El Gobierno de Sri Lanka anunció hoy la suspensión del pago de su deuda externa con el objetivo de proteger sus escasas divisas para importar recursos básicos, mientras se sumerge en la peor crisis económica en sus 70 años de historia.
Sin divisas para realizar los pagos, ahora Sri Lanka buscará una reestructuración de su deuda externa, que totaliza US$ 51.000 millones, junto con un rescate del Fondo Monetario Internacional (FMI), prestamista de última instancia, con el cual negociará un programa de salvataje a partir de la semana próxima.
Además, el país buscará asistencia de India y China, dos de los principales acreedores.
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"Los eventos recientes, incluidos los efectos de la pandemia de la Covid-19 y las secuelas de las hostilidades en Ucrania, han erosionado tanto la posición fiscal de Sri Lanka que se ha vuelto imposible continuar con el servicio normal de las obligaciones de la deuda externa", fundamentó el Ministerio de Finanzas del país surasiático en un comunicado difundido por las agencias de noticias AFP y Sputnik.
La cesación de pagos, inédita desde la independencia del país en 1948, fue dispuesta por el gobierno esrilanqués semanas después de que el FMI calificará a su deuda como insostenible".
Si bien el Gobierno ha tomado medidas extraordinarias en un esfuerzo por mantenerse al día con todas sus deudas externas, ahora está claro que esta política ha dejado de ser sostenible y que se requerirá una reestructuración integral de estas obligaciones", agregó la cartera de Finanzas en su declaración.
Según el Gobierno, la suspensión del pago de deudas será por un periodo provisional y se dispuso como último recurso con el fin de evitar un nuevo deterioro de la situación financiera, a la espera de una reestructuración ordenada y consensuada que sea compatible con un programa de ajuste económico respaldado por el FMI.
De acuerdo a diversas estimaciones, el país necesitará de unos US$ 7.000 millones para pagar su deuda este año, meta que será imposible con unas reservas que totalizaban, a fines de marzo, sólo US$ 1.900 millones.
Según analistas consultados por la agencia de noticias Bloomberg, se prevé que el país entre en una reestructuración similar a la de Ecuador, con una reducción de la carga de deuda, prolongación de los vencimientos y reducción en las tasas de los cupones.
Actualmente la deuda pública de Sri Lanka rosa el 119% de su PBI, con un déficit fiscal del más del 10% del producto.
A la pandemia, que generó un fuerte impacto en su economía -dependiente del turismo y las remesas-, se añade la falta de acceso a los mercados internacionales de capital desde el año 2020, lo cual produjo una caída de sus reservas internacionales hasta niveles críticamente bajos.
La escasez de divisas genera dificultades para importar recursos básicos, y la población de 22 millones de habitantes sufre la falta de alimentos, medicamentos y combustible.
Del mismo modo, se registran cortes de electricidad diarios que se prolongan hasta por 13 horas, junto con una escalada de la inflación que se sitúa en el 20% anual.
En consecuencia, el estallido económico también produjo una crisis política en el país insular con protestas multitudinarias en las ultimas semanas pidiendo la renuncia del presidente Gotabaya Rajapaska, muchas veces reprimidas por las fuerzas policiales.
El Gobierno buscará, con el default, asegurar las divisas remanentes para poder importar estos insumos, y evitar un recrudecimiento de la situación.
Según los economistas, la crisis, además de la pandemia, se debe a una cuestionable gestión del gobierno, el fuerte endeudamiento del país y los sucesivos recortes fiscales.
Con información de Télam