El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, está haciendo caso omiso a las críticas a la caótica retirada de Afganistán porque él y sus asesores creen que las consecuencias políticas a nivel local serán limitadas, según aliados de la Casa Blanca y funcionarios del gobierno.
Biden y sus principales asesores dicen que están gestionando la misión de evacuación tan bien como podría esperarse después de que el país cayó más rápido de lo esperado en manos de los talibanes, y están intentando destacar la decisión de sacar a las tropas estadounidenses.
La estrategia se basa en encuestas internas y públicas que muestran que la retirada de Afganistán ha sido, con mucho, la decisión más popular que ha tomado Biden, a pesar de que el tema no era central para la mayoría de los votantes.
"La opinión pública es bastante clara: los estadounidenses querían salir de la guerra en curso y no quieren volver a entrar. Es cierto hoy y será cierto en seis meses", dijo un aliado de Biden. "No se trata de no preocuparse o ser empático por lo que está pasando allí, sino de preocuparse por lo que está sucediendo en Estados Unidos".
Biden ha enfrentado críticas incluso de algunos compañeros demócratas por su manejo de la crisis. No obstante, los funcionarios de la Casa Blanca creen que el horror de los estadounidenses por las imágenes gráficas del caos en Kabul y las súplicas de los afganos que temen ser asesinados por los talibanes se transformarán en apoyo a la decisión del presidente de retirar las tropas tras 20 años de guerra.
Esperan que la historia de Afganistán abandone los titulares y sea reemplazada por el alza de casos de COVID-19, la recuperación económica y otros problemas, dijeron personas familiarizadas con el asunto. Un portavoz de la Casa Blanca declinó comentar la situación.
Biden tiene previsto hablar sobre Afganistán en la Casa Blanca a la 13:00 hora local (1700 GMT). La portavoz de la Casa Blanca, Kate Bedingfield, no reveló en una entrevista con MSNBC el viernes si el presidente responderá a las preguntas de los periodistas.
Los asesores de Biden acuñaron varios puntos de conversación hace semanas para usarlos incluso en los peores escenarios de una retirada. Algunos se han cumplido, como hacer énfasis en que la salida de Afganistán fue una decisión correcta.
"La idea de que, de alguna manera, hay una forma de salir sin que haya caos, no sé cómo sucede", dijo Biden a ABC News el miércoles. "No hay un buen momento para salir de Afganistán. Hace quince años habría sido un problema y dentro de quince años. La elección básica es ¿voy a enviar a sus hijos e hijas a la guerra en Afganistán a perpetuidad?".
En los últimos días, Biden también criticó al ejército afgano por no luchar, denunció al ahora derrocado gobierno afgano y declaró que heredó un mal acuerdo de retirada de su predecesor republicano, Donald Trump.
La estrategia tiene riesgos obvios, según los expertos políticos.
"La preocupación es que va a socavar su credibilidad como comandante en jefe", dijo Jim Manley, antiguo asesor del exlíder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid. "Si los talibanes vuelven a lo que han hecho en el pasado, y supongo que eso será así, van a salir muchas malas imágenes de ese país".
Respuesta inadecuada
El mensaje sobre Afganistán está cada vez más en desacuerdo con un consenso emergente en el gobierno de que la planificación de la Casa Blanca, los departamentos de Defensa y de Estado y la comunidad de inteligencia fueron inadecuados y deben revisarse por completo, una vez que se complete la misión de evacuación de gente clave de Afganistán y los 5.200 soldados estadounidenses que ahora se encuentran en Kabul se hayan ido.
"Estamos en el Pentágono y sabemos que podría haberse hecho mejor, mucho mejor", dijo un funcionario. Los miembros del Congreso también planean investigar qué salió mal.
La opinión pública, al menos por ahora, se muestra dispar. La mayoría de votantes republicanos y demócratas dice que el rápido colapso del gobierno afgano "es una prueba de por qué Estados Unidos debía salir del conflicto".
Un sondeo de Reuters/Ipsos de esta semana halló que el 31% de los adultos está de acuerdo con que Estados Unidos debería continuar sus operaciones militares en Afganistán, frente al 25% que pensaba lo mismo en una encuesta de 2012.
Sin embargo, la encuesta de Ipsos del lunes también mostró que a menos de la mitad de los estadounidenses le gustó la forma en que Biden dirigió el esfuerzo militar y diplomático en Afganistán este año. Actualmente califican su desempeño como peor que el de los otros tres mandatarios que hubo durante la guerra más larga librada por Estados Unidos: George W. Bush, Barack Obama y Trump.
La aprobación general de Biden cayó al 46% entre los adultos en los sondeos de Reuters/Ipsos, la más baja registrada en las encuestas semanales desde que asumió el cargo en enero.