La devaluación ejecutada por el Gobierno de Javier Milei en diciembre de 2023, los recortes en diferentes programas sociales vinculados a la salud, la vivienda, y la alimentación, sumado a una licuación general de los ingresos de todos los trabajadores y trabajadoras, provocaron un descalabro social, ahora reconocido por las propias autoridades nacionales. Según un informe elaborado por el Sistema de Información, Evaluación y Monitoreo de Programas Sociales (Siempro), que depende de la cartera de Capital Humano, se determinó que al primer semestre del año la pobreza medida tanto por ingresos como por diferentes carencias (análisis multidimensional) habían llegado al 61% de la población. La crueldad avanza.
El estudio elabora un informe sobre la pobreza bajo una metodología diferente a la del Indec, organismo que solo toma la dimensión de los ingresos. El índice, que depende del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales que pertenece al Ministerio de Capital Humano, incluye tanto la dimensión de los ingresos como otras “carencias” como el acceso a vivienda, hábitat y servicios básicos, educación, empleo y protección social y salud. Es decir, una mirada multidimensional sobre las condiciones sociales. La desaceleración de la inflación como único argumento oficial para enunciar una baja de la pobreza caería en saco roto ante la difusión de este informe.
Con todos los indicadores obtenidos en cuanto a las carencias en salud, acceso a la vivienda, condiciones laborales y educación, las autoridades oficiales “cruzan” dichos resultados con los registros del Indec. En este caso, el informe de Capital Humano concluyó que al primer semestre de 2024, el 61% de la población pudo ser considerada pobre bajo este criterio multidimensional, lo que implicó un incremento respecto al 55,4% que había tenido el segundo semestre del 2023.
En total, casi 30 millones de personas podrían ser consideradas pobres. El estudio consignó, además, que entre los menores de 17 años, el índice multidimensional de pobreza saltó al 72,2%.
Condiciones de vida
La administración de Javier Milei empeoró las condiciones de vida de ciento de miles de personas. No fue un error de cálculo. Durante el primer semestre del año no solo aumentaron la pobreza e indigencia -medida por los niveles de ingreso de la población- sino que empeoraron una serie de indicadores estructurales vinculados a la calidad de vida dentro de los hogares. La retirada del Estado nacional con el desfinanciamiento de áreas claves (saneamiento, cloacas, vivienda) forma parte central del programa político de La Libertad Avanza.
Uno de los datos claves -corroborados por el Indec- contempla la distribución de los hogares y las personas según la disponibilidad de agua en la vivienda, es decir, si acceden al agua dentro o fuera de su hogar. Al primer semestre de este año, se contabilizaron 211.000 hogares que accedían a la red de agua por fuera de su vivienda. Este guarismo equivale al 2,1% de los hogares del país, en donde viven 790.000 personas con dificultades para acceder a la red de agua.
En la comparación con el primer semestre del año, los hogares que accedían a la red de agua por fuera de la vivienda ascendían a los 206.000, en los que vivían 696.000 personas. Es decir que se pasó del 2,4% de las personas sin acceso a la red de agua dentro de sus viviendas al 2,7% de la población para el primer semestre de 2024.
La ausencia de baños con descarga de agua también resulta clave para comprender los niveles de saneamiento dentro de los hogares. Al primer semestre de este año se detectaron 682.000 hogares con esta dificultad, situación que involucró a 2.567.000 personas (8,7% del total). Un año atrás, los hogares con esta dificultad ascendían los 642.000.
MÁS INFO
Pobreza infantil
Según el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA), la pobreza e indigencia en la infancia habría afectado a dos de cada 10 niños. “El 65,5% de los niños en Argentina viven en situación de pobreza y 19,2% en situación de indigencia”, puede leerse en el informe de la UCA publicado en diciembre de 2024.
En esta línea, se observó un incremento de la pobreza infantil en los estratos medios, pero sobre todo una mayor concentración de pobreza extrema en los estratos más bajos de la estructura social. Los niños de hogares con menor capital social son los más sufrientes y afectados por la crisis.