Cuando Amiel Giménez se convirtió en padre por primera vez, su mundo dio un giro inesperado. A su ya conocido contenido auténtico y cercano en las redes sociales, le sumó la nueva faceta como "papá influencer" para compartir con su audiencia. En sus posteos se ve un camino lleno de retos, aprendizajes y momentos inolvidables junto a sus hijas Alice y Adhara.
"Ser padre es el desafío más grande y hermoso que he enfrentado", confiesa. "Cada día trae algo nuevo, y no siempre es fácil, pero vale la pena", agrega. Aunque, con transparencia, admite: "No todo es perfecto, y creo que es importante mostrar también esos momentos".
Un papá influencer con autenticidad y sin fórmulas prestablecidas
Con enfoque realista, Amiel apela a su autenticidad para generar una conexión especial con otros padres y madres: "Hay días en los que me siento abrumado, y lo comparto porque sé que muchos están pasando por lo mismo”. Así, forjó una comunidad que valora la sinceridad por encima de la perfección aparente. Y agrega sobre ese intercambio con la comunidad: "Recibo mensajes de padres que me agradecen por hablar abiertamente de temas como el agotamiento o la frustración", comparte.
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Amiel Giménez reconoce que sus tiempos se vieron alterados y aprendió a establecer prioridades: "Antes, podía dedicar horas a planificar y grabar contenido. Ahora, mi tiempo con mis hijas es sagrado".
No todo es un camino sencillo en esa vida cotidiana de Amiel, que está llena de momentos que reflejan la realidad de ser padre de dos niñas pequeñas. Ha enfrentado críticas y presiones propias de la exposición en redes sociales. "Algunas personas esperan que muestres una vida impecable, pero esa no es la realidad de nadie", reflexiona. A pesar de ello, se mantiene firme en su convicción de ser fiel a sí mismo y a su familia. "Prefiero ser auténtico y conectar de verdad con la gente".
La paternidad influyó también en su crecimiento personal. "Mis hijas me enseñaron más sobre la vida que cualquier otra experiencia", admite con una sonrisa. "Me mostraron la importancia de estar presente, de valorar los pequeños detalles y de ser paciente conmigo mismo y con los demás", resalta Estos aprendizajes se reflejan en el contenido que comparte y en la manera en que interactúa con su comunidad.
Amiel se aleja de fórmulas preestablecidas y discursos motivacionales vacíos ya que prefiere compartir sus vivencias tal como son, con sus luces y sombras: "No tengo todas las respuestas, pero estoy dispuesto a aprender y a escuchar".
En un mundo digital donde la apariencia suele primar sobre la esencia, Amiel Giménez apuesta por la verdad y la cercanía. Su experiencia como papá influencer trasciende las pantallas y se convierte en un testimonio de la belleza que hay en las imperfecciones y en los desafíos cotidianos.