El escritor y dramaturgo tucumano Santiago Nader es el autor y director de la inquietante y develadora "Potrillo Ben", monólogo de tres actores y tres músicos en escena que cuenta la fatídica historia de un amor entre dos chicos adolescentes en el marco de una ciudad arrasada en un futuro distópico.
Seleccionada en 2019 por el TNC en su Convocatoria Abierta y ganadora también ese año del segundo puesto del Premio Germán Rozenmacher de Nueva Dramaturgia, "Potrillo Ben" acaba de estrenar y se puede ver en la sala Orestes Caviglia del Teatro Nacional Cervantes (TNC) de jueves a domingos a las 21.
"Lo que hoy es 'Potrillo Ben' empezó como unos poemitas que se llamaban Neurótico Niños Caballos sobre unos adolescentes muy enojados a partir de cuya escritura se me empezó a armar un mundo distópico donde descubrí que todo ese enojo que quería comunicar con cierta vehemencia necesitaba del poderoso marco de la ciencia ficción para que pudiera existir", cuenta a Télam Nader, que escribió la obra a los 21 años y la estrena con 26, ya que que por las restricciones impuestas por la pandemia la pieza vio demorado su estreno, en principio previsto para octubre de 2020.
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"La escribí -agrega- en plena revolución de los feminismos que surgen de la lucha por el aborto legal, donde veía a mis amigas en la calle desnaturalizando un montón de comportamientos patriarcales y heteronormativos muy tóxicos de la masculinidad que permitió la aparición de un lugar para los queers y los disidentes, para mí".
Autor del libro de cuentos "Una curiosidad nueva", que tendrá puesta teatral a partir de mayo en Nün Teatro, y de la obra teatral "Garnett Kelly y el torso ganador", Nader dialogó con Télam sobre la obra días después de su estreno.
Télam: Hablabas de la imbricación del proceso de escritura con lo que estaba sucediendo políticamente alrededor, ¿hay elementos autobiográficos en la obra?
Santiago Nader: Hace poco me preguntaron si existió un Potrillo Ben alguna vez, si yo me enamoré en la adolescencia de un pibe o viví un amor así y yo contesté que tuve todas las violencias que se enumeran en la obra menos el amor y que al amor me lo inventé. En la adolescencia viví mucho la soledad, tal vez por no responder a una norma o no encontrarme como un cuerpo deseado en determinados momentos, por no haberme terminado de desarrollar sexualmente hasta no haber venido a Buenos Aires y empezar a conocer mi vida amorosa y de alguna forma intenté llenar el vacío amoroso de la adolescencia con esta historia entre dos adolescentes.
Cuando uno toma un acontecimiento autobiográfico, como puede ser una hospitalización (con una escena en un hospital comienza la obra) o una manera de entender el mundo, el foco está en cómo despliego un escenario y un acontecimiento de ficción que haga que un lector o espectador desee relacionarse con ese material.
T: ¿Cómo aparecen las distintas decisiones de la puesta, los tres actors haciendo un mismo monólogo, los tres músicos en escena, el trabajo de luz?
SN: Para mí fue un golpe de suerte que la obra no se haya podido estrenar tres años atrás porque siento que estoy mucho más armado ahora que en ese momento para aprovechar las posibilidades de producción que ofrece un lugar como el Cervantes. No sé cuál hubiera sido mi puesta de "Potrillo Ben" a los 23 años. Lo que siempre supe es que la luz iba a tener una predominancia fundamental en esta obra porque pasa lo mismo en "Garnett Kelly y el torso ganador", y gracias a estar en el Cervantes pude llamar Eli Sirlin, qe hizo un trabajo deslumbrante en relación con la función narrativa de la luz en el espectáculo. La idea de la música estuvo siempre pero no imaginé que iba a estar de principio a fin y me parece que es un acierto porque es diferente venir a ver una obra y que todo el tiempo esté sonando música y eso fue apareciendo cuando pensábamos la puesta. La idea de que el dispositivo escénico fuera un hipódromo que alojara a los músicos también fue otra idea que apareció sobre el final y que descubrimos con Eli.
Por otra parte, si vos leés la obra, no tiene división de texto, no tiene división por escena sino que hicimos esas divisiones para abordar las cuestiones de la luz y de la música y después sirvió para la actuación.
Los músicos no tuvieron mucha más información que algunas notas de atmosfera que fui poniendo como "cowboy low fi", como "romance adolescente", "air", referencias a cosas que sabía cómo quería que sonaran pero hasta cierto punto y después fue pura proposición de los chicos, que compusieron la música de principio a fin.
T: ¿La decisión de tres actores haciendo un monólogo?
SN: Fue literaria, la primera didascalia de "Potrillo Ben" dice: "a este monólogo lo narran tres bambis y en determinado momento los bambis hablan juntitos"; cuando decidimos las escenas tomé la decisión de dividir el texto y qué parlamento dice cada uno de los bambis. No importó qué decía quién sino que eso vino después y los chicos construyeron el personaje en función de lo que dicen; sí sabía que quería que hubiera tres personajes que cuentan una misma historia.
T: ¿Por qué?
SN: Me llamó la atención la obra "Play "de Samuel Beckett donde hay tres personajes que no necesariamente son la misma entidad como en "Potrillo Ben" pero sí que cuentan una misma historia o hacen un relato colectivo, había algo que me interesaba de una única voz o personaje puesto en tres voces que sonaran diferentes, me parecía interesante para la escena. "Potrillo Ben" tranquilamente podría ser interpretado por un único actor y me encantaría ver esa versión dirigida por otro director, mi "Potrillo Ben" es un monólogo dividido en tres personajes que se parecen y difieren.
T: ¿Cómo pensás que tu construcción de lenguaje teatral convive con otras propias de la actualidad de Buenos Aires o Argentina?
SN: Siento que están cambiando las formas de producir teatro, está sucediendo un fenómeno de horizontalidad en la forma de producir y hay nuevos liderazgos, un director ya no ocupa el mismo lugar que ocupaba antes, eso me parece muy interesante, si bien la autoría es de uno, al mismo tiempo es recontra colectiva como en "Potrillo Ben", pensemos en la música, pensemos en esas interpretaciones, pensemos en cuánto narra Eli (Sirin) con la luz, Endi Ruiz con el vestuario, Agustina Piñeiro con el video; hay algo que se está rompiendo en relación con cierta figura paternalista del director como un único artifice de un trabajo.
"Potrillo Ben" cuenta con actuaciones de Lucía Deca, Marcos Krivocapich y Federico Lehmann; Diseño sonoro y músicas en escena de Franco Calluso, Juliana Isas y Carola Zelaschi; Diseño de iluminación y escenografía de Eli Sirlin; Diseño de vestuario de Endi Ruiz; Diseño de movimiento y coreografía de Fioreya; dirección y dramaturgia de Santiago Nader y se puede ver de jueves a domingos a las 21 en sala Orestes Caviglia del Teatro Nacional Cervantes (Libertad 815).
Con información de Télam