Multilateralismo y diplomacia para la paz: con su posicionamiento respecto al conflicto en el este europeo, la Argentina no solamente se ciñó a su doctrina histórica en esta materia sino que se puso a la cabeza del bloque más numeroso en América del Sur: el de países que apuestan por una salida consensuada en lugar de alinearse con uno de los bandos en pugna. Brasil, Paraguay, Ecuador y Perú coincidieron con la posición expresada por el gobierno de Alberto Fernández, mientras que Colombia, Chile y Uruguay se encolumnaron detrás de la postura de Estados Unidos y Venezuela, por su parte, ratificó su apoyo a Rusia.
A pesar del lobby de algunos medios de comunicación y la presión explícita de dirigentes opositores para que la Argentina tome partido en un conflicto que transcurre a más de 15 mil kilómetros de sus fronteras, dejando de lado la neutralidad histórica del Palacio San Martín, el gobierno tomó la decisión de apostar a un delicado equilibrio entre dos socios de los que no puede prescindir. Las negociaciones con el FMI (en las que Washington tiene poder de veto) y la necesidad de financiamiento para obras de infraestructura y fortalecer las reservas (que ofrece Moscú) son igualmente importantes para el futuro del país.
Pero la Argentina no está sola en ese equilibrio. Otros países de la región, la mayoría de ellos, se ubicaron en el mismo andarivel. El caso más importante es el de Brasil, que incluso bajo el gobierno de Jair Bolsonaro se manifestó con prudencia en una línea similar a la que emanó de Buenos Aires. En un comunicado de Itamaraty (la cancillería de ese país) habló de “buscar una solución negociada” que “considere los legítimos intereses de seguridad de Rusia y de Ucrania y la necesidad de respetar los principios de la Carta de las Naciones Unidas”.
Bolsonaro había estado la semana pasada reunido con Putin en Moscú. Brasil, además, ocupa un asiento en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, donde se debatió el tema este lunes. Allí, el embajador Ronaldo Costa Filho hizo un llamado “a la inmediata desescalada” en las tensiones y pidió “apoyar los esfuerzos políticos y diplomáticos para crear las condiciones para una solución pacífica a esta crisis". El presidente brasileño había estado unos días antes en Moscú, donde fue recibido por Vladimir Putin. En esa ocasión, también había hablado de la importancia de trabajar por la paz. Quién te ha visto.
Otro país en la región con representación en el Consejo de Seguridad que se manifestó en línea con la postura de Buenos Aires y Brasilia fue México, que preside actualmente esa mesa. Aunque su cercanía geográfica con Estados Unidos lo hace más sensible a las presiones de la diplomacia norteamericana y Andrés Manuel López Obrador condenó explícitamente la invasión e incluyó en su mensaje una mención a la “integridad territorial” de Ucrania, también remarcó el principio de “autodeterminación de los pueblos”, un guiño al otro bando en disputa.
Por su parte, el gobierno paraguayo sostuvo que “es imperiosa la necesidad de que se retomen los procesos negociadores de manera urgente bajo los mecanismos vigentes e internacionalmente reconocidos". En tanto que el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, también pidió que se imponga el diálogo y dijo que su país “respeta el multilateralismo” y va a seguir “la línea que defina la Organización de Naciones Unidas”, y el representante ante la ONU de Perú, Manuel Rodríguez Cuadros, manifestó ayer de “una solución pacífica y sostenible que tome en cuenta los legítimos intereses de las partes”.
En caso de países más sensibles al calor de Washington no tardaron en condenar la iniciativa rusa. La cancillería de Uruguay, por caso, señaló que Rusia actuó “en violación de los principios de la Carta de las Naciones Unidas” y que “la solución que se alcance debe respetar la soberanía, la independencia y la integridad territorial de Ucrania”. El chileno Sebastián Piñera calificó como “preocupante y grave” la actitud de Putin y pidió que “la fuerza, la amenaza estén fuera, y que las soluciones sean en base al diálogo, los acuerdos, la buena voluntad y el respeto a los acuerdos de Minsk y al derecho internacional”.
En la otra vereda quedó Venezuela. El presidente Nicolás Maduro ratificó ayer su apoyo a Putin y denunció “los planes perversos que pretenden rodear militar y estratégicamente a Rusia” y “acabar con este mundo multipolar que ya es una realidad”. Sin sorpresas, en el mismo sentido se manifestó el gobierno de Cuba, que habló de “sanciones unilaterales e injustas” contra Moscú. También el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, dijo que Rusia “simplemente se está defendiendo” y que “están utilizando a Ucrania para provocar” y terminó advirtiendo la posibilidad de una escalada nuclear en un conflicto de esta naturaleza.