El grupo de guitarras y canto Bombay BsAs tocará viernes y sábado en el CAFF porteño el repertorio reunido en Noche Herida, noveno disco de un proyecto con más de dos décadas de trayectoria que nació bajo la denominación de 34 Puñaladas y que insufló de nuevas herramientas y posibilidades al tango actual.
En los primeros años, como parte de un pequeño colectivo de no más de cinco o seis grupos, el aporte fundamental fue el de reorganizar la muy dispersa escena del tango. Luego la tarea consistió en ampliar el repertorio, consolidar la escena y expandirla, esto último como formadores de una generación posterior, analiza el guitarrista Edgardo González en charla con Télam.
El vocalista Alejandro Guyot, por su parte, sostiene que al principio fue meterse a codazos para hacerse lugar en una escena musical que ignoraba y hasta desdeñaba del tango. Después, cuando empezamos a componer obras propias el desafío fue mantener, ampliar y renovar y hasta inventar un público para nuestra música.
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En el proceso -abunda el artista a esta agencia- también nos sorprendió que colegas de nuestra generación y de generaciones posteriores se adueñaran de nuestras composiciones para reinterpretarlas con otros estilos y otras formaciones.
Con esa historia trajinada y relevante, el conjunto que además integran Maximiliano Cortez y Juan Lorenzo (guitarras) y Lucas Ferrara (guitarrón) y donde los cinco integrantes aportan a la composición, Noche Herida brota como un gesto sombrío y atrapante en 14 canciones.
Por un lado es una refundación, más allá de ser el primero después del cambio de nombre de la banda. Es un disco que atraviesa y se termina de gestar en plena pandemia, entonces es un desahogo también. Por otro lado es una reafirmación; reafirmación de un estilo, una manera, y una identidad, postula Cortez a Télam.
El reciente cancionero de Bombay BsAs tuvo su estreno en Mendoza el 10 de marzo y ahora se ofrecerá en dos funciones a realizarse el viernes y sábado próximos, desde las 21, en la sala de la Fernández Fierro ubicada en Sánchez de Bustamante 772.
Luego, Noche Herida tiene previstos otros bautismos en vivo durante mayo en las ciudades bonaerenses de Pigüé (el 7) y La Plata (el 13).
En otro momento la presentación de un disco nuevo se disfrutaba mucho pero también había situaciones estresantes. Hoy la pienso como el inicio de la reconstrucción del vínculo con el público que nos acompañó durante tantos años y también tengo el anhelo de que se acerque gente que nunca nos escuchó en vivo. Es una celebración con ausencias, arriesga el guitarrista González sobre la puesta en vivo del álbum.
Y su compañero de grupo y de instrumento Cortez aporta que hay una ansiedad, una expectativa, que excede a la de la presentación de un disco nuevo. Es salir y ver cómo esta todo, como asomarte después de la tormenta.
Télam: El disco se oye casi como una obra conceptual sobre los bordes y quienes habitan en ellos ¿Fue la idea original o las canciones los llevaron a esos territorios?
Edgardo González: En el trayecto de 24 años de carrera se fue constituyendo un corpus amplio y abarcativo de ideas, pensamientos y materializaciones que definieron una estética, a esta altura muy consolidada. Sobre esa matriz trabajamos en las obras sin preestablecer nada, confiando en que al final del camino va a emerger el concepto que contenga lo diverso.
Alejandro Guyot: Hay veces en las que la "mano se mueve sola", o mejor dicho las historias y los personajes la hacen mover el concepto también muchas veces termina de tomar forma a posteriori, cuando podés tomar una distancia del trabajo y contemplarlo como un arco narrativo, con sus distintos puntos de inflexión.
Maximiliano Cortez: Sí, la mano se mueve sola, comparto. Hay un estilo, una identidad, una síntesis que excede a las personalidades y gustos de cada integrante como individuo y ya a esta altura se siente, se hace presente, e incluso homogeniza el repertorio y el sonido, incluso cuando hacemos algún cover o tema que no es nuestro.
T: En la Buenos Aires de la pandemia, sobre todo cuando cae la noche en varias zonas de la ciudad, se aprecia lo que respira el disco ¿Influyó la crisis por el coronavirus en el espíritu del nuevo repertorio?
EG: La etapa compositiva, individual o en duplas, fue prepandémica. De todos modos, hay varias imágenes en los textos y en la música que parecen premonitorias. Y no es casual. Hay una mirada y un pensamiento artístico que se aparta de la linealidad cotidiana. Marechal pone en la boca de Adán Buenosayres el lamento por andar como quien duda y recela entre imágenes vanas, leyendo en el signo de las cosas mucho más de lo que literalmente dicen. En esa duda, en esa búsqueda particular (ni mejor ni peor que otras pero sí particular) presagiamos algo de lo que estaba por venir.
MC: Tomando lo que dice Edgardo, mas allá de la literalidad las letras y las músicas que ya estaban escritas de antes, hay algo en el nervio de la música, en su ejecución que creo que se vio tremendamente influenciado por la pandemia. Cada encuentro y ensayo que tuvimos en los espacios que la pandemia permitía dejó de ser algo tan presupuesto o dado. Como a todo el mundo, nos pasó que muchas de las cosas que hacíamos, en nuestro caso ensayar, tocar, grabar, se vieron afectadas e impedidas. De repente la realidad te despabila de lo vital que es eso en tu vida, de cuánto lo necesitas, de cómo te constituye. Creo que eso dio una carga de emotividad al disco en general.
T: ¿Qué los motiva a sostenerse trabajando juntos y que aportó este nuevo cancionero a ese proyecto grupal?
AG: Hay una enorme afinidad musical, estética y hasta filosófica que nos une. Una amistad de años y millas acumuladas. Un humor corrosivo e incisivo inoxidable. Ganas de trabajar juntos, uno puede tener la canción lista en su casa, pero cuando la obra entra en Bombay BsAs se transforma. Eso está buenísimo.
MC: Como una maldita familia. En cuanto al aporte, se verá, hay que salir a tocarlo y que ruede. No sé si hay una actitud muy consciente de aportar, pero en la situación actual de la cultura, sobre todo de la musical, el hecho de apostar a componer, a renovar repertorio, sumar canciones, estribillos, y mantener una búsqueda de nuevos sonidos sin siquiera cambiar o agregar instrumentos distintos creo que es un aporte en sí mismo.
Con información de Télam