, pero viene de ahí", explicó Ramírez en diálogo con El Observador Uruguay.  

Sin embargo, Harris se defendía al reproducir como mantra que llevaba adelante una "política inteligente" y no de mano dura. Para dejarlo claro, publicó el libro Smart on Crime donde argumentó en favor de "soluciones prácticas" para lograr mejorar el sistema de justicia penal. 

Una gestión con tropiezos

Su primer año en el cargo se definió por errores retóricos, políticos, rotación de personal y cierta sensación de indefinición sobre lo que constituía su cartera. A los pocos meses de asumir, Biden se vio obligado a enfrentar la percepción pública de que Harris no estaba a la altura. Para junio de 2023, una encuesta de NBC News ubicó el índice de aprobación de Harris en el 32%, el más bajo que el de cualquier otro vicepresidente en la historia de la encuesta, según indicó The Atlantic.

Es que Harris se alejó de las cámaras después de una entrevista en NCB a la que había ido para hablar de la agenda que había asumido, centrada en la cuestión migratoria. La Vicepresidenta venía trabajando con los países centroamericanos para mejorar las condiciones sociales y económicas que forzaban a cientos de personas a cruzar la frontera. Pero al ser consultada por Holt sobre si pensaba visitar la fontera o cuáles eran las zonas más peligrosas, Harris se quedó perpleja. No pudo contestar. El cruce estuvo en boca de todos de un momento para otro. Esa misma noche, el presentador Jimmy Fallon dijo que la situación se había ido de las manos. 

Pero al tiempo, la propia dinámica estadounidense le dio un lugar. Los ajustados números en la Cámara de Senadores la convocaron para el desempate. "No podíamos hacer planes para que yo estuviera fuera de Washington DC durante al menos cuatro días de la semana laboral”, recordó la Vicepresidenta en The AtlanticHarris estableció un nuevo récord de votos de desempate emitidos por un vicepresidente en la historia, tras casi 200 años. Y sus votos fueron muy significativos, como cuando posibilitó la aprobación de la histórica Ley de Reducción de la Inflación y de la mayor inversión para hacer frente a la crisis climática.

Tras la decisión de la Corte Suprema de 2022 que anuló las protecciones al aborto incorporadas en Roe v. Wade, Harris confió en que ese sería un punto decisivo en las elecciones de mediotérmino. Pasó gran parte de 2022 organizando conversaciones sobre derechos reproductivos en estados republicanos y demócratas por igual. "Las mujeres no necesariamente hablarán en voz alta sobre un tema como el aborto pero votarán al respecto", dijo a The Atlantic. Ese año los demócratas consiguieron mejores resultados de lo esperado, incluso alcanzaron la mayoría en el Senado; no hubo una ola roja. Harris siguió viajando y asumió los derechos reproductivos como bandera.