Los residentes de las ciudades libanesas sintieron el lunes sólo un alivio parcial tras el final de uno de los mayores intercambios de disparos entre el grupo armado Hezbolá y el ejército israelí del día anterior, desgastados por la incesante tensión de 10 meses de conflicto.
El domingo por la mañana, Hezbolá lanzó cohetes y aviones no tripulados contra Israel para vengar a un comandante muerto en un ataque israelí el mes pasado. Los aviones israelíes atacaron decenas de objetivos en el sur del Líbano, en lo que los residentes de la zona dijeron que parecía un "apocalipsis".
Muchos temían que el intercambio de disparos, el más intenso desde que comenzaron las hostilidades entre Hezbolá e Israel en paralelo a la guerra en Gaza, pudiera desencadenar una conflagración regional.
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Pero al final del día, ambas partes parecieron dar señales de que el episodio había terminado, por ahora.
"La gente está aliviada, o un poco aliviada, porque se ha tomado un respiro después de este ataque", dijo Mohamed Ftouni, un comerciante libanés en la ciudad portuaria de Tiro, al sur del país.
"Esperamos que ocurra algo bueno, que haya actividad comercial y que la situación mejore. Nuestra única esperanza es que haya un alto el fuego para que podamos terminar (con la guerra) en Gaza y aquí, para que la gente pueda estar más tranquila".
Hezbolá ha dicho que no dejará de disparar contra Israel sin un alto el fuego en Gaza. Las conversaciones sobre una tregua aún no han dado como resultado un acuerdo.
IMPACTO EN EL TURISMO
La intensidad de los combates entre Hezbolá e Israel ha aumentado de forma constante, desplazando a decenas de miles de personas a ambos lados de la frontera entre Líbano e Israel y asestando un golpe a la industria turística del Líbano, que depende en gran medida de la temporada de verano.
Los temores de una escalada de violencia aumentaron después de que el mes pasado un ataque en los Altos del Golán, ocupados por Israel, matara a 12 jóvenes. El ejército israelí respondió asesinando al máximo comandante militar de Hezbolá, Fuad Shukr, y el grupo prometió vengarlo, lo que generó temor en la región ante la perspectiva de una guerra a gran escala.
Sin embargo, tras el intercambio del domingo, tanto Israel como Hezbolá parecieron reanudar el ritmo anterior de ataques. Hezbolá se atribuyó dos ataques contra puestos militares israelíes hasta el lunes, y un ataque israelí en el sur del Líbano tuvo como objetivo a un funcionario de la facción palestina Hamás. Sobrevivió, dijo una fuente de seguridad.
Ibrahim Hussein, otro comerciante de Tiro, dijo que el Líbano había vuelto a "la misma situación que antes".
Pero la situación ha sido suficiente para desconcertar a muchos libaneses. El lunes por la tarde, los aviones israelíes rompieron la barrera del sonido sobre Beirut, haciendo temblar los cristales de toda la ciudad.
Talal Sidani, propietario de una tienda artesanal en la capital, dijo que preferiría terminar con una guerra antes que estar constantemente nervioso pensando cuándo podría comenzar.
"¿Guerra? Que haya guerra. Queremos trabajar. No hay trabajo, aquí estamos sentados. Sobre todo nosotros, que tenemos tiendas turísticas y dependemos del turismo. Si no hay turismo, adiós, queridos", dijo a Reuters.
Con información de Reuters