El líder bielorruso y aliado de Rusia, Alexander Lukashenko, prolongó el lunes su mandato de 31 años después de que las autoridades electorales le declararan vencedor de unas elecciones presidenciales que los Gobiernos occidentales rechazaron por considerarlas una farsa.
"Pueden felicitar a la República de Bielorrusia, hemos elegido a un presidente", dijo Igor Karpenko, jefe de la Comisión Electoral Central del país, en una conferencia de prensa celebrada en las primeras horas del lunes.
Lukashenko, que no tuvo que hacer frente a ningún desafío serio por parte de los otros cuatro candidatos en liza, obtuvo el 86,8% de los votos, según los primeros resultados publicados en la cuenta oficial de Telegram de la Comisión Electoral Central.
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Varios políticos europeos afirmaron que la votación no fue libre ni justa, ya que los medios de comunicación independientes están prohibidos en la antigua república soviética y todas las figuras destacadas de la oposición han sido encarceladas o se han visto obligadas a huir al extranjero.
"El pueblo de Bielorrusia no tenía elección. Es un día amargo para todos los que anhelan la libertad y la democracia", publicó en X la ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock.
Según las autoridades electorales, la participación fue del 85,7% en las elecciones, en las que podían votar 6,9 millones de personas.
Preguntado por el encarcelamiento de sus opositores, Lukashenko había dicho en una rueda de prensa el domingo que ellos habían elegido su propio destino.
"Algunos eligieron la cárcel, otros el 'exilio', como ustedes dicen. No hemos echado a nadie del país", dijo en una divagante conferencia de prensa que duró más de cuatro horas.
Lukashenko, estrecho aliado de Vladimir Putin que permitió al dirigente ruso utilizar su país como base para el envío de soldados a Ucrania en 2022, había defendido anteriormente el encarcelamiento de disidentes y declarado: "Occidente me importa un bledo".
La líder de la oposición en el exilio, Sviatlana Tsikhanouskaya, dijo a Reuters esta semana que Lukashenko había urdido su reelección como parte de un "ritual para dictadores". El domingo se celebraron manifestaciones contra Lukashenko en Varsovia y otras ciudades de Europa del Este.
Lukashenko se encogió de hombros calificando las críticas de insignificantes y afirmó que no le importaba que Occidente reconociera las elecciones.
Con información de Reuters
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